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JUAN CARLOS ALEMAN: Sí, los masones no tenemos ningún problema en decir que lo somos...


Juan Carlos Alemán es diputado regional del PSOE por Tenerife y vicepresidente del Parlamento de Canarias. Este hombre, de talante afable y que se considera ante todo un enseñante, ha ocupado los más altos cargos dentro del partido en Tenerife y en Canarias. Canarión de nacimiento, un día se vino a estudiar a La Laguna y se quedó prendado de esta ciudad, en la que reside desde entonces. Alemán tiene dos hijos y una nieta, Elena, con la que le gusta pasear por la calle La Carrera.

V. CABRERA Para quien no le conozca ¿quién es Juan Carlos Alemán?
Si me miro al espejo veo a una persona de buen humor, que le gusta llevarse bien con todo el mundo, que defiende sus ideas hasta el final y no ha perdido ningún amigo por ello. Creo que esa es la concepción de la política. Se puede defender lo que uno piensa y llevarse bien con todo el mundo. 

¿Cree que los demás ven la misma imagen que usted en el espejo? 
Eso no lo puedo contestar, pero las consecuencias de esa imagen las vivo porque todo el mundo sabe que soy irreductible cuando creo en una cosa y, todo el mundo sabe que puedo ser un amigo leal. Yo siempre he sido así, fui así en el colegio, soy así en la política y voy a seguir siendo así después de la política, porque es una forma de ser.

¿Qué aficiones tiene? Creo que le ha dado por las nuevas tecnologías...
Me gustan mucho las nuevas tecnologías, la informática, todo lo ligado al campo de la imagen.También me gusta mucho la meteorología y ahora empiezo a entrar en el mundo de la obsesión de la música clásica. Estoy enamorado de Mozart. Es una evolución rara, porque yo no funcionaba así. Y me gusta mucho la agricultura; me dedico mucho a matar bichos, ¡qué hay una cantidad!

¿Y de dónde viene su afición por la meteorología ?
No sé y no tiene ninguna explicación, mas allá de la curiosidad por ver como se mueve la naturaleza.

¿Y esa afición tardía a la música clásica? 
Hace no mucho tiempo me impactó el Réquiem de Mozart y por medio de Mozart he entrado en ese mundo, que noto que me está absorbiendo. No soy un entendido en música clásica, soy un aprendiz, pero noto que ese mundo cada vez me absorbe más. Debe ser un problema de edad (ríe).

Usted vino a estudiar a Tenerife y se quedó en la isla ¿Cuál fue la razón?
Me enamoré de La Laguna, fue un amor a primera vista. Cuando llegué y vi aquellas calles me quedé prendado.Si a eso le añade que conocí a mi actual mujer, que es de Tenerife, de Garachico. Eso no quiere decir que no me guste Gran Canaria, una isla que tiene unos encantos desconocidos, sobre todo en su parte central, pero yo me enamoré de La Laguna y me siento allí estupendamente. 

¿Qué papel ha jugado su mujer en su vida, tanto en el aspecto personal como profesional?
Si no fuera por mi mujer no hubiera terminado los estudios. Cuando empecé a salir con mi mujer era un ser peludo que estudiaba poco y hacía mucha política y mi mujer me disciplinó absolutamente. También mi primer trabajo se lo debo a mi mujer y a partir de ahí debo decir que se lo debo casi todo, porque se ha ocupado de todo en estos años. Ahora yo me estoy integrando a mi vida familiar, pero si no hubiera sido por mi mujer en estos 32 años de casado hubiera sido imposible, o me hubiera dedicado a la política o me hubiera divorcido. Pero ya digo, universidad, primer empleo y el haberme podido mantener en la política se lo debo a ella.

¿Comparte su mujer su afición por la política?
No, mi mujer no se dedica a la política; mi mujer es una enseñante. Es directora de un centro público de enseñanza y le interesa la política como ciudadana, pero no participa en ella. 

