AL:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.
G:.O:.F:.R:.A:.
L:.I:.F:.
AUG:. Y RESP:. LOG:. AGUSTÍN ALVAREZ Nº1
OR:. DE MENDOZA, REPÚBLICA ARGENTINA
G:.O:.F:.R:.A:.
L:.I:.F:.
AUG:. Y RESP:. LOG:. AGUSTÍN ALVAREZ Nº1
OR:. DE MENDOZA, REPÚBLICA ARGENTINA
Escribe H:. Pablo Martín Bringa
1- ASISTENCIA
2- PUNTUALIDAD
3- ESTUDIO
1- ASISTENCIA
Que verdad de Perogrullo parece ser, que obvia condición, que ridícula proposición!. Pero no se cumple. Eso si, se promete con gestos adustos, palabras decididas y publicidad del propio yo durante los aplomos, en el juramento ante el Venerable y los hermanos, y en los discursos en logia. Cuanta declamación hipócrita, falso compromiso, falta de palabra. Queremos entrar a la masonería porque estamos hartos de la poca seriedad en la Argentina y los pocos serios somos nosotros. El contrato de palabra murió y para siempre queridos hermanos.
Manual de excusas:
CONDICIONES PARA DAR INSTRUCCIÓN MASONICA
1- ASISTENCIA
2- PUNTUALIDAD
3- ESTUDIO
1- ASISTENCIA
Que verdad de Perogrullo parece ser, que obvia condición, que ridícula proposición!. Pero no se cumple. Eso si, se promete con gestos adustos, palabras decididas y publicidad del propio yo durante los aplomos, en el juramento ante el Venerable y los hermanos, y en los discursos en logia. Cuanta declamación hipócrita, falso compromiso, falta de palabra. Queremos entrar a la masonería porque estamos hartos de la poca seriedad en la Argentina y los pocos serios somos nosotros. El contrato de palabra murió y para siempre queridos hermanos.
Manual de excusas:
- “Trabajo hasta tarde”. En el aplomo se les dijo el horario y dijeron que podían respetarlo. Primera mentira.
- “Se me complicó con un cliente, paciente, guardia, caso, negocio, etc”. Ponerse a cubierto es poder prever o anticiparse a que esto no suceda. Dirigir es prever. Si nos complica cualquiera, nosotros complicamos a nuestros hermanos, y el virus no para.
- “Se me enfermó mi padre, madre, hermano, tío, el perro, hijo, canario”. Que tal si le dejamos el remedio, buscamos con anticipación otra persona que los cuide, dejamos el número telefónico de la emergencia médica, nos comunicamos en caso de urgencia por msn puesto el celular en vibrador.
- “Estuve enfermo”. Esta razón es más entendible. Pero yo la transformaría en pregunta: ¿estuve enfermo?, y, ¿hasta que punto estoy dispuesto a entregarme a una justa causa?. Se acuerdan cuando NOS preguntaron: ¿esta usted dispuesto a arrostrar la muerte si fuera necesario por defender los principios de la orden?. A mi me resuena todo el tiempo la seguridad con que se contesta: ;SI ESTOY DISPUESTO!. Imaginémonos que estamos en guerra y nuestro general se queda solo en el campo porque los soldados tienen un resfrío, gripe, dolor de panza. Pensemos ahora que estamos en guerra contra la ignorancia. ¿Qué estamos realmente dispuestos a dar en esta batalla?. Ojo ya no nos mintamos más.
- “Estoy en San Martín, Rivadavia, Bs As, disculpame, no llego”. Propongo que ante una falta al templo se pague una multa del doble de lo que el hermano disculpador paga en el saco de la viuda, o se le pague el ágape al hermano disculpador. ¿Alguno le ha devuelto alguna vez la plata al hermano disculpador en atención a lo que hizo ante nuestro mal manejo de la regla?. ¿Que hay de los hermanos que ponen toda su voluntad para cumplir con su palabra? ¿Son todos unos imbéciles útiles?, ¿tienen que ser garantes de los que no cumplen?.
- “Vivo en una zona donde hay muchos robos y mi familia está sola” Contrátele un policía querido hermano y si no puede diríjase al Venerable Maestro o a su querido Vigilante y pídale la baja definitiva del cuadro. ¿No le parece mas honesto de su parte?, ¿Porqué no lo dijo en el aplomo?. Ahh ya sé la culpa es del aplomador, claro. ¿Usted no es culpable de nada querido hermano?, ¿para que quiere ser masón si no quiere dejar de ser profano?. Yo le recomiendo que busque por Internet alguna otra institución.
