"Aunque la historia general de la francmasonería peruana del siglo XX me es conocida, la precisión de muchas pruebas no pueden ser ya detalladas porque un archivo de documentos originales de la otrora Gran Logia de Mantas, que dejé a nuestro Respetable Hermano Abel Contreras González, se echaron a perder en el almacén del Hospital por una rotura de cañería, según me explica en un e-mail que tuvo a bien enviarme. Aunque en estos nuevos tiempos pocos masones actuamos acorde a los Linderos, Usos y Costumbres y buenas maneras que deben distinguirnos, yo si sigo siendo un convencido que la palabra del hermano no debe ser puesta en entredicho y lo que me dice Abel lo doy por cierto. Es preciso señalar también que en la primera edición Pre Publicación de este libro en su página 50, comento esta anécdota de la entrega de documentos y por homonimia se le adjudicó al hermano Abel Contreras Suflin la personería de Abel Contreras González, debiendo resaltar que no hubo por mi parte en ninguno momento la intención de afectar la bien ganada imagen de ambos Respetables hermanos y quien así lo haya supuesto o percibido, sepa que está totalmente equivocado."