¿Y como ha afectado a su vida la llegada de su nieta?
Estoy haciendo los disparates que no hacía con mis hijos. Con mi nieta me arrastro por el suelo, hago el monstruo, pongo caras que nadie conoce y le doy cosas para que juegue y rompa que si se las dan mis hijos los mato. Haces con tu nieta lo que no haces con tus hijos. Además creo que se parece al abuelo porque es una niña rubia, con ojos verdes?(ríe) Si, tiene mucho que ver con mi mujer, que es rubia y con ojos verdes, ñaunque siempre digo que es guapita como el abuelo (ríe). Es otra vida, es otra cosa. Yo oía eso, pero lo estoy viviendo. Ahora me apunto a ir pasear a mi nieta por la calle Carrera antes que a ir a la ejecutiva regional del PSOE, que es muy importante, pero ahora para mi pasear a mi nieta es muy importante. 

¿Cómo fue su experiencia en la enseñanza?
He dado clases en prácticamente toda la isla. Los chicos dicen que no les iba mal. Yo daba clases de Historia; también presidí el Movimiento de Renovación Pedagógica, pero hubo un momento en que cambié la enseñanza por la política. No me arrepiento de haberlo hecho. Yo soy un enseñante dedicado a la política y nunca seré un político dedicado a la enseñanza, porque los políticos que se dedican a la enseñanza no me sirven, me sirven los enseñantes que se dedican a la política y yo me jubilaré como enseñante. 

¿ Cómo ve la enseñanza pública actualmente? 
Creo que estamos ante una crisis general, del sistema, de los valores y una desmoralización muy profunda de los docentes que tiene que ver con que la enseñanza no está teniendo, desde las instituciones, la importancia que se le tiene que dar.
¿Es cierto que es masón?
Sí, los masones no tenemos ningún problema en decir que lo somos, lo que si tenemos es la obligación de guardar el secreto de quienes lo son. Y no porque seamos una sociedad secreta, sino porque somos una sociedad discreta. Estoy en activo, otra cosa es que no asisto a las reuniones, porque mis actividades me lo impiden. El masón lo que busca es perfeccionarse él y servir a la sociedad mediante un ideario que se basa en la igualdad, la libertad y en la solidaridad entre los hombres. No hay política en la masonería, está prohibida. 

¿Y porque tanta discreción?
Es una tradición histórica. Tampoco se entra en los conventos de clausura, y no se hace nada raro allí. La masonería no es una orden religiosa, es una organización que tuvo gran importancia en España, que fue perseguida por el fascismo y, es curioso, hay algunos socialistas que tienen la percepción de la masonería igual que Franco. Es una profunda ignorancia. La masonería es un elemento de perfeccionamiento intelectual y cultural, abierto y solidario. 
Usted es creyente ¿cómo ve a la institución Iglesia?
La Iglesia somos todos. Creo que en la institución iglesia, como en las fuerzas políticas, hay de todo. Me parece un error tratar de que la Iglesia haga y piense igual que un partido político. Respeto que la Conferencia Episcopal esté en contra del divorcio, o del uso del preservativo, por poner un ejemplo, y además opino que todos los que somos católicos debemos estar en esa fe, pero no hay que imponérsela a los demás, ni a los católicos que no quieran. La Iglesia española tiene el problema que todavía cree que es el Estado. Hay mucha gente en la Conferencia Episcopal que es favorable a los principios de la Iglesia Católica, pero piensa que es para los católicos. En cambio, hay otros que quieren que los que ellos piensan se le imponga a todo el mundo. Ese nacional catolicismo no lo comparto. Quiero y aspiro a que la gente siga el mensaje de Cristo, pero no la obligo. No he obligado ni a mis hijos. 

¿Cómo afecta a su familia las críticas hacia usted?
Mis hijos y mi mujer han tenido siempre la percepción, y yo la he buscado, de que había un señor que estaba en política, que no tenía nada que ver con el que entraba en casa. En mi casa no se habla de política. Además, he procurado que mi familia no tenga nada que ver con la política que yo hago, porque no puedes convertir tu casa y tu familia en una parte más de la política. 

