MASONES POR LA MASONERÍA
Orlando Solano Bárcenas
Ex Gran Maestro de la Gran Logia de Colombia
(1985-1989)
Nuestro tema de hoy, es el de “perspectivas de fraternidad”. Tema futurista. De probabilidades, de posibilidades, de expectativas, de eventualidades, de campo que se abre al pensamiento, a la actividad no de unos pocos sino de todos. En fin, tema de horizontes de futuro.
Thema también “en” perspectiva, hacia el futuro, en proyecto y con miras a algo. Como cuando se dice de alguien que “tiene un bello futuro en perspectiva”. Para el caso, el de la Fraternidad.
Así mismo, podemos hablar de poner algo “bajo cierta óptica”, bajo cierto punto de vista. Para el caso, el de la Fraternidad.
Llevado a lo concreto, “perspectiva” es un arte. El arte de representar los objetos sobre una superficie plana y de forma tal que su representación coincida con la percepción visual que se pueda tener, tomando para ello su posición en el espacio con relación al ojo del observador. Con otras palabras, es el arte de representar los objetos según las diferencias que producen en ellos la posición y la distancia. Es por esta razón que se habla, entonces, de las leyes de la perspectiva.
También puede decirse de la perspectiva que es el “aspecto” que presentan -desde un punto determinado- diversos objetos lejanos. Por ejemplo, desde la peana, desde la silla del speaker o de la del Venerable Maestro se puede tener -si se es inteligente o simplemente consecuente-, una mejor perspectiva de lo dirigido y de los dirigidos.
Así mismo, se habla de la “perspectiva caballera” que es convencional y sirve para dar una representación clara del objeto o de la disposición de las diversas partes del mismo. Desde la altura de la “flecha” de la catedral de Nôtre Dame de París, el Maestro de la loge podía observar el todo y las partes, lo consonante y lo disonante.
Como el caballero o “caballo del ajedrez” saltaba el Maestro de la obra de lo evidente a lo sutil, naturalmente si tenía tiempo para ello. Disposición del tiempo que no se puede poner en duda, porque allí están las obras del gótico en su perennidad. La perspectiva caballera era y es, entonces, una visión desde atrás y desde lo alto; pero, siempre acompañado el Maestro por sus discípulos y jamás con el prurito de hacer cabalgata en solitario o con cuadrilla minoritaria.
La perspectiva implica proximidad con el árbol y distancia con el bosque. El pintor, para ver los árboles, tiene que ver el bosque y no tanto lo contrario. Si no se ve el conjunto, se nos escapan las partes. Sí sólo se ven unos pocos individuos, la Fraternidad deja de ser alteridad respetuosa y solidaria, para convertirse en favoritismo.
La perspectiva se traduce o convierte en “expectativa”, cuando deja de ser sólo lineal. Es decir, cuando no se limita al simple contorno del objeto y, por el contrario, desciende a lo abisal de situaciones, posiciones o circunstancias.
La perspectiva que lleva a la esperanza, es aquella que nos da derecho a alcanzar o a esperar algo bueno que se encuentre fundado sobre promesas realizables o sobre probabilidades más o menos ciertas. La expectativa no puede ser desmoralizante, reiterativa en la negación, en el incumplimiento. Permanecer en la expectativa siempre aplazada, es decepcionante. La expectativa es una espera prudente que consiste en no tomar partido antes de que una solución cierta sea presentada, estudiada, puesta en balance. La catedral de Saint-Paul, no se hizo en un día ni en una noche; pero, se hizo y allí está toda ella enhiesta.
MASONES POR LA MASONERÍA espera con prudencia oír propuestas de soluciones ciertas que sean el resultado de miradas hacia atrás –críticas por supuesto- y hacia adelante con perspectivas de cambio, de mejoramiento. Pero, también presentando en el momento aquéllas que crea deban ser estudiadas en un ambiente libre y tolerante.
MASONES POR LA MASONERÍA no quiere que todo gire sobre lo “eventual”, sobre lo que puede o no producirse, sobre lo que es contingente, incierto, aleatorio o condicional. El éxito que espera este círculo de estudios es cierto, necesario, previsto, real. Parodiando a Pierre Loti podríamos decir “nada más que la perspectiva de pasar allí otra oscura noche me aprieta el corazón”. Esas noches aciagas se espera que sean pronto superadas, para bien de la Orden.