- “Hoy es mi cumpleaños, estoy construyendo, mañana tengo que madrugar, tengo reunión en el partido, consorcio, estoy muerto”. Haber, algunas ideas básicas para solucionar estos grandes problemas que aquejan a la humanidad de algunos hermanos. El cumple lo pueden pasar para mañana, la construcción nocturna no es muy efectiva, los pueden demandar ante la subsecretaría de trabajo y cuidado con no tener ART. Si mañana tiene que madrugar, madrugue, igual puede asistir a la logia, nadie le impide que madrugue querido hermano. El partido, y buee si usted es masón debería preferir el integrado de la masonería, piénselo. Si está muerto de cansancio, de dolor de cabeza, de problemas, preocupaciones, yo le diría que cuando ingresó a ésta institución se dejo como verdad tácita que todos los integrantes de la misma deben ser hombres vivos y no muertos.
Por último querido hermano, tenga en claro que cuando usted falta, se retraza, me retraza y nos retraza a todos, y como es bien sabido la masonería es una institución que busca la evolución y el progreso de los hombres y mujeres. Por consiguiente no haga de ella una institución que retrace, contribuya a que la misma avance. No se transforme en un retrazante crónico. Respete mi tiempo y el de todos los hermanos que cumplen y permiten que usted hoy pueda estar aquí. NO SEA RETRAZADOR, PASE DE CAMELLO A LEÓN. Quizás algún día se transforme en niño creador de nuevos valores. No vuelva a permitir con su conducta que se vuelva a presentar algún día una plancha de este tenor en un templo masónico. Lo hago responsable ante la logia de tener que hacerme cargo de esta plancha absurda, pero NECESARIA como ninguna otra en los tiempos que corren.
2- PUNTUALIDAD
Un proverbio alemán reza la siguiente gran verdad: “SI NO SE PUEDE LLEGAR A PUNTO, HAY QUE LLEGAR ANTES DEL PUNTO”. Cuanto respeto se traduce en la frase, cuanta consideración por el otro, cuanto amor demuestra por nuestros congéneres. Pero se dirá que es Alemán, y esto es cierto. Alemania es primer mundo definitivamente. ¿Alguno se ha puesto a pensar aunque sea alguna vez en su vida que porcentaje de responsabilidad en el desarrollo de un pueblo tiene el hábito de la puntualidad de sus habitantes? Que lástima, porque encontraríamos tantas verdades en ese nicho poco descubierto por los Argentinos. Si copiáramos aunque sea la puntualidad de los alemanes, y digo copiar, no internalizar que es mas profundo, Argentina mejoraría en un 20 por ciento en todos sus aspectos. Pero claro somos argentinos y hay un mandato que nos dice: “si nadie es puntual, ¿porqué voy a ser yo puntual?”. Ahora bien, la impuntualidad es un virus que se esparce rápidamente por el inconciente popular, pero la puntualidad no tiene la misma velocidad para arraigar en el pueblo. La puntualidad es más difícil de practicar, como cualquier otra virtud. Los vicios se aprenden a la velocidad de la luz, las virtudes solo se declaman para que en la realidad podamos seguir practicando los vicios.
Ser puntual significa valorar la geometría de la que está echa el universo. Es entender que del mismo punto en cadena está hecha la línea y cualquier otra figura. La puntualidad es precisión, que no solo sirve como respeto al tiempo del otro. También sirve para el auto-conocimiento y el aprovechamiento de nuestras infinitas posibilidades de progreso. Seamos puntuales con nosotros mismos para ser puntuales con los demás. Ser puntual significa dar en el punto exacto, estar donde debo estar, acertar al blanco, hacer las cosas lo mejor posible, tratar de entender la sapiencia de la matemática, la geometría y el movimiento cósmico. ¿Imagínense si mañana se le ocurriera a Marte no llegar a tiempo a su constelación o a su órbita?, ¿o si al sol mañana se le ocurriera faltar al amanecer o llegar tarde porque está cansado?. ¿Que pasaría si el aire que respiramos se tomara un descanso de 24 hs y decidiera no oxigenar a nadie?. La puntualidad está presente primero en el cosmos, la galaxia, para luego estar en nosotros. Los países desarrollados se distinguen primordialmente por respetar el orden del universo, sus leyes, normas, armonía. Los países subdesarrollados como el nuestro se distinguen por transgredir con impunidad absoluta todas las normas, las leyes, las armonías.
