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Los diez masones más influyentes de España

Perseguidos en nuestro país como en ningún otro del mundo, los masones españoles están creciendo espectacularmente, a pesar de sus diferencias. El 9 de mayo, cuatro obediencias crean el Espacio Masónico Ibérico. Buscan, sobre todo, una cosa: que la gente conozca su realidad, muy alejada de viejas leyendas negras y de teorías conspiranoicas.
Escribe Luis Algorri

¿Poder? ¿La masonería española de hoy? ¿De qué me está hablando? La masonería no tiene ningún poder público, si se refiere a eso. Afortunadamente. No es ése nuestro papel. No buscamos el poder”. El maestro masón Javier Otaola, abogado, escritor, filósofo, síndico-defensor del Ciudadano en Vitoria, ex gran maestre de la Gran Logia Simbólica Española (GLSE), habla completamente en serio. Sabe que contradice de manera frontal lo que mucha gente, aún la mayoría de la sociedad española, piensa sobre la masonería; también sabe que ésa es una realidad que tiene un remedio trabajoso y, sobre todo, lento. Pero Otaola, sin duda uno de los masones más influyentes de España, es muy claro. La masonería ni tiene ni busca lo que se entiende por poder.

Y quien diga lo contrario –insiste–, o se equivoca o falta interesadamente a la verdad. Los masones españoles saben que esto último es muy frecuente cuando ciertas personas hablan de ellos.

Francia: 250.000 masones, entre ellos dos ministros y el jefe de Gabinete del presidente de la República (ver recuadro). EEUU: más de cinco millones de masones, y además 15 de los 44 presidentes que ha tenido. Entre ellos el primero, George Washington, y también Adams, los dos Roosevelt, McKinkley, Truman y Ford. Gran Bretaña: 700.000 masones, y la Orden está históricamente vinculada a la Casa Real. México: medio millón. Noruega: 16.000 sobre 4,7 millones de habitantes. Portugal: unos 20.000.

¿Y España? A fecha de hoy, unos 4.000 masones –aunque el crecimiento está siendo espectacular en los últimos meses– repartidos en casi dos centenares de logias que, a su vez, se agrupan en 13 Obediencias o Grandes Logias distintas, algunas muy pequeñas. Desde la recuperación de la democracia, hace 30 años, ha habido un solo ministro español abiertamente masón: el socialista canario Jerónimo Saavedra, hoy alcalde de Las Palmas. Se habla de ciertos altos cargos, de algún consejero autonómico, incluso de militares de elevada graduación. Pero no hay nada claro porque muchísimos masones españoles mantienen hoy en secreto su condición de tales. Algo inconcebible no ya en EEUU o en el Reino Unido sino en la inmensa mayoría de los países con larga tradición democrática. En Francia o Bélgica, pertenecer a la masonería es algo que mucha gente pone en su currículum con toda naturalidad, porque la gente entiende sin problemas que alguien que ha logrado ingresar en la fraternidad masónica es una persona fiable, un ciudadano al que se le suponen ciertos valores éticos.

Fuente REVISTA TIEMPO (España)

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