La Gran Logia Simbólica Española celebra desde el 7 de Junio en Castellón su asamblea general con el recuerdo a Manuel Fabra, un castellonense que mantuvo viva la llama de la masonería en el exilio durante su estancia en París.
Por VICENTE CORNELLES
Nunca constituyeron un contubernio (rojo-judeo-masónico), como en su día les acusó gratuitamente Franco, ni tampoco son una sociedad secreta. Su objetivo es hacer "personas más justas, tolerantes y respetuosas". Así define la masonería Jordi Farrerons, gran maestre de la Logia Simbólica Española que hoy celebra en Castellón su asamblea general.
"Apostamos por la libertad, igual y fraternidad, y ese es nuestro lema y lo aplicamos en nuestras vidas", explica Farrerons, quien añade el "carácter de escuela de personas libres y método de crecimiento personal" de una organización iniciática, filantrópica y filosófica que tiene como símbolos la escuadra y el compás, evocando a los constructores o albañiles medievales.
"No discriminamos a nadie por razón de su credo o raza y valoramos a la persona por lo que es y que ocupa un lugar en la sociedad, ni tampoco somos elitistas", concreta Farrerons quien, junto a a Nieves Bayo, gran maestre adjunta de la Logia, presentó ayer viernes a los medios de comunicación el encuentro que mantendrán en la capital de la Plana un total de 130 miembros de la institución.
Edificio ideal
"Nuestra historia se remonta a la construcción de las catedrales, y recogemos el testimonio de aquellas personas que fueron capaces de construir aquellos templos y, por eso queremos hacer de los hombres un edificio ideal", detalla el gran maestre de la Logia Simbólica Española como declaración de intenciones de los valores morales que persigue la entidad "cuyos integrantes tienen que seguir un itinerario de crecimiento con los grados de aprendiz, compañero y maestre".
La Logia Simbólica cuenta en Castellón con 25 miembros, "cuyos nombres no los hacemos públicos, ya que apelamos a la discreción", señala Farrerons, quien destaca que la logia castellonense lleva el nombre de Manuel Fabra, "natural de Atzeneta del Maestrat, y que fue quien desinteresada y esforzadamente mantuvo viva la llama de la masonería española en el exilio, y que además fue quien en su momento abrió las puertas de la Casa de España en París, y le dio la bienvenida en nombre de todos los españoles exiliados en el país vecino a su majestad Juan Carlos I". "La viuda de Manuel Fabra recibirá un homenaje en la cena de gala que celebraremos tras finalizar la asamblea", concretó el máximo representante masónico.
Contra la mala prensa
El presidente de la Logia Simbólica hace hincapié en la dificultad que existe en "dar a conocer los ideales y las propuestas de los masones". "Todavía tenemos mala prensa solo por razones históricas", argumentó Farrerons, consciente de que "aún hay mucho camino por recorrer", concluyó.
Por VICENTE CORNELLES
Nunca constituyeron un contubernio (rojo-judeo-masónico), como en su día les acusó gratuitamente Franco, ni tampoco son una sociedad secreta. Su objetivo es hacer "personas más justas, tolerantes y respetuosas". Así define la masonería Jordi Farrerons, gran maestre de la Logia Simbólica Española que hoy celebra en Castellón su asamblea general.
"Apostamos por la libertad, igual y fraternidad, y ese es nuestro lema y lo aplicamos en nuestras vidas", explica Farrerons, quien añade el "carácter de escuela de personas libres y método de crecimiento personal" de una organización iniciática, filantrópica y filosófica que tiene como símbolos la escuadra y el compás, evocando a los constructores o albañiles medievales.
"No discriminamos a nadie por razón de su credo o raza y valoramos a la persona por lo que es y que ocupa un lugar en la sociedad, ni tampoco somos elitistas", concreta Farrerons quien, junto a a Nieves Bayo, gran maestre adjunta de la Logia, presentó ayer viernes a los medios de comunicación el encuentro que mantendrán en la capital de la Plana un total de 130 miembros de la institución.
Edificio ideal
"Nuestra historia se remonta a la construcción de las catedrales, y recogemos el testimonio de aquellas personas que fueron capaces de construir aquellos templos y, por eso queremos hacer de los hombres un edificio ideal", detalla el gran maestre de la Logia Simbólica Española como declaración de intenciones de los valores morales que persigue la entidad "cuyos integrantes tienen que seguir un itinerario de crecimiento con los grados de aprendiz, compañero y maestre".
La Logia Simbólica cuenta en Castellón con 25 miembros, "cuyos nombres no los hacemos públicos, ya que apelamos a la discreción", señala Farrerons, quien destaca que la logia castellonense lleva el nombre de Manuel Fabra, "natural de Atzeneta del Maestrat, y que fue quien desinteresada y esforzadamente mantuvo viva la llama de la masonería española en el exilio, y que además fue quien en su momento abrió las puertas de la Casa de España en París, y le dio la bienvenida en nombre de todos los españoles exiliados en el país vecino a su majestad Juan Carlos I". "La viuda de Manuel Fabra recibirá un homenaje en la cena de gala que celebraremos tras finalizar la asamblea", concretó el máximo representante masónico.
Contra la mala prensa
El presidente de la Logia Simbólica hace hincapié en la dificultad que existe en "dar a conocer los ideales y las propuestas de los masones". "Todavía tenemos mala prensa solo por razones históricas", argumentó Farrerons, consciente de que "aún hay mucho camino por recorrer", concluyó.