Ser puntual es mucho mas que el acto de serlo, es mas bien una garantía para el buen vivir no solo nuestro sino de una sociedad. Es un reconocimiento de la sabiduría ancestral de la astronomía psicológica. Un hábito que todo masón debería adoptar para que por lo menos en nuestros templos se complazca a la precisión del precioso reloj del universo. Cuando soy impuntual, el otro espera y cuando este otro le toca volver a esperar con otros y otros impuntuales, se va desgastando, hasta que por fin pierde la batalla y se entrega también a la impuntualidad, y de esta manera no nos imaginamos hasta donde llega el daño que hacemos. Nosotros somos un punto en el universo y para mejorar debemos llegar en punto a nuestro punto y al de los otros. Llegar a punto es estar a cubierto del caos y el desorden, es un símbolo del respeto por el libro de la ley universal. Una actitud que garantiza seriedad. Yo creo, y permítanme el atrevimiento, que Gutember instauró la puntualidad en el mundo moderno. Él creó la imprenta, pero como lo supo descifrar Agustín Alvarez, la genialidad de Gutemberg fue descubrir una matriz para cada letra. Una matriz para la “a”, una matriz para la “b”, una matriz para la “c”. Una vez que se crearon todas las matrices de todas las letras, se las citó a cada una para que construyeran todos los discursos. ¿Que hubiese pasado si las vocales no hubieran llegado a tiempo a la construcción de los párrafos?. Imaginemos, ya que estamos en grado de aprendiz (para eso está la luna en el templo como símbolo de la imaginación), que se citan a todas las letras que forman la palabra FRATERNIDAD a tener una reunión a las 21 hs en punto, pero resulta, que a la cita llegan tarde la “f”, la “e”, la “r”, la “n”, la “i”, y las dos “d”. Al empezar la reunión solo se puede formar la palabra RATA y solo cuando lleguen el resto de las letras, si es que llegan se podrá formar la palabra fraternidad con todas sus letras. La pregunta obligada es la siguiente: ¿cómo transformar rata en fraternidad si faltan tantas letras? Es imposible. Pero si todas las letras llegan a la hora que tienen que estar la palabra se forma y el objetivo se cumple.
Lo que quiero decir es que, una letra, una matriz, un punto, un individuo son una y la misma cosa, entonces trabajar en ser puntual es trabajar en ser uno mismo lo mejor que se pueda para que todo un sistema de relaciones funcione como un buen engranaje. Ser puntual es pensar en la construcción del futuro educativo de nuestros hijos, en un país mejor y por supuesto en una masonería superior.
3- ESTUDIO
Ni bien nos inician nos entregan el ritual, lo repetimos todos los jueves, también nos dan el libro de primer grado y el manual de docencia. ¿Es poca bibliografía?. Si el Hermano pide se lo provee de innumerables libros sobre el grado. Una pregunta básica sería: ¿realmente se leen los tres libros básicos?, ¿se lee la bibliografía auxiliar? Lo que pregunto para todos lo pregunto para mí: ¿leo todo lo que tengo que leer?, y algo más importante aún para poder ir develando los misterios del grado: ¿releo los tres grandes libros?. Leer es también una condición básica para poder descubrir las verdades en nuestro interior y afuera con fundamento. El estudio expande los niveles de análisis profano, los provee de pico y pala para poder ahondar en la minería del conócete a ti mismo, nos da la movilidad necesaria para poder transportar a la sociedad lo descubierto y hacer de ella un lugar mejor para vivir. Pero de lo que estamos hablando es del estudio de libros, que en cierto modo, y si no estamos atentos, parecieran ser ajenos nosotros, como si estuvieran escritos para los demás, como si fueran externos a nuestros actos. La bibliografía masónica tiene que servir de disparador para descubrir la bibliografía inexistente que no está escrita en ningún soporte, ni material, ni virtual. Hay una bibliografía que tenemos que construir y que es la más importante. Es la bibliografía escrita en nosotros mismos, la bibliografía tácita que está escrita en nuestra conciencia y que clama por salir o quizás esté aún dormida. Cada uno de nosotros es un libro aún sin terminar, una bibliografía que tenemos que ordenar y escribir para legarnos el poder del cambio. Presentar un trabajo en logia, no significa únicamente investigar toda la historia y poblar de datos ajenos nuestra obra. Significa ser fiel a nuestra autenticidad y originalidad, amar nuestro fuero íntimo, pulirlo y mostrarlo para saber con que se cuenta en logia. Yo como aprendiz soy sujeto y objeto de estudio y por esta razón casi al terminar la iniciación nos ponen un espejo en frente. Una para saber cuál es nuestro propio enemigo y la otra para estudiar a ese ser que somos nosotros mismos, para poder mejorarlo gradual y paulatinamente. Nos dicen que somos nuestro propio enemigo para patentizar la autocrítica e ir demoliendo la fácil y cómoda posición de solo criticar a los demás. Agustín Alvarez en su Manual de Patología Política decía que criticarse a uno mismo es mucho más difícil que criticar a los demás.