Queremos los miembros de este círculo de estudios nuevos horizontes, previa mirada hacia el pasado. Para nosotros, sus miembros, el plan de la obra debe ser diseñado en perspectiva, a la manera del Maestro masón de antaño que mirando hacia el románico pudo construir la bóveda de crucería en la catedral de Estrasburgo. Allí, canteros y albañiles ponían en marcha el plan de la obra con vocación de eternidad.
Quiere decir lo anterior, que pedimos una “nueva óptica”, una nueva manera de ver lo antiguo y lo moderno. En razón de esto, el punto de vista de MASONES POR LA MASONERÍA se sitúa por encima de lo eventual y de lo personal. Su óptica se alinea sobre un plano a la vez real e ideal que le permita ver el fenómeno masónico de la forma más completa posible. A la manera de un dibujante, escoge un punto de vista que le permita poner una escena en perspectiva.
Esa manera de ver propuesta por MASONES POR LA MASONERÍA es histórico-comparativa, porque con ella se trata de superar la opinión puramente particular y sin “refracciones” que desvíen el rayo de la luz sincera y sin “refractaciones” que sean rebeldes al sometimiento de la obligatoriedad del plan o a la voluntad mayoritaria surgida de la libre discusión sobre el fin y los medios.
La perspectiva de fraternidad que procuramos en MASONES POR LA MASONERÍA no es la de la simple apariencia, ella es verosímil, conveniente y oportuna. No es de simple contingencia, porque sus probabilidades de éxito no son fruto de la improvisación sino de un proyecto que toma raíces en el pasado, que está explorando el presente y se proyectará con “prospectiva”. Naturalmente, siguiendo pasos metódicos. Por ejemplo los sondeos de opinión, la aproximación individual y grupal, con previsión realista de futuro y con inteligencia en el sentido a conferirle al proyecto.
No obstante, prospección implica hacer primero “retrospección”. Implica ir del presente hacia el pasado, poniendo en consideración una serie de eventos antecedentes o de causas eficientes que prolongan o están prolongando sus efectos en el momento actual y no precisamente para bien de la Orden. No se trata de apenas poner a funcionar el espejo retrovisor. Esa visión sería demasiado inmediatista. Lo que espera nuestro círculo de estudios queda perfectamente retratado en la frase del canal History Channel: “¿Sabes dónde estás parado?”.
Todo ello con visión januaria, de pasado y futuro. Subidos en el monte Janiculus, a fin de ver mejor hacia atrás y hacia adelante. Con mentalidad de “Edad de oro” lo que implica honestidad perfecta en las directivas, abundancia –selectiva- en el reclutamiento no pasivo, paz profunda en lo interno y en lo externo. Sin barrios londinenses de dudosa reputación que nos sumerjan en el descrédito, sin espectadores indiscretos de nuestros augustos misterios.
Con espíritu de constructores de barcos de la comunicación con el mundo externo, extroversión disciplinada y guiada por hábil timonel que no permita que el Bounty se le salga de las manos.
Con espíritu histórico de constructores operativos de catedrales que utilizan con sabiduría y destreza unos el mazo, el cincel y la regla; otros la llana, el palustre y la plomada, y, los más avezados con la escuadra, el compás y el nivel.
Con invención, recaudación y puesta en circulación de una moneda sana, bien cuidada; y, sobre todo …bien auditada. Sin dejar huellas de actos poco claros o inútiles.
Con espíritu civilizador y civilista que les ofrezca a los Aborígenes del Lacio, profanos en la ciudadanía, un espíritu de convivencia, de paz y armonía que justifique viajes atronadores, viajes peligrosos por las escotillas del gruyère sobre el que nos han sentado y ojalá que sin consecuencias graves en lo que respecta a normativas locales o a la integridad de los hermanos.
A esos profanos, MASONES POR LA MASONERÍA les enseñará que la vida en la loggia no es miserable, que en ella existe un espíritu de convivencia que es extraño a declaraciones imprudentes que ofenden la neutralidad religiosa y política de la Orden, les enseñará que nuestras leyes educan para la libertad y no para el sometimiento; les transmitirá que lo que se cultiva aquí es la sencillez y no los alamares de espadas que jamás tuvieron cabida en la hütte de la catedral de Colonia, donde sólo entraban los instrumentos de construcción de la obra y del espíritu.
Como las puertas del templo de Janus, las de nuestros templos estarán abiertas para una proyección externa inteligente, ordenada, sin tremendismos inmaduros que por buscar épater les bourgeois alejan a gente valiosa que, como en el siglo XVII, buscan en nuestros Talleres un remanso de paz frente a la fatiga de las guerras de religión o del choque de civilizaciones. ¡Cuán grato era ver en el campamento de la catedral de Chartres albañiles de la Renania, de la Galia, del Lacio, de la Sajonia, y de los practicantes de la Torah aplicados sobre sus instrumentos en la construcción de lo perenne, de lo glorioso y de lo que asombra!.
