H:. Joaquim Villalta
desde Terrassa, Barcelona.
Los sistemas “Antiguo” y “ Moderno” presentan numerosas diferencias tanto por su estatuto como por su contenido. Una primera distinción reside en el hecho de que la tradición de los "Modernos" se implantó en Francia y sobre el continente, mientras que el sistema de los "Antiguos" quedó, en su lógica y su funcionamiento, un sistema profunda y fundamentalmente inglés o anglosajón. La segunda distinción es relativa al problema de las fuentes de estas dos tradiciones. Mientras sí es posible identificar a las de la tradición de los "Modernos", no sucede lo mismo con las de los "Antiguos".
Los sistemas “Antiguo” y “ Moderno” presentan numerosas diferencias tanto por su estatuto como por su contenido. Una primera distinción reside en el hecho de que la tradición de los "Modernos" se implantó en Francia y sobre el continente, mientras que el sistema de los "Antiguos" quedó, en su lógica y su funcionamiento, un sistema profunda y fundamentalmente inglés o anglosajón. La segunda distinción es relativa al problema de las fuentes de estas dos tradiciones. Mientras sí es posible identificar a las de la tradición de los "Modernos", no sucede lo mismo con las de los "Antiguos".
Comparando la divulgación de Prichard (1730) con los documentos más antiguos escoceses y conocidos del grupo Haughfoot (el Manuscrito de los Archivos de Edimburgo, el Manuscrito Chetwode Crawley y el Manuscrito Kevan, 1696-1714), es posible establecer una filiación entre estos dos textos. Encontramos en efecto en estos textos escoceses elementos rituales importantes que permiten pensar que son una de las fuentes localizables y ciertas de la primera masonería inglesa.
No existe nada similar para la Masonería de los "Antiguos" y las fuentes de la divulgación "Three Distincts Knocks" (1760) que estudiamos son desconocidos. Las hipótesis que se pueden adelantar con prudencia son bastante tenues. Por ejemplo, observaremos que no conocemos ningún atestado del ritual de los "Antiguos" en Inglaterra antes de los años 1750. O bien, los "Antiguos" esencialmente eran de origen irlandés. ¿Podemos deducir de eso que el ritual de los "Antiguos" se inspiraría en un sistema masónico que habría tenido origen en Irlanda a partir de fuentes indeterminadas? Sólo el estudio de la historia de la primera masonería irlandesa permitirá posiblemente responder a esta cuestión.
Abordemos ahora bajo otro ángulo los misterios de los "Tres golpes distintos", estudiando el texto mismo. Desde el primer grado que examinamos hoy, descubrimos su extrañeza extraordinaria y su novedad con relación al sistema descubierto por S. Prichard. Hay en efecto varias diferencias mayores entre estas dos tradiciones.
* La posición de los vigilantes
En el texto de Prichard, que parece repetir un uso antiguo y más simple de la masonería escocesa, el Venerable Maestro está en oriente y ambos vigilantes a occidente. Este sistema "Moderno" se difundirá sobre el Continente. Está fundado sobre el eje Este-oeste.
En la masonería de los "Antiguos", los tres oficiales están dispuestos de manera diferente: un vigilante está colocado al pleno oeste y otro al pleno sur. Además, el texto del ritual de apertura asocia el sitio de los oficiales con tres posiciones remarcables del sol: el este para el Venerable, el Oeste para el 1r vigilante y el Sur para el segundo vigilante.
* La posición de los 3 grandes candelabros
En Prichard, encontramos dos candelabros en oriente y un único a occidente (posición que se encuentra evidentemente en el rito francés). Estos candelabros no están asociados con los oficiales y representan el Sol, la Luna y el Maestro de la Logia.
En cambio, en el sistema de los "Antiguos", estos candelabros son asociados con cada uno de los 3 oficiales y con las virtudes Sabiduría, Fuerza y Belleza.
* Las tres grandes luces
Según los "Modernos", estas luces son el Sol, la Luna y el Maestro de la Logia.
