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Sobre el H:. Johann Wolfgang von Goethe - Poeta, novelista y dramaturgo alemán


“El hombre se cree siempre
más de lo que es,
y se estima en menos de lo que vale”

Johann Wolfgang von Goethe
Nació el 28 de Agosto de 1749 en el seno de una familia de clase media de Frankfurt de Main. Johann su padre, un abogado y un hombre ilustrado, se retiró de la vida pública y educó a sus hijos él mismo.

Su madre era hija de un antiguo burgomaestre de Francfort, lo cual le relacionaba con la burguesía patricia de su ciudad.

Goethe fue casi de todo: empresario teatral, crítico, periodista, político, diplomático, pintor, pedagogo, filósofo, historiador, libretista de ópera, hizo algo más que pinitos en las ciencias y finalmente -claro- fue novelista, memorialista, dramaturgo y poeta.

Dotado de una fabulosa inteligencia y de un ejemplar equilibrio espiritual -conseguido mediante una rigurosa disciplina-, Goethe se convirtió ya en vida en el paradigma de un cierto ideal europeo basado en la cultura y en la curiosidad universal.

Cursó estudios de Derecho en la Universidad de Leipzig; donde se interesa por la literatura y la pintura. Entre sus obras iniciales se encuentran una comedia en verso de un acto, El capricho del enamorado (1767), y una tragedia en verso, Los cómplices (1768). Estudió ocultismo, astrología y alquimia. Katharina von Klettenberg, una amiga de su madre, le introdujo en el misticismo religioso. En Estrasburgo, conoce a Friederike Brion, quien le inspiró la mayoría de sus personajes femeninos. Más adelante inició amistad con el filósofo y crítico Johann Gottfried von Herder.

Tras graduarse en Derecho y regresar a Francfurt, escribió la tragedia Götz von Berlichingen (1773). Junto al manifiesto Sobre el estilo y el arte alemán (1773), al que contribuyeron Goethe, Herder (con dos ensayos en los que elogiaba a Ossián y a Shakespeare) y otros, aquel drama inauguró el importante movimiento literario alemán conocido como Sturm und Drang (tormenta e impulso), precursor del romanticismo alemán. En su obra se podían reflejar las pasiones más desatadas, pero él vivió toda su vida como un gran burgués, sin permitir que sus deseos le llevaran al abismo adonde iban a parar algunos de sus personajes más célebres.

Se cuenta que a mediados de 1772 Goethe conoció a una tal Charlotte Buff, esposa de un funcionario de apellido Kestner. Se enamoró de ella y sufrió por la imposibilidad de ese amor. El poeta tardó dos años en practicar la eutanasia de su sentimiento, y acaso su relación con Maximiliana Brentano actuó como paliativo contra la pena de aquella relación imposible. En 1774, y en pocos meses, Goethe escribió Las penas del joven Werther. La trágica historia se convirtió en la obra emblemática del Romanticismo y de un movimiento artístico alemán, incipiente por aquellos días, conocido como Sturm und Drang (Tempestad e Impulso), que reaccionó contra el racionalismo. Aunque fue censurado por los sectores religiosos por justificar el suicidio, la novela tuvo una acogida sin precedentes; incluso Napoleón confesó haberla leído más de ocho veces.

Entre 1772 y 1775 escribe los dramas Clavijo (1774) y Stella (1775) y muchos ensayos cortos sobre temas literarios y teológicos. En 1775 Carlos Augusto, heredero del ducado de Sajonia-Weimar, invitó a Goethe a vivir y trabajar en Weimar, su capital, que entonces era uno de los centros intelectuales y literarios de Alemania. Desde 1775 y hasta su fallecimiento, fijó aquí su residencia. La experiencia en la administracion pública, que incluyó destinos en cargos importantes del gobierno de Weimar así como un periodo de consejero privado, le dio un amplio conocimiento de los asuntos prácticos.

Estudió mineralogía, geología y osteología. Ingresó a la masonería el 11 de febrero de 1783, aunque para el escritor masónico Lorenzo Frau Abrines (en el Diccionario Enciclopédico de la Masonería, I, p.508), Goethe ingresó a la masonería el 23 de junio de 1780, a los 31 años de edad en la logia “Amalia” que abatió columnas dos años después. El 2 de marzo de 1782 Goethe fue elegido maestro al mismo tiempo que el duque Carlos Augusto y un tal Loder. Siguiendo a Frau, se sabe que el 23 de marzo de 1830 la logia “Amalia” celebró el aniversario masónico número 50 de Goethe con cuyo motivo este compuso los versos titulados Para la Fiesta de San Juan de 1830. Fallecido Goethe en marzo de 1832, la logia ofició la ceremonia de duelo el 9 de noviembre del mismo año.