La Masonería es fons o fontus de aguas de paz, de tolerancia y de respeto a la diferencia. Para MASONES POR LA MASONERÍA sus miembros deben vivir en alteridad, porque lo que yo no tengo lo puedes tener tú y lo que tú no tienes de pronto lo puedo tener yo. Y es por ello que, en el foro, el Masón por el que lucha nuestro renovador círculo de estudio debe ser hábil y prudente en el uso del lenguaje, así como en el arte de ver lo que quedó atrás, lo que está ocurriendo en el presente y lo que ha de venir.
Para nosotros la Francmasonería sigue siendo una Orden iniciática progresista y universal, fundada sobre el tríptico de Libertad, Igualdad y Fraternidad. En su seno se reúnen, en alianza férrea, hombres libres y de buenas costumbres de todas las razas, nacionalidades y creencias para luchar por el perfeccionamiento de la humanidad desde el punto de vista espiritual, intelectual y del bien material.
Para MASONES POR LA MASONERÍA la tradición iniciática debe ser mantenida intacta porque es ella, aunque parezca paradójico, la que asegura el cambio. Es a través de ella, por medio de ella, que conseguiremos la existencia y presencia de un hombre universal e intemporal que se sobreponga a las pequeñas barreras nacionales, histórica o religiosas, como lo deseara nuestro querido hermano Fichte.
A su turno, el progresismo de la Orden está a su vez en la idea de “perfectibilidad humana” que desarrollaran Condorcet, d’Holbach, Voltaire y el Enciclopedismo en general.
Mientras que esa perfectibilidad esté estática, el tríptico fundamental no se habrá realizado. Es decir, que el compromiso moral del Masón para con la Orden y para con la sociedad estará aplazado porque la Masonería es una pasión y una razón pensante que actúa o debe actuar sin cesar, con constancia y perseverancia ejemplares.
El destino del masón es el de un homo viator u hombre viajero que se encuentra permanentemente en búsqueda de una renovación moral, espiritual e intelectual. Búsqueda en libertad, como la del albañil ecuménico del período medieval que era un ser libre, franco y liberado de la esclavitud del feudo. Albañiles errantes por toda Europa y libres de eso que más tarde se llamaría las “nacionalidades”.
El progreso es fatal, decía José Martí, porque está en nosotros mismos; porque nosotros somos nuestro criterio, somos nuestras leyes; porque el hombre es la lógica y la providencia de la humanidad. Claro que matizada esa libertad con lo que el Benemérito de las Américas, don Benito Juárez, llamaba “el respeto del derecho ajeno, que es la paz”.
Ex Gran Maestro de la Gran Logia de Colombia
(1985-1989)
Nuestro tema de hoy, es el de “perspectivas de fraternidad”. Tema futurista. De probabilidades, de posibilidades, de expectativas, de eventualidades, de campo que se abre al pensamiento, a la actividad no de unos pocos sino de todos. En fin, tema de horizontes de futuro.
Thema también “en” perspectiva, hacia el futuro, en proyecto y con miras a algo. Como cuando se dice de alguien que “tiene un bello futuro en perspectiva”. Para el caso, el de la Fraternidad.
Así mismo, podemos hablar de poner algo “bajo cierta óptica”, bajo cierto punto de vista. Para el caso, el de la Fraternidad.
Llevado a lo concreto, “perspectiva” es un arte. El arte de representar los objetos sobre una superficie plana y de forma tal que su representación coincida con la percepción visual que se pueda tener, tomando para ello su posición en el espacio con relación al ojo del observador. Con otras palabras, es el arte de representar los objetos según las diferencias que producen en ellos la posición y la distancia. Es por esta razón que se habla, entonces, de las leyes de la perspectiva.
También puede decirse de la perspectiva que es el “aspecto” que presentan -desde un punto determinado- diversos objetos lejanos. Por ejemplo, desde la peana, desde la silla del speaker o de la del Venerable Maestro se puede tener -si se es inteligente o simplemente consecuente-, una mejor perspectiva de lo dirigido y de los dirigidos.