Para los "Antiguos", son el Volumen de Ley Sagrada, la Escuadra y el Compás o Three “Great Lights”, las tres grandes luces, el Sol, la Luna y el Maestro de la Logia pasan a ser “Lesser Lights” o tres luces menores.
(Esto es todavía fuente de grandes confusiones. Por ejemplo, encontramos en ciertas prácticas actuales del rito francés las 3 grandes luces de los "Antiguos", es decir el Libro con La Escuadra y el Compás puestos arriba, mientras que en la tradición verdadera de los "Modernos", el Libro está sobre el altar del Venerable Maestro con la espada encima).
* La posición de las palabras sagradas
Esta cuestión es muy compleja y la diferencia entre ambas tradiciones posiblemente no es tan fundamental como se ha querido hacer ver. Prichard da dos palabras J. y B. desde el 1r grado, mientras que los "Antiguos" da una palabra B. solamente. Sin entrar en detalles, simplemente observemos que el reproche dirigido a los "Modernos", según el cual habrían invertido las palabras sagradas está, en realidad, lejos de ser probado. Es mucho más probable, en efecto, que ambas palabras fueran asociadas, al principio, (como todavía lo demuestra el texto de Prichard y que hayan sido disociados, luego. Esto podría explicar que los "Modernos" hubieran escogido la palabra J y los "Antiguos" la palabra B. Es en todo caso J que se encuentra en el 1r grado del sistema francés nacido de los "Modernos", y B. en 2º grado, mientras que en el sistema de los "Antiguos", es B. la que se encuentra en el 1r grado y J. En el 2º. Esta diferencia va a tener consecuencias incalculables. Durante cerca de 60 años las dos Grandes Logias rivales van a disputar sobre esta cuestión y este debate se perpetuará sobre el Continente hasta nuestros días.
Para proponer una hipótesis sobre el origen de la tradición de los "Antiguos", debemos considerar, después de todas estas diferencias, y paradójicamente, los puntos comunes de estos rituales. Nos damos cuenta, entonces, que existía en la masonería anglosajona de principios del siglo XVIII, un cierto número de temas pertenecientes tanto a los "Modernos" como a los "Antiguos": los oficiales (venerable y vigilantes), las palabras J. y B., las 3 luces, la Biblia, la Escuadra y el Compás, las piedras, las joyas, los 4 puntos cardinales, etc. Podríamos entonces adelantar en la hipótesis de que estos invariantes han sido dispuestos de maneras diferentes y específicas para formar ambos sistemas que conocemos.
En efecto, a finales del siglo XVII, el contenido simbólico de la masonería anglosajona (ritual, ceremonia e instrucciones) es extremadamente simple y esencialmente reside en el juramento y la Palabra. A principios del siglo XVIII, la Masonería se estructura. Es muy posible que esta voluntad de organización hubiera llevado a tomar elecciones diferentes en Inglaterra y en Irlanda. Las estructuras eran todavía embrionarias y la disposición del material simbólico de base pudo hacerse a merced de las circunstancias, los intereses locales, ideas, gustos, la imaginación de cada uno.
En esta perspectiva, es evidente que la interpretación simbólica de los significados fundamentales de estas elecciones se vuelve muy relativa más aun cuando la colocación coherente de todos estos elementos no ofrecía sin duda un número de posibilidades infinitas. Las soluciones retenidas son sin duda las que parecieron más interesantes, las más cómodas, incluso las más bellas, sin significado específico uno con relación al otro.
Finalmente, no olvidemos que es solamente con Hutchinson, en 1775, que la Masonería inglesa verdaderamente accede al estatuto de Masonería especulativa y simbolista, lo que no era el caso anteriormente, cuando se contentaba con armonizar elementos muy simples.
Para coronar el todo, la mezcla de estos dos sistemas una vez constituida va a agravar, si esto era todavía posible, la confusión inherente a estas asociaciones hasta el punto de hacerla casi inextricable. Fue el caso en Inglaterra en 1813 pero fue el caso también en Francia una decena de años antes, con la “Guía de los Masones escoceses”, cuando se combinó la tradición de los "Antiguos" con usos franceses, por tanto "Modernos".