Por M:.R:.H:. Arturo Rivera del Piélago
Jackes D”Molay encarna la imagen de la esperanza en medio de la desolación causada por la injusticia y el atropello a los derechos espirituales y sociales, cuya cíclica vigencia nos recuerda la lucha constante contra los émulos de la vesania y la intransigencia.
La para masonería rescato su nombre para vindicar su opinión, groseramente violentada por la mentira, la ignorancia y la ambición de quienes usaron la vía del delito para conseguir sus oscuros planes.
La historia y la necesidad de honrar a los lideres-mártires, determinó apropiadamente que el nombre D’Molay se convierta en sinónimo de triunfo a pesar de la adversidad, de esperanza en un mañana lleno de confianza entre los hombres y en esa práctica de virtudes que conduce a los hombres a esa casa de Concordia y amor fraternal a la que con tanto afecto llamamos “Nuestra Logia”.
La Orden D’Molay convoca a la juventud bajo el amparo de sus valiosas enseñanzas inculcándoles la practica constante y espontanea de la amistad, el respeto a sus compromisos y el ejercicio de las más hermosas virtudes. De esta manera, un joven D’Molay se convierte en un sólido candidato para integrar cualquier Logia del mundo.
En 1998, la masonería peruana recibió con beneplácito a la Orden D’Molay en la seguridad que sus jóvenes frutos alimentarían las canteras de nuestras propias Logias, tan necesitadas de juventud especialmente preparada, pero al igual que tantas hermosas oportunidades, su gestión fue víctima de decisiones ajenas al racional interés por el futuro de Augusta Orden.
Años después, la inquietud del Q:.H:. John Orrego, despierta la emoción de un renacimiento de la Orden D’Molay en el Perú. Saludo y hago fervientes votos para que el esfuerzo florezca y sus objetivos sean largamente conseguidos, pues las Logia peruanas merecen la calidad de miembros que la Orden D’Molay prepara.
La Orden D’Molay será una valiosa cantera de cuyo seno emergerán sólidos y predispuestos, los mejores hermanos o ciudadanos que nuestro país requiere, pues sus jóvenes miembros traen la vitalidad y sereno carácter que esa noble Orden produce.
Así lo esperamos, pues es necesario reforzar la esperanza de nuevos líderes en una masonería que insiste en prodigar espacio a HH:. que fomentan el espíritu del fanatismo, la mentira y la ambición, cuyos efectos mortales disfrazan tras la pompa de puestos y grados indebidamente conseguidos.
Honor a esta esperanza, gloria a este esfuerzo, pero sobre todo, compromiso a los masones que con toda seguridad alcanzaran sus mejores oficios al logro de tan noble propósito.
Seguiremos de cerca esta esperada evolución, quiera el G:.A:.D:.U:. obsequiarnos la dicha de escribir en la historia el nombre de sus miembros, los mismos que de seguro adornarán las páginas del un progreso que se adivina sereno, confiable y poderosamente masónico.
Fraternalmente,
Octubre 13 del 2008 e:.v:.