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El Madrid de los masones


Alfredo Merino - Madrid

Mañana es el día. Mañana sale a la venta el que ha sido catalogado como último best seller global: El símbolo perdido, la novela más reciente de Dan Brown, de la que se anuncia la tirada de millón y medio de ejemplares para España y América Latina.

Criticado por su escasa valía literaria y una deficiente trama, en la que brillan las habituales faltas de rigor del autor, no parece que esto haya influido en su éxito.

El libro, que en su primer día en las librerías de Estados Unidos liquidó uno de los cinco millones de su tirada inicial, ocupa, según La Casa del Libro, la principal librería de España, el primer lugar de ventas por adelantado.

El considerado autor más leído del planeta ha tardado seis años en componer una obra donde se adentra en el universo de los masones.

El profesor Robert Langdon es de nuevo el protagonista. Este trasunto de Indiana Jones, que se mueve como pez en el agua entre escrituras y lenguajes crípticos, recorre el Washington más oculto, en busca de un secreto que guarda con celo la masonería.

Un relato de 590 páginas que abarca 12 horas donde se suceden enigmas, antiguos portales, acertijos, conspiraciones, pasadizos subterráneos, rituales y misterios sobre los que parece descansar el destino del mundo.

MARATÓN DE LECTURA

En España, y como preámbulo, hoy hay un maratón de lectura donde una docena de lectores, elegidos por riguroso sorteo, leerán a partir de las 10.00 y durante 12 horas El símbolo perdido en El Corte Inglés de Goya.

A la espera de que la obra arrase en los anaqueles, recorremos los lugares de la capital donde la densidad de huellas de la masonería sorprende tanto por su abundancia como por la categoría de los monumentos donde se encuentran.

Como buenos símbolos masones que son, permanecen ocultos y pasan desapercibidos a quienes no estén en el ajo de esto de la Hermandad del Gran Priorato.

ATENEO

Nada parece indicar que en la tranquila calle del Prado se hayan urdido algunas de las más soberbias tramas culturales y políticas de nuestra Historia. Sin embargo, la fachada del número 21 promete. A pesar de que las estrechuras del edificio son tales que la entrada ocupa todo el frente de la finca.

De marcado aire neoplateresco, una placa en ella clavada lo advierte: "La estrechez de la fachada no se corresponde con la dimensión real del solar". Del interior habría que decir, pues aquí está lo que más nos interesa.

El Ateneo de Madrid es una institución cultural privada creada en 1835. Desde entonces ha sido territorio preferido de los francmasones, muchos de los cuales fueron socios de la entidad. Como Manuel Azaña, presidente de la II República.

La restauración actual que se efectúa en el edificio está aflorando símbolos, como en la Galería de Retratos, donde ha salido a la luz un compás cruzado con una maza, estrellas de cinco puntas y otros elementos similares.

SALÓN DE ACTOS

Es en el salón de actos donde las referencias resultan más abrumadoras. En su techo, un fresco realizado por el pintor Arturo Mélida contiene multitud de símbolos masones: columnas y triángulos que nos envían directamente al credo de las logias: libertad, igualdad, fraternidad.

Tres figuras que referencian la sabiduría, la fuerza y la belleza. La escalera de los siete peldaños, símbolos de las siete virtudes a las que en todo momento debe aspirar el buen masón... y así para pasar muchas horas.

Abundan en la ciudad otras referencias. Una de las más visibles por su emplazamiento está en la plaza de Emilio Castelar, en cuyo centro se alza un hermoso conjunto de Mariano Benlliure. Ambos fueron masones, lo que justifica que rematen el monumento las tres clásicas figuras masonas.

En el otro lado de Madrid, recorre la orilla del Manzanares el paseo de las Acacias, árbol masón por excelencia. Lleva a la ermita de San Antonio de la Florida, otra referencia de la logia. En uno de los jardincillos junto a la entrada del templo se alza un pedestal. Una inscripción señala que la imagen es reproducción de otra situada en el Cerro de los Ángeles, lugar madrileño también atado al Gran Oriente. El asunto estriba en que el pedestal de granito aparece misteriosamente vacío.

Mucho más conspicua resulta la simbología que luce el Ministerio de Agricultura. Situado frente a la estación de Atocha, su arquitecto, Velázquez Bosco, convirtió la techumbre en altar masón, donde las tres figuras del friso de nuevo nos remiten a la trilogía francmasona.