Así mismo, se habla de la “perspectiva caballera” que es convencional y sirve para dar una representación clara del objeto o de la disposición de las diversas partes del mismo. Desde la altura de la “flecha” de la catedral de Nôtre Dame de París, el Maestro de la loge podía observar el todo y las partes, lo consonante y lo disonante.
Como el caballero o “caballo del ajedrez” saltaba el Maestro de la obra de lo evidente a lo sutil, naturalmente si tenía tiempo para ello. Disposición del tiempo que no se puede poner en duda, porque allí están las obras del gótico en su perennidad. La perspectiva caballera era y es, entonces, una visión desde atrás y desde lo alto; pero, siempre acompañado el Maestro por sus discípulos y jamás con el prurito de hacer cabalgata en solitario o con cuadrilla minoritaria.
La perspectiva implica proximidad con el árbol y distancia con el bosque. El pintor, para ver los árboles, tiene que ver el bosque y no tanto lo contrario. Si no se ve el conjunto, se nos escapan las partes. Sí sólo se ven unos pocos individuos, la Fraternidad deja de ser alteridad respetuosa y solidaria, para convertirse en favoritismo.
La perspectiva se traduce o convierte en “expectativa”, cuando deja de ser sólo lineal. Es decir, cuando no se limita al simple contorno del objeto y, por el contrario, desciende a lo abisal de situaciones, posiciones o circunstancias.
La perspectiva que lleva a la esperanza, es aquella que nos da derecho a alcanzar o a esperar algo bueno que se encuentre fundado sobre promesas realizables o sobre probabilidades más o menos ciertas. La expectativa no puede ser desmoralizante, reiterativa en la negación, en el incumplimiento. Permanecer en la expectativa siempre aplazada, es decepcionante. La expectativa es una espera prudente que consiste en no tomar partido antes de que una solución cierta sea presentada, estudiada, puesta en balance. La catedral de Saint-Paul, no se hizo en un día ni en una noche; pero, se hizo y allí está toda ella enhiesta.
MASONES POR LA MASONERÍA espera con prudencia oír propuestas de soluciones ciertas que sean el resultado de miradas hacia atrás –críticas por supuesto- y hacia adelante con perspectivas de cambio, de mejoramiento. Pero, también presentando en el momento aquéllas que crea deban ser estudiadas en un ambiente libre y tolerante.
MASONES POR LA MASONERÍA no quiere que todo gire sobre lo “eventual”, sobre lo que puede o no producirse, sobre lo que es contingente, incierto, aleatorio o condicional. El éxito que espera este círculo de estudios es cierto, necesario, previsto, real. Parodiando a Pierre Loti podríamos decir “nada más que la perspectiva de pasar allí otra oscura noche me aprieta el corazón”. Esas noches aciagas se espera que sean pronto superadas, para bien de la Orden.
Queremos los miembros de este círculo de estudios nuevos horizontes, previa mirada hacia el pasado. Para nosotros, sus miembros, el plan de la obra debe ser diseñado en perspectiva, a la manera del Maestro masón de antaño que mirando hacia el románico pudo construir la bóveda de crucería en la catedral de Estrasburgo. Allí, canteros y albañiles ponían en marcha el plan de la obra con vocación de eternidad.
Quiere decir lo anterior, que pedimos una “nueva óptica”, una nueva manera de ver lo antiguo y lo moderno. En razón de esto, el punto de vista de MASONES POR LA MASONERÍA se sitúa por encima de lo eventual y de lo personal. Su óptica se alinea sobre un plano a la vez real e ideal que le permita ver el fenómeno masónico de la forma más completa posible. A la manera de un dibujante, escoge un punto de vista que le permita poner una escena en perspectiva.
Esa manera de ver propuesta por MASONES POR LA MASONERÍA es histórico-comparativa, porque con ella se trata de superar la opinión puramente particular y sin “refracciones” que desvíen el rayo de la luz sincera y sin “refractaciones” que sean rebeldes al sometimiento de la obligatoriedad del plan o a la voluntad mayoritaria surgida de la libre discusión sobre el fin y los medios.
La perspectiva de fraternidad que procuramos en MASONES POR LA MASONERÍA no es la de la simple apariencia, ella es verosímil, conveniente y oportuna. No es de simple contingencia, porque sus probabilidades de éxito no son fruto de la improvisación sino de un proyecto que toma raíces en el pasado, que está explorando el presente y se proyectará con “prospectiva”. Naturalmente, siguiendo pasos metódicos. Por ejemplo los sondeos de opinión, la aproximación individual y grupal, con previsión realista de futuro y con inteligencia en el sentido a conferirle al proyecto.
