Por el Q:.H:. Elías Valverde.
A:.M:.
F:.C:.R:.L:.S:. Luis Heysen Incháustegui N° 3
Dentro del proceso ritual de la iniciación masónica, de seguro que el acto mas trascendente se realiza cuando ingresamos al C:. DE R:.
En este diminuto espacio físico totalmente oscuro al que se llega después de un "largo" camino, el candidato se enfrenta con la gran oportunidad de ir al encuentro consigo mismo; cuando aunado a la soledad mas extrema (simbólicamente), por que así se siente, con el cuerpo, el p:. d:. como símbolo de humildad.
Así mismo, la calavera humana frente a nosotros recordándonos el mas allá (acaso el nada, acaso el todo), que sobresale ante la tenue luz como de una pequeña vela, junto con los elementos que nos dan la vida, y un ser que dará el aviso del nuevo amanecer para el A:.M:., aquí logramos el verdadero inicio del ser masón,
Recuerdo entonces frases como "Conócete a ti mismo" y pienso lo que se me ha expresado: "Si temes que sean descubiertos tus defectos, la pasaras mal entre nosotros", "si tienes miedo a la muerte:!!retírate!!", enfrentándome conmigo mismo, redescubriéndonos, si es así entonces he dado el paso mas importante de la iniciación masónica, del profano aspirante al de A:. M:.
Todo esto nos envuelve en un halo de misterio y me pregunto ¿dónde estoy?, ¿que vendrá después?, ¿por qué me han traído aquí?, ¿qué me pasará?; entonces nuestro cuerpo de lo tenso se relaja e ingresamos a la nada y sin duda en la espera dispuestos a recibir todo.
Superada la prueba de la propia convicción, hemos empezado el largo camino de la reflexión, de la búsqueda de la verdad, al cambio; es el paso de las tinieblas a la luz, de lo profano a lo espiritual; es la nueva P:.B:. que se expone abiertamente para ser labrada de su estado tosco y natural como lo es la roca, viva y original que arrancada cae de la montaña y que a través de un largo recorrido es moldeada en cantos rodados y a su mínima expresión como arcillas, para convertirse luego en un suelo fértil y ser con ellos fuente de vida como lo es la masonería.
La iniciación masónica por ello no está en la mera escucha de discursos, lecciones o consejos que podrían recibirse en actos ceremoniales, ¡No! La iniciación está en la persona, cuando por su propia voluntad decide reflexivamente pasar de la tiniebla a la luz y se encuentra consigo mismo o, reafirmándose en su ser espiritual, convencido que en la masonería va a encontrar su verdadera realización, el perfeccionamiento moral que acaso sin pensar lo buscaba y al cual llega libremente. Luego de haber reflexionado, sumándonos humildemente con los nuevos hermanos, como obrero espiritual; obrero en la acción personal mas difícil para el ser humano: conocerse a si mismo.