Escribió poco durante los primeros diez años de su estancia en Weimar, si se exceptúan algunos magníficos poemas inspirados por Charlotte von Stein, entre los que se encuentran la lírica “Canción nocturna del caminante” y la balada “El rey de los elfos”. Comenzó la composición de algunas de sus obras más famosas, como el drama en prosa Ifigenia en Tauris (1787) y los dramas de carácter Egmont y Fausto, que luego sometería a cambios como resultado del siguiente acontecimiento importante de su vida: su estancia en Italia desde 1786 hasta 1788. En Italia encontró la grandeza del mundo clásico.

Después de visitar varias ciudades en el norte de Italia, se estableció en Roma, donde permaneció hasta 1788. Estudió el arte, la arquitectura y la literatura de Grecia y Roma. Desde entonces su obra desarrolla temas universales e intemporales, incluyen una versión en versos yámbicos, de Ifigenia en Tauris, los dramas Egmont (1788) y Torquato Tasso (1790); y un trabajo sobre Fausto, parte del cual como Fragmento (1790). Estas obras llevaron a la literatura alemana la disciplina de ideas y formas que inició el así llamado periodo clásico.

Regresó a Weimar en 1788 encontrando oposición a sus nuevos principios literarios y se ganó la enemistad de algunos círculos de la Corte por vivir con una joven, Christiane Vulpius, que en 1789 le dio un hijo.

Goethe mismo esperó ser renombrado como un Científico. La Biología ha reconocido su larga deuda hacia él, especialmente por el concepto de morfología, el cual es fundamental a la teoría de la evolución.

Él pensó que su trabajo mas importante era Zur Farbenlehre, 1810, La Teoría de los Colores de Goethe, en el cual intentó descreditar la ciencia Newtoniana. Este esfuerzo llevó a Goethe a su desreputacion con los positivistas del siglo XIX, pero el énfasis actual en esta percepción es simpática al punto de vista de Goethe, y el primer volumen de Zur Farbenlehre contiene la primer historia comprensiva de la ciencia.

Dirigió el Teatro Ducal, de 1791 a 1813. Conoce a Friedrich von Schiller, dramaturgo alemán. La relación, que duró desde 1794 hasta la muerte de Schiller en 1805, fue transcendental para Goethe. Las principales producciones fueron las contribuciones al periódico de Schiller, Las horas, que incluyeron Elegías romanas (1795), una serie de tiernos poemas amorosos inspirados en su relación con Christiane Vulpius; la novela Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister (1796) y el idilio épico en verso Hermann y Dorothea (1798).

Schiller animó también a Goethe para que volviera a trabajar en Fausto, cuya primera parte fue publicada en 1808. El periodo desde 1805 hasta su muerte en Weimar, el 22 de marzo de 1832, fue muy productivo. En 1806 contrajo matrimonio con Christiane Vulpius.

De sus escritos entre 1805 y 1832 destacan las novelas Las afinidades electivas (1809) y Los años de formación de Wilhelm Meister (1821, revisado en 1829); un relato de su viaje por Italia, Viajes italianos (1816); Poesía y verdad, su autobiografía (1811-1833), una colección de poemas, Diván de Oriente y Occidente (1819), que intentan el maridaje del Este y el Oeste, y la segunda parte de su poema dramático Fausto (publicado póstumamente en 1832).

Se ha dicho de él que fue el último hombre del Renacimiento porque la amplitud de sus conocimientos y la variedad de sus intereses lo emparentaron con figuras como Leonardo da Vinci o Miguel Ángel, por citar a dos genios absolutos y polifacéticos. El legado manuscrito del escritor y científico alemán Johann Wolfgang von Goethe forma parte desde 2002 del Patrimonio de la Memoria del Mundo de la UNESCO. El legado de Goethe incluye, entre otros manuscritos, una versión pasada a limpio de la segunda parte de “Fausto” y del “Diván de Oriente y Occidente”.

A la luna
Johann Wolfgang von Goethe

¡Oh tú, la hermana de la luz primera,
símbolo del amor en la tristeza!
Ciñe tu rostro encantador la bruma,
orlada de argentados resplandores;
Tu sigiloso paso de los antros
durante el día cerrados cual sepulcros (2),
a los tristes fantasmas despabila,
y a mí también y a las nocturnas aves.

Tu mirada domina escrutadora
y señorea el dilatado espacio.
¡Oh, elévame hasta ti, ponme a tu vera!
No niegues a mi ensueño esta ventura;
y en plácido reposo el caballero
pueda ver a hurtadillas de su amada,
las noches tras los vidrios enrejados.

Del contemplar la dicha incomparable,
de la distancia los tormentos calma,
yo tus rayos de luz concentro, ¡oh luna!,
y mi mirada aguzo, escrutadora;
poco a poco voy viendo los contornos
del bello cuerpo libre de tapujos,
y hacia él me inclino, tierno y anhelante,
cual tú hacia el de Endimión en otro tiempo.

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