No obstante, prospección implica hacer primero “retrospección”. Implica ir del presente hacia el pasado, poniendo en consideración una serie de eventos antecedentes o de causas eficientes que prolongan o están prolongando sus efectos en el momento actual y no precisamente para bien de la Orden. No se trata de apenas poner a funcionar el espejo retrovisor. Esa visión sería demasiado inmediatista. Lo que espera nuestro círculo de estudios queda perfectamente retratado en la frase del canal History Channel: “¿Sabes dónde estás parado?”.
Todo ello con visión januaria, de pasado y futuro. Subidos en el monte Janiculus, a fin de ver mejor hacia atrás y hacia adelante. Con mentalidad de “Edad de oro” lo que implica honestidad perfecta en las directivas, abundancia –selectiva- en el reclutamiento no pasivo, paz profunda en lo interno y en lo externo. Sin barrios londinenses de dudosa reputación que nos sumerjan en el descrédito, sin espectadores indiscretos de nuestros augustos misterios.
Con espíritu de constructores de barcos de la comunicación con el mundo externo, extroversión disciplinada y guiada por hábil timonel que no permita que el Bounty se le salga de las manos.
Con espíritu histórico de constructores operativos de catedrales que utilizan con sabiduría y destreza unos el mazo, el cincel y la regla; otros la llana, el palustre y la plomada, y, los más avezados con la escuadra, el compás y el nivel.
Con invención, recaudación y puesta en circulación de una moneda sana, bien cuidada; y, sobre todo …bien auditada. Sin dejar huellas de actos poco claros o inútiles.
Con espíritu civilizador y civilista que les ofrezca a los Aborígenes del Lacio, profanos en la ciudadanía, un espíritu de convivencia, de paz y armonía que justifique viajes atronadores, viajes peligrosos por las escotillas del gruyère sobre el que nos han sentado y ojalá que sin consecuencias graves en lo que respecta a normativas locales o a la integridad de los hermanos.
A esos profanos, MASONES POR LA MASONERÍA les enseñará que la vida en la loggia no es miserable, que en ella existe un espíritu de convivencia que es extraño a declaraciones imprudentes que ofenden la neutralidad religiosa y política de la Orden, les enseñará que nuestras leyes educan para la libertad y no para el sometimiento; les transmitirá que lo que se cultiva aquí es la sencillez y no los alamares de espadas que jamás tuvieron cabida en la hütte de la catedral de Colonia, donde sólo entraban los instrumentos de construcción de la obra y del espíritu.
Como las puertas del templo de Janus, las de nuestros templos estarán abiertas para una proyección externa inteligente, ordenada, sin tremendismos inmaduros que por buscar épater les bourgeois alejan a gente valiosa que, como en el siglo XVII, buscan en nuestros Talleres un remanso de paz frente a la fatiga de las guerras de religión o del choque de civilizaciones. ¡Cuán grato era ver en el campamento de la catedral de Chartres albañiles de la Renania, de la Galia, del Lacio, de la Sajonia, y de los practicantes de la Torah aplicados sobre sus instrumentos en la construcción de lo perenne, de lo glorioso y de lo que asombra!.
La Masonería es fons o fontus de aguas de paz, de tolerancia y de respeto a la diferencia. Para MASONES POR LA MASONERÍA sus miembros deben vivir en alteridad, porque lo que yo no tengo lo puedes tener tú y lo que tú no tienes de pronto lo puedo tener yo. Y es por ello que, en el foro, el Masón por el que lucha nuestro renovador círculo de estudio debe ser hábil y prudente en el uso del lenguaje, así como en el arte de ver lo que quedó atrás, lo que está ocurriendo en el presente y lo que ha de venir.
Para nosotros la Francmasonería sigue siendo una Orden iniciática progresista y universal, fundada sobre el tríptico de Libertad, Igualdad y Fraternidad. En su seno se reúnen, en alianza férrea, hombres libres y de buenas costumbres de todas las razas, nacionalidades y creencias para luchar por el perfeccionamiento de la humanidad desde el punto de vista espiritual, intelectual y del bien material.
Para MASONES POR LA MASONERÍA la tradición iniciática debe ser mantenida intacta porque es ella, aunque parezca paradójico, la que asegura el cambio. Es a través de ella, por medio de ella, que conseguiremos la existencia y presencia de un hombre universal e intemporal que se sobreponga a las pequeñas barreras nacionales, histórica o religiosas, como lo deseara nuestro querido hermano Fichte.