No muy lejos, en el Pasillo Ferroviario se localiza la mayor concentración de símbolos de la Gran Logia. Una sucesión de columnas salomónicas, triángulos y rampas llevan al centro masónico de la ciudad.

Lugar de encuentro de las coordenadas terrestre y celestial, simbolizado por la chimenea herrumbrosa de 49 metros de altura (siete veces siete), que se alza junto a la monumental Puerta Sur, de hormigón y con un gigantesco óculo.

En el lugar confluyen los dos ejes masones que cruzan Madrid. Llevan desde el Observatorio del Buen Retiro hasta el Cerro de los Ángeles y desde la iglesia de la Santa Cruz al anfiteatro del Parque Enrique Tierno Galván y Jerusalén.

De parque a parque. Y de símbolo a símbolo. El Templo de Debod es el siguiente destino. El antiguo mundo egipcio ha sido referencia obligada para los masones desde su fundación. El templete cedido a España hace medio siglo por sus trabajos arqueológicos para la construcción de la presa de Asuán subraya tal relación. De esta manera, sus columnas representan la fuerza y el equilibrio, mientras que las figuras unidas de la mano son la fraternidad.

CAPILLA DE LA BOLSA

Conviene reponerse ante tanto símbolo oculto. En la calle de la Bolsa, aparece otro antiguo edificio retranqueado. Convertido en un sorprendente restaurante, parece un buen sitio para coger fuerzas.

Este solar fue sede en la Edad Media de la ermita de la Santa Cruz, templo al que se adscribe la también críptica y mística orden del Temple, en la que los propios masones admiten tener sus raíces.

Convertida tiempo después en capilla, fue sede de la primera Bolsa de Madrid. Aunque lo que más interesa en esta historia es conocer que, bajo su bóveda barroca, mantenían reuniones los miembros de la primera logia masónica de España.

No parece importar mucho tan densa historia a los comensales, aunque si supieran que bajo ellos se inicia alguna de las misteriosas galerías que, según aseguran ciertas leyendas, conducen entre otros sitios hasta el lejano Palacio Real, no estarían tan tranquilos.

TEMPLO DE DEBOD

Paseo del Pintor Rosales. Monumento regalado por Egipto a España en 1968, como agradecimiento por su trabajo en el salvamento de los templos de Nubia ante la construcción de la presa de Asuán. Los restos del antiguo Egipto han sido siempre una referencia para la masonería. Las columnas del templo simbolizan la fuerza y el equilibrio que propugna la Gran Logia; las figuras cogidas de la mano, la fraternidad.

MINISTERIO DE AGRICULTURA

Paseo de la Infanta Isabel, 1. Edificio del arquitecto Velázquez Bosco finalizado en 1897, como sede del Ministerio de Fomento. Abundantes referencias masónicas en la fachada principal, que sustentan grupos de columnas pareadas, representación del equilibrio y la fuerza. Aunque lo más llamativo se sitúa en su frontón, que coronan tres figuras referenciales de la Gran Logia (en la imagen).

CAPILLA DE LA BOLSA

Calle de la Bolsa, 12. Aquí estuvo la primitiva ermita de la Santa Cruz; luego se fundó la primera sede de la Bolsa de Madrid, lugar donde se reunía la primera logia de la capital de España. Conserva en perfecto estado su fachada e interior y alberga un restaurante.

PUERTA DEL SUR

Pasillo Verde Ferroviario, junto a la antigua estación de Delicias. Abundantes símbolos alrededor de este enorme elemento de hormigón y de la chimenea oxidada de 49 metros, que marcan la confluencia de los dos ejes que cruzan Madrid y los del Cielo con la Tierra.

ANFITEATRO PARQUE ENRIQUE TIERNO GALVÁN

Calle Pedro Boch, s/n. Aquí se sitúa el vértice de uno de los dos ejes que tienen su centro en la cercana Puerta del Sur y que lleva hasta la antigua ermita de la Santa Cruz. Señala éste la línea recta desde Madrid hasta Jerusalén y Tierra Santa, referencia masónica fundamental.

SAN ANTONIO DE LA FLORIDA

Glorieta San Antonio de la Florida, 5. Situada al final del Paseo de las Acacias, árbol masónico por excelencia. Varios símbolos de la Gran Hermandad. En su interior es muy recomendable visitar los frescos recién restaurados de Francisco de Goya, vinculado con la masonería.

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