Entonces, demos más lugar a nuestro estudio exterior e interior para decirlo de algún modo. Usemos nuestra regla para suspender ciertas actividades superficiales y cambiarlas por momentos de estudio y meditación. Por ejemplo, suprimiendo una hora de “x” programa televisivo y dedicándolo a la lectura creo que bien concentrados podemos extraer una producción de 30 o más páginas por día, lo que equivale a 150 páginas por semana, solo considerando de lunes a viernes. Entonces podríamos hablar de un libro por semana que no es poca cosa. Y también equivaldría a cambios en nuestra conducta y compromiso con la orden ya que estaríamos muchos más comprometidos al conocer más a fondo lo que hacemos aquí. Recordemos lo que decía Hegel sobre la lectura. Sostenía que leer a un gran pensador por ejemplo no es un acto pasivo, sino una conversación con el mismo pensador. Leer entonces a hermanos que llevan años en masonería es conversar con ellos y aprender de sus experiencias. ¿Que privilegio el de la lectura no? Y que barato. Tanto los libros como la iniciación son donaciones o herencias que recibe el masón. Eso sí depende de él exclusivamente, el uso que haga de las mismas. Es como cuando uno recibe una herencia dineraria. Podemos despilfarrar el dinero en un año o invertirlo racionalmente en un proyecto que nos permita vivir bien por mucho tiempo.
CONCLUSIÓN
Tres abonos son fundamentales y básicos para que crezca en el jardín masónico universal, la instrucción y luego la educación, y ellos son la ASISTENCIA, LA PUNTUALIDAD Y EL ESTUDIO. Cuando falta uno de ellos el jardín comienza a marchitar y el trabajo se hace como se puede y no como se debería hacer. Depende de cada uno de nosotros hacer que estos principios se hagan piel en nuestras vidas y con ello contribuimos a que todo el sistema de nuestra institución comience a alinearse y balancearse para mejorar su performance. Los frutos que pueda dar aquel jardín, depende del abono y el riego que podamos imprimir en él, todos los masones en sociedad, contra la hipocresía, la ignorancia y la ambición.
BIBLIOGRAFÍA
2- PUNTUALIDAD
Un proverbio alemán reza la siguiente gran verdad: “SI NO SE PUEDE LLEGAR A PUNTO, HAY QUE LLEGAR ANTES DEL PUNTO”. Cuanto respeto se traduce en la frase, cuanta consideración por el otro, cuanto amor demuestra por nuestros congéneres. Pero se dirá que es Alemán, y esto es cierto. Alemania es primer mundo definitivamente. ¿Alguno se ha puesto a pensar aunque sea alguna vez en su vida que porcentaje de responsabilidad en el desarrollo de un pueblo tiene el hábito de la puntualidad de sus habitantes? Que lástima, porque encontraríamos tantas verdades en ese nicho poco descubierto por los Argentinos. Si copiáramos aunque sea la puntualidad de los alemanes, y digo copiar, no internalizar que es mas profundo, Argentina mejoraría en un 20 por ciento en todos sus aspectos. Pero claro somos argentinos y hay un mandato que nos dice: “si nadie es puntual, ¿porqué voy a ser yo puntual?”. Ahora bien, la impuntualidad es un virus que se esparce rápidamente por el inconciente popular, pero la puntualidad no tiene la misma velocidad para arraigar en el pueblo. La puntualidad es más difícil de practicar, como cualquier otra virtud. Los vicios se aprenden a la velocidad de la luz, las virtudes solo se declaman para que en la realidad podamos seguir practicando los vicios.