A su turno, el progresismo de la Orden está a su vez en la idea de “perfectibilidad humana” que desarrollaran Condorcet, d’Holbach, Voltaire y el Enciclopedismo en general.
Mientras que esa perfectibilidad esté estática, el tríptico fundamental no se habrá realizado. Es decir, que el compromiso moral del Masón para con la Orden y para con la sociedad estará aplazado porque la Masonería es una pasión y una razón pensante que actúa o debe actuar sin cesar, con constancia y perseverancia ejemplares.
El destino del masón es el de un homo viator u hombre viajero que se encuentra permanentemente en búsqueda de una renovación moral, espiritual e intelectual. Búsqueda en libertad, como la del albañil ecuménico del período medieval que era un ser libre, franco y liberado de la esclavitud del feudo. Albañiles errantes por toda Europa y libres de eso que más tarde se llamaría las “nacionalidades”.
El progreso es fatal, decía José Martí, porque está en nosotros mismos; porque nosotros somos nuestro criterio, somos nuestras leyes; porque el hombre es la lógica y la providencia de la humanidad. Claro que matizada esa libertad con lo que el Benemérito de las Américas, don Benito Juárez, llamaba “el respeto del derecho ajeno, que es la paz”.
MASONES POR LA MASONERÍA lucha por la destrucción de la desigualdad entre los hombres y entre las naciones, procura el progreso de la igualdad en el seno del pueblo y en el seno de las logias; además, defiende con ardentía, coraje y prudencia la libertad.
Para este círculo de estudios, que es renovador, la metodología de trabajo en el Taller Masónico debe procurar el logro de igualdad ante el foro, igualdad ante la ley y amor fraternal. ¡La Fraternidad, el lado menos realizado del tríptico inmortal!
Para MASONES POR LA MASONERÍA la Logia es –esencialmente- un Centro de Unión en el cual cada masón se convierte en hombre libre e igual que se determina y conduce en función de los imperativos de su conciencia, pero respetando el derecho de los demás.
Para este movimiento renovador, la Masonería es una fraternidad universal que debe ser considerada como principio de acción. Ello en razón a que, para nuestra Orden, el mundo es un templo inacabado y siempre a construir con las herramientas del albañil.
Así mismo, para nosotros la Logia es el lugar geométrico de la reunión familiar y el espacio “de” y “para” la Libertad.
El edificio de la Francmasonería está construido sobre tres columnas: el Conocimiento, la Tradición y la Tolerancia. Ese edificio ha sido construido, en labor nunca terminada, siguiendo un plan diseñado en común con realismo y algo de utopía prospectiva. No obstante, para que esas tres columnas se mantengan en pie se hace indispensable el criterio de Fraternidad que las sostenga.
En ese lugar se encuentran, se reúnen aquéllos que de no estar allí permanecerían por siempre jamás extraños entre sí. Es decir, que a falta del cemento de la Fraternidad, el edificio universal masónico se derrumbaría y nos lo cobraría la historia.
SALUD, FUERZA, UNIÓN
Para este círculo de estudios, que es renovador, la metodología de trabajo en el Taller Masónico debe procurar el logro de igualdad ante el foro, igualdad ante la ley y amor fraternal. ¡La Fraternidad, el lado menos realizado del tríptico inmortal!
Para MASONES POR LA MASONERÍA la Logia es –esencialmente- un Centro de Unión en el cual cada masón se convierte en hombre libre e igual que se determina y conduce en función de los imperativos de su conciencia, pero respetando el derecho de los demás.
Para este movimiento renovador, la Masonería es una fraternidad universal que debe ser considerada como principio de acción. Ello en razón a que, para nuestra Orden, el mundo es un templo inacabado y siempre a construir con las herramientas del albañil.
Así mismo, para nosotros la Logia es el lugar geométrico de la reunión familiar y el espacio “de” y “para” la Libertad.
El edificio de la Francmasonería está construido sobre tres columnas: el Conocimiento, la Tradición y la Tolerancia. Ese edificio ha sido construido, en labor nunca terminada, siguiendo un plan diseñado en común con realismo y algo de utopía prospectiva. No obstante, para que esas tres columnas se mantengan en pie se hace indispensable el criterio de Fraternidad que las sostenga.
En ese lugar se encuentran, se reúnen aquéllos que de no estar allí permanecerían por siempre jamás extraños entre sí. Es decir, que a falta del cemento de la Fraternidad, el edificio universal masónico se derrumbaría y nos lo cobraría la historia.
SALUD, FUERZA, UNIÓN