En distintos medios de las islas se ha podido leer hoy una interesante noticia relacionada con el antiguo templo masónico de Sta. Cruz de Tenerife, remitida a las Agencias Informativas por el Cabildo tinerfeño, la cual concluye con la alusión al “Dios masónico” como explicación del ojo abierto que figura en la fachada del histórico edificio.
Deseamos aclarar a los redactores de la noticia así como a la opinión pública en general que tal interpretación resulta profundamente errónea desde un punto de vista masónico y, de la misma manera que consideramos interesantísima la recuperación del edificio por su valor cívico e histórico, consideramos igualmente importante que se recupere para la ciudadanía la correcta comprensión de su significado simbólico.
La masonería no es una religión ni realiza culto religioso alguno por lo que no tiene ningún sentido hablar de “Dios masónico”. Hay ciertamente masones que profesan la fe en algún Dios como también los hay que se manifiestan ateos o agnósticos. El Dios de aquellos masones que se afirman creyentes, no es otro que el Dios propio de las religiones que ellos profesan y al que, simbólicamente, suelen referirse como Gran Arquitecto del Universo, como un práctico y común medio para dejar fuera del Templo masónico las diferencias que pudieran separarles por razón de sus particulares creencias.
El ojo inserto en un triángulo que preside todas las Logias masónicas no tiene, sin embargo, ningún tipo de connotación religiosa. Para la masonería especulativa, institución esencialmente librepensadora y humanista, este símbolo representa específicamente la sabiduría, la conciencia despierta del masón, fruto de la combinación de la razón y la inventiva, que debe iluminar toda obra masónica y, por extensión, la construcción del edificio social avanzado al que, también simbólicamente, se refiere como el “Templo Ideal”.