Ser puntual significa valorar la geometría de la que está echa el universo. Es entender que del mismo punto en cadena está hecha la línea y cualquier otra figura. La puntualidad es precisión, que no solo sirve como respeto al tiempo del otro. También sirve para el auto-conocimiento y el aprovechamiento de nuestras infinitas posibilidades de progreso. Seamos puntuales con nosotros mismos para ser puntuales con los demás. Ser puntual significa dar en el punto exacto, estar donde debo estar, acertar al blanco, hacer las cosas lo mejor posible, tratar de entender la sapiencia de la matemática, la geometría y el movimiento cósmico. ¿Imagínense si mañana se le ocurriera a Marte no llegar a tiempo a su constelación o a su órbita?, ¿o si al sol mañana se le ocurriera faltar al amanecer o llegar tarde porque está cansado?. ¿Que pasaría si el aire que respiramos se tomara un descanso de 24 hs y decidiera no oxigenar a nadie?. La puntualidad está presente primero en el cosmos, la galaxia, para luego estar en nosotros. Los países desarrollados se distinguen primordialmente por respetar el orden del universo, sus leyes, normas, armonía. Los países subdesarrollados como el nuestro se distinguen por transgredir con impunidad absoluta todas las normas, las leyes, las armonías.
Ser puntual es mucho mas que el acto de serlo, es mas bien una garantía para el buen vivir no solo nuestro sino de una sociedad. Es un reconocimiento de la sabiduría ancestral de la astronomía psicológica. Un hábito que todo masón debería adoptar para que por lo menos en nuestros templos se complazca a la precisión del precioso reloj del universo. Cuando soy impuntual, el otro espera y cuando este otro le toca volver a esperar con otros y otros impuntuales, se va desgastando, hasta que por fin pierde la batalla y se entrega también a la impuntualidad, y de esta manera no nos imaginamos hasta donde llega el daño que hacemos. Nosotros somos un punto en el universo y para mejorar debemos llegar en punto a nuestro punto y al de los otros. Llegar a punto es estar a cubierto del caos y el desorden, es un símbolo del respeto por el libro de la ley universal. Una actitud que garantiza seriedad. Yo creo, y permítanme el atrevimiento, que Gutember instauró la puntualidad en el mundo moderno. Él creó la imprenta, pero como lo supo descifrar Agustín Alvarez, la genialidad de Gutemberg fue descubrir una matriz para cada letra. Una matriz para la “a”, una matriz para la “b”, una matriz para la “c”. Una vez que se crearon todas las matrices de todas las letras, se las citó a cada una para que construyeran todos los discursos. ¿Que hubiese pasado si las vocales no hubieran llegado a tiempo a la construcción de los párrafos?. Imaginemos, ya que estamos en grado de aprendiz (para eso está la luna en el templo como símbolo de la imaginación), que se citan a todas las letras que forman la palabra FRATERNIDAD a tener una reunión a las 21 hs en punto, pero resulta, que a la cita llegan tarde la “f”, la “e”, la “r”, la “n”, la “i”, y las dos “d”. Al empezar la reunión solo se puede formar la palabra RATA y solo cuando lleguen el resto de las letras, si es que llegan se podrá formar la palabra fraternidad con todas sus letras. La pregunta obligada es la siguiente: ¿cómo transformar rata en fraternidad si faltan tantas letras? Es imposible. Pero si todas las letras llegan a la hora que tienen que estar la palabra se forma y el objetivo se cumple.
Lo que quiero decir es que, una letra, una matriz, un punto, un individuo son una y la misma cosa, entonces trabajar en ser puntual es trabajar en ser uno mismo lo mejor que se pueda para que todo un sistema de relaciones funcione como un buen engranaje. Ser puntual es pensar en la construcción del futuro educativo de nuestros hijos, en un país mejor y por supuesto en una masonería superior.
