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Gran Maestro de Chile aclaró con Fiscal Nacional concepto de formalización

El Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Juan José Oyarzún, se entrevistó este viernes 17 de julio con el Fiscal Nacional, Sabas Chahuán Sarrás, con el fin de aclarar la conceptualización de la formalización en la nueva Justicia, que algunos profesionales interpretan como reemplazante del llamado auto de procesamiento de la Justicia tradicional.

Gran Maestro aclaró con Fiscal Nacional concepto de formalización

El Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Juan José Oyarzún, calificó como muy cordial y amena la reunión que sostuvo con el Fiscal Nacional, Sabas Chahuán Sarrás.

El Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Juan José Oyarzún, se entrevistó este viernes 17 de julio con el Fiscal Nacional, Sabas Chahuán Sarrás, con el fin de aclarar la conceptualización de la formalización en la nueva Justicia, que algunos profesionales interpretan como reemplazante del llamado auto de procesamiento de la Justicia tradicional.

La audiencia tuvo lugar en la Sala de Reuniones de Ministerio Público, en calle General Mackenna, tercer piso.

A la salida de la cita, el máximo representante de la Masonería dijo que había sido una reunión muy cordial y amena.

Indicó que en la ocasión, se precisó que la formalización tiene como propósito evitar la prescripción de los cargos en el quehacer judicial y es una herramienta de gran valor para emitir un juicio adecuado y ponderado.

INTITUCION ETICA

El Gran Maestro añadió que en su entrevista con el Fiscal Nacional, Sabas Chahuán Sarrás, se convino que en el caso especial de una institución ética, el problema de su imagen pública adquiere carácter de relevante.

“Ello, porque cuando una persona de relevancia pública es acusada de haber cometido un delito la noticia sale en las primeras páginas de los diarios, pero después, cuando le levantan los cargos, el hecho queda relegado a las páginas interiores y con escasa cobertura”, acotó.

Juan José Oyarzún precisó que “no obstante, una organización ética, como la nuestra, tiene que cuidar su prestigio para que pueda seguir actuando tranquilamente”.

La conclusión es, en suma, que todo miembro de la Masonería debe ser como la mujer del César, con un aura acrisolada de moralidad en su comportamiento.

Reiteró que “lo único que nos interesaba era abordar ese puntual aspecto ético, para poder seguir actuando con mayor tranquilidad, y esta información la daré a conocer al organismo interno pertinente de nuestra Institución”.

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