¿Está condenado a estar en la oposición?
No, creo que estoy condenado a preparar los buenos resultados. Yo preparé un camino en Garachico, y el que vino detrás de mi fue alcalde; preparé como portavoz un camino en La Laguna, y el que vino detrás de mi, que fue Pepe Segura, fue alcalde y preparé un camino en Canarias y el que vino detrás de mi ganó las elecciones autonómicas bien holgadas. Un año antes de que se ganaran esas elecciones las encuestas daban un magnifico resultado. Creo que el trabajo de un dirigente político no es meter el gol, sino crear las condiciones para que otros metan el gol, y estoy satisfecho con eso. No tengo ninguna frustración. A lo mejor un golpito en la espalda no te viene mal, y que se te reconozcan algunas de esas cosas, pero ya tengo la espalda tan dura, que tampoco me preocupa demasiado.

Tengo la percepción de que, a pesar de los buenos resultados de Juan Fernando López Aguilar, su discurso político, tan agresivo, no gusta a la gente ¿Cómo lo ve usted?
Juan Fernando ha aglutinado a sectores de la sociedad y movilizado a sectores de la sociedad que no se habían movilizado y eso lleva también a que haya sectores que lo rechazen. La balanza final se mide electoralmente y en las elecciones autonómicas, el Partido Socialista sacó un buen resultado, y en las generales, sacó un buen resultado en Canarias. Juan Fernando y yo somos distintos en la manera de hacer las cosas, pero yo cuando tuve que hacer una moción de censura, la hice, cuando tuve que llevar al Gobierno a los tribunales, lo hice. Unos tenemos una forma de hacer las cosas, y otros tienen otra; no creo que él cree una crispación especial, creo que en estos momentos hay una situación de tensión en la vida política canaria. Juan Fernando no estaba ayer en el Parlamento (refiriéndose al pleno del pasado 15 de enero) y fue uno de los plenos más tensos que he vivido en años.Creo que hay una situación política muy complicada, en la que un partido político ha ganado las elecciones, además con diferencia, y hay un gobierno que no tiene nada que ver con lo que votaron los ciudadanos, y esa contradicción echa chispas. Esa tensión no tiene nada que ver con Juan Fernando, tiene que ver con la situación política del Archipiélago. 

¿Cómo ve a su partido en Tenerife? 
Creo que la política que tiene que hacer el Partido Socialista en la isla de Tenerife no tiene que ser igual a la política que se hace en Gran Canaria. Creo que hay que reflexionar sobre las políticas de tolerancia. Un partido que sea internamente tolerante y habitable, ese partido le está diciendo a la sociedad que ese es el modelo que quiere. 

¿Está diciendo que no hay tolerancia?
No, lo que quiero decir es que cuando un partido excluye, anatemiza a otro dentro del mismo partido porque no piensa igual, el modelo que se le está dando a la sociedad es un modelo peligroso. Creo que los socialistas de Tenerife tienen que hacer un esfuerzo de unidad, un esfuerzo de tolerancia, de comprensión mutua y lanzar un proyecto de cambio, que creo que sería magníficamente recibido. La sociedad de Tenerife está harta de lo cutre. Desde la Confederación de empresarios en la isla de Tenerife, pasando por la mayoría de las instituciones sociales y algunas fuerzas políticas, son del siglo pasado. Tenerife necesita un gran cambio, y ese cambio tiene que venir de una fuerza como es el Partido Socialista. Los que se llaman tinerfeñistas, en el fondo lo que han hecho es atrasar a Tenerife, y Gran Canaria está cogiendo una distancia considerable. Lo que puede modernizar a Tenerife es una fuerza progresista como el Partido Socialista, pero para eso, el Partido Socialista tiene que mandar un mensaje muy abierto, no puede ser un mensaje solo para una parte de la sociedad, para los nuestros, sino para los que son de izquierdas y para mucha mas gente que quiere cambio. Ese es el gran reto que tiene el Partido Socialista.

¿Cómo valora la situación actual en Canarias?
La situación es mala. Estamos ante una crisis muy grave en todo el mundo y, si a eso le añades un mal Gobierno, estamos en el acabose. Esa es la situación que desgraciadamente tiene el Archipiélago. Lo más grave de esto es que se nota una desmoralización importantísima de los sectores económicos, educativos, sanitarios, porque no hay respuesta, no hay objetivos. La gran pregunta hoy es ¿adónde va Canarias?

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