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Triviño y la masonería: Libertad, igualdad, fraternidad

En la foto, los ex rectores Luis Triviño junto a Arturo Somoza, el actual vicerector Gustavo Kent y María Victoria Gómez de Erice.

Por Marcelo Puertas Vernengo

Sin duda esta universal trilogía, es muy cara para nosotros, a quienes nos reconocen como masones.

En mi caso particular, como en el de muchos hermanos, reconocimos y actualmente lo confirmamos, en su condición al Venerable Hermano a Luis Triviño. Dicho acto de confirmación, en su caso en particular, tiene su basamento en que siempre luchó denodadamente por tratar de ser cada vez menos esclavo de los vicios y las miserias humanas, cada vez menos soberbio, desarrollando a su vez con mayor ahínco actos de fraternidad, hacia sus congéneres.

También persuadido estoy, en que el hermano tenía todavía camino por transcurrir en su derrotero hacia la sabiduría, en razón de que como todos y cada uno de nosotros, la meta final nunca se alcanza, ya que nuestro sendero se caracteriza por ser un continuo y permanente desarrollo de energía dirigida a estar menos lejos de dicho objetivo. No obstante ello, también distingo que su temperamento estaba signado por tratar de ser coherente y consistente, hasta sus últimos días, entre lo que pensaba, decía y actuaba, caracteres, que hoy día, por desgracia, no son puestos en valor por muchos de nuestros supuestos referentes sociales, situación que lo convirtió en un “distinto”, respecto de la mediocridad e hipocresía, circundante.

Ahora bien, con su deceso la Masonería ha perdido físicamente un eslabón de valía, que nos enluta, ya que no podremos ya más contar con su prestancia, su hombría de bien, su recato, su humildad, su “sabiduría”, que todo se puede sintetizar en la cualidad humana “SU AMOR”. Coetáneamente hemos adquiridito el derecho y sobretodo el deber de tratar de asimilar y luego convertir en acto su “modus vivendi”, en lo que a virtudes se refiere, que por cierto, dilatado es en cantidad y sobresaliente en calidad.

Por último, queridísimo hermano, desde aquí te evoco a los fines de señalar humildemente, que persuadido me encuentro que ha pasado al Oriente Eterno, como los Masones llamamos a la muerte, un sujeto que siempre trató con todas sus fuerzas en llegar a ser un “Hombre Libre y de Buenas Costumbres”.

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