Los científicos del Consejo Europeo para la Investigación Nuclear (CERN, por sus siglas en francés) inauguraron esta mañana el mayor acelerador de partículas del mundo. El objetivo es simular el 'Big Bang' para hallar las partículas más elementales. Su construcción ha tardado dos décadas y ha costado casi 10.000 millones de dólares.
Los científicos del Consejo Europeo para la Investigación Nuclear (CERN, por sus siglas en francés) echaron a andar el experimento de física más poderoso del mundo bajo los Alpes.
Los ingenieros hicieron circular los primeros rayos de partículas subatómicas alrededor de un túnel subterráneo de 27 kilómetros que contiene el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés).
El aparato, de casi US$10.000 millones, está diseñado para hacer chocar partículas con una fuerza cataclísmica y revelar señales de una nueva física tras el impacto. Esto recreará las condiciones del Universo poco después del Big Bang cuando fue creado.
"Podremos ver adentro de la masa más profundo que antes", expresó la doctora Tara Shears, física de la Universidad de Liverpool antes de que se iniciara el experimento.
"Estaremos viendo de qué estaba hecho el Universo una mil millonésima parte de un segundo después del Big Bang. Eso es sorprendente, es fantástico".
Al comienzo los expertos lanzaron un rayo que fue impulsando los protones alrededor del acelerador. A continuación se lanza otro rayo en la dirección contraria. Al cabo de unas semanas los científicos cruzarán ambos rayos en cuatro puntos ocasionando el choque de protones.
Esto provocará el esparcimiento de desperdicio subatómico que será analizado en gigantescos detectores que actúan como grandes cámaras digitales.
Los investigadores esperan que las partículas que observen puedan confirmar una serie de teorías, principalmente la explicación de lo que es la masa.
También esperan encontrar evidencia de nuevas partículas súper pesadas que podrían explicar la materia oscura y la energía oscura.
Pero algunos críticos de CERN están preocupados de que el poder concentrado en el LHC podría generar pequeños agujeros negros que podrían destruir el Universo.
Los científicos rechazan esos temores arguyendo que han realizado extensas pruebas de seguridad. Dicen que si algunos agujeros negros fueran creados estos desaparecerían en un instante.
El profesor Tejinder Virdee, que trabaja en uno de los experimentos de detección en el CERN, dice que la evidencia científica y natural demuestra que no hay ningún peligro.
"La naturaleza produce de manera rutinaria colisiones y rayos en la atmósfera superior que tienen niveles muchísimo más altos de lo que estamos haciendo. Así que el experimento ya lo ha realizado la naturaleza sobre la tierra unas cien mil veces y todavía seguimos aquí", dijo el profesor Virdee al sitio de la BBC.
Los científicos reconocen no poder predecir qué aplicaciones prácticas pueden resultar del LHC. Sin embargo, ya se está desarrollando un tipo de internet más avanzado llamado Grid para manejar toda la información que sale de las máquinas detectoras.
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