3- ESTUDIO
Ni bien nos inician nos entregan el ritual, lo repetimos todos los jueves, también nos dan el libro de primer grado y el manual de docencia. ¿Es poca bibliografía?. Si el Hermano pide se lo provee de innumerables libros sobre el grado. Una pregunta básica sería: ¿realmente se leen los tres libros básicos?, ¿se lee la bibliografía auxiliar? Lo que pregunto para todos lo pregunto para mí: ¿leo todo lo que tengo que leer?, y algo más importante aún para poder ir develando los misterios del grado: ¿releo los tres grandes libros?. Leer es también una condición básica para poder descubrir las verdades en nuestro interior y afuera con fundamento. El estudio expande los niveles de análisis profano, los provee de pico y pala para poder ahondar en la minería del conócete a ti mismo, nos da la movilidad necesaria para poder transportar a la sociedad lo descubierto y hacer de ella un lugar mejor para vivir. Pero de lo que estamos hablando es del estudio de libros, que en cierto modo, y si no estamos atentos, parecieran ser ajenos nosotros, como si estuvieran escritos para los demás, como si fueran externos a nuestros actos. La bibliografía masónica tiene que servir de disparador para descubrir la bibliografía inexistente que no está escrita en ningún soporte, ni material, ni virtual. Hay una bibliografía que tenemos que construir y que es la más importante. Es la bibliografía escrita en nosotros mismos, la bibliografía tácita que está escrita en nuestra conciencia y que clama por salir o quizás esté aún dormida. Cada uno de nosotros es un libro aún sin terminar, una bibliografía que tenemos que ordenar y escribir para legarnos el poder del cambio. Presentar un trabajo en logia, no significa únicamente investigar toda la historia y poblar de datos ajenos nuestra obra. Significa ser fiel a nuestra autenticidad y originalidad, amar nuestro fuero íntimo, pulirlo y mostrarlo para saber con que se cuenta en logia. Yo como aprendiz soy sujeto y objeto de estudio y por esta razón casi al terminar la iniciación nos ponen un espejo en frente. Una para saber cuál es nuestro propio enemigo y la otra para estudiar a ese ser que somos nosotros mismos, para poder mejorarlo gradual y paulatinamente. Nos dicen que somos nuestro propio enemigo para patentizar la autocrítica e ir demoliendo la fácil y cómoda posición de solo criticar a los demás. Agustín Alvarez en su Manual de Patología Política decía que criticarse a uno mismo es mucho más difícil que criticar a los demás.
Entonces, demos más lugar a nuestro estudio exterior e interior para decirlo de algún modo. Usemos nuestra regla para suspender ciertas actividades superficiales y cambiarlas por momentos de estudio y meditación. Por ejemplo, suprimiendo una hora de “x” programa televisivo y dedicándolo a la lectura creo que bien concentrados podemos extraer una producción de 30 o más páginas por día, lo que equivale a 150 páginas por semana, solo considerando de lunes a viernes. Entonces podríamos hablar de un libro por semana que no es poca cosa. Y también equivaldría a cambios en nuestra conducta y compromiso con la orden ya que estaríamos muchos más comprometidos al conocer más a fondo lo que hacemos aquí. Recordemos lo que decía Hegel sobre la lectura. Sostenía que leer a un gran pensador por ejemplo no es un acto pasivo, sino una conversación con el mismo pensador. Leer entonces a hermanos que llevan años en masonería es conversar con ellos y aprender de sus experiencias. ¿Que privilegio el de la lectura no? Y que barato. Tanto los libros como la iniciación son donaciones o herencias que recibe el masón. Eso sí depende de él exclusivamente, el uso que haga de las mismas. Es como cuando uno recibe una herencia dineraria. Podemos despilfarrar el dinero en un año o invertirlo racionalmente en un proyecto que nos permita vivir bien por mucho tiempo.
CONCLUSIÓN
Tres abonos son fundamentales y básicos para que crezca en el jardín masónico universal, la instrucción y luego la educación, y ellos son la ASISTENCIA, LA PUNTUALIDAD Y EL ESTUDIO. Cuando falta uno de ellos el jardín comienza a marchitar y el trabajo se hace como se puede y no como se debería hacer. Depende de cada uno de nosotros hacer que estos principios se hagan piel en nuestras vidas y con ello contribuimos a que todo el sistema de nuestra institución comience a alinearse y balancearse para mejorar su performance. Los frutos que pueda dar aquel jardín, depende del abono y el riego que podamos imprimir en él, todos los masones en sociedad, contra la hipocresía, la ignorancia y la ambición.
BIBLIOGRAFÍA
- Libro del primer grado
- Manual de docencia masónica
- Ritual de Aprendiz Masón