Por NATALIE LEON CONDE
Al pensar en “los tiempos modernos” recurren a mi mente imágenes de desarrollo, globa-lización, tecnología y otros. Sin embargo, y con relación a los anteriores también imagen de los valores (o anti valores) que la prensa y diversos medios promueven y la sociedad ha a-doptado como propios tales como la superficialidad, el individualismo, el dinero como fin y no como medio, el culto a la belleza y al ser eternamente joven, el capitalismo salvaje, la alienación mental mediante la promulgación de conceptos como la libertad e igualdad, etc.
Los integrantes de la sociedad actual y la cultura en la que nos encontramos inmersos, pa-recieran encontrarse en un pro fundo sueño de inconsciencia, incapaces cada uno de usar su propia facultad de pensar y hacerse cargo de forjar su propio camino; requiriendo entonces de un líder que les diga para donde ir y creo que esto se debe al Temor que paraliza: temor al fracaso o a lo desconocido. Irónicamente recibimos el mensaje, a través de los medios de comunicación, que ahora vivimos en una “sociedad más abierta” donde se practica el libre albedrio, cuando en realidad, en mi opinión, se vive cada vez más encadenado a la Ignorancia y a la Ambición In-sana. Ahora leer e instruirse es “aburrido” y por ello se le reemplaza por la imagen que para las multinacionales resulta conveniente y ventajoso dado que se enriquecen con el consumo promovido y derivado de ello y que mantiene a la humanidad aletargada con cortinas de humo que no le permiten ver lo que realmente acontece.
Yo, en lo personal, creo que soy consciente de lo mecánico de mu chas de mis acciones, de los condicionantes y de los apegos que muchas veces dirigen mi vida y sin que yo me dé cuenta en el momento en que sucede, y sé que algunos de estos apegos los conozco y otros aún no los percibo por lo interiorizados que están desde hace muchos años, y algunos inclusive influ-yendo en mí desde el inconsciente colectivo. Intuyo que la Masonería es una oportunidad para que se instaure en los que la integran, en mayor intensidad, la voluntad de ser diferente y mejor de lo que el sistema moderno quiere imponer. Es difícil, al menos para mí, el darle una continuidad permanente a la ideas que surgen cuan do me doy cuenta de la mecanicidad en mi vida cotidiana, ya que existe una muy arraigada tendencia a la repetición, así haya consciencia de lo perjudicial que puede resultar ciertas acciones o emociones. Sin embargo, considero que el trabajo constante por salir del estado crepuscular de la consciencia si es posible, a través del estudio y la búsqueda de la verdad o de la propia verdad, de la identificación de las motivaciones particulares, de las que nos rodean y, en fin, de la Conquista de Sí mismo.
La Masonería es importante en estos tiempos modernos para resistir a la propia enajenación y al desconocimiento de uno mismo, del Universo y de Dios, gracias a que no permite olvidar lo que realmente pasó en nuestra historia, acercando los conocimientos que han sido distorsionados o dejados de la-do para el común de las personas, lo que, así mismo, nos po-sibilita el ayudar a otros a no sucumbir ante un mundo vacío y falto de profundidad y de sensibilidad. Claro está que el desafío y la decisión es tomada por cada Masón, pero consi- dero que la Orden y sus miembros esclarecidos y despiertos tienen la intención de construir un mundo distinto y mejor, despertando la consciencia y la capacidad de pensar, en sí mismo y en el prójimo.
Cortesía: SERENISIMA GRAN LOGIA MIXTA DEL PERU
Al pensar en “los tiempos modernos” recurren a mi mente imágenes de desarrollo, globa-lización, tecnología y otros. Sin embargo, y con relación a los anteriores también imagen de los valores (o anti valores) que la prensa y diversos medios promueven y la sociedad ha a-doptado como propios tales como la superficialidad, el individualismo, el dinero como fin y no como medio, el culto a la belleza y al ser eternamente joven, el capitalismo salvaje, la alienación mental mediante la promulgación de conceptos como la libertad e igualdad, etc.
Los integrantes de la sociedad actual y la cultura en la que nos encontramos inmersos, pa-recieran encontrarse en un pro fundo sueño de inconsciencia, incapaces cada uno de usar su propia facultad de pensar y hacerse cargo de forjar su propio camino; requiriendo entonces de un líder que les diga para donde ir y creo que esto se debe al Temor que paraliza: temor al fracaso o a lo desconocido. Irónicamente recibimos el mensaje, a través de los medios de comunicación, que ahora vivimos en una “sociedad más abierta” donde se practica el libre albedrio, cuando en realidad, en mi opinión, se vive cada vez más encadenado a la Ignorancia y a la Ambición In-sana. Ahora leer e instruirse es “aburrido” y por ello se le reemplaza por la imagen que para las multinacionales resulta conveniente y ventajoso dado que se enriquecen con el consumo promovido y derivado de ello y que mantiene a la humanidad aletargada con cortinas de humo que no le permiten ver lo que realmente acontece.
Yo, en lo personal, creo que soy consciente de lo mecánico de mu chas de mis acciones, de los condicionantes y de los apegos que muchas veces dirigen mi vida y sin que yo me dé cuenta en el momento en que sucede, y sé que algunos de estos apegos los conozco y otros aún no los percibo por lo interiorizados que están desde hace muchos años, y algunos inclusive influ-yendo en mí desde el inconsciente colectivo. Intuyo que la Masonería es una oportunidad para que se instaure en los que la integran, en mayor intensidad, la voluntad de ser diferente y mejor de lo que el sistema moderno quiere imponer. Es difícil, al menos para mí, el darle una continuidad permanente a la ideas que surgen cuan do me doy cuenta de la mecanicidad en mi vida cotidiana, ya que existe una muy arraigada tendencia a la repetición, así haya consciencia de lo perjudicial que puede resultar ciertas acciones o emociones. Sin embargo, considero que el trabajo constante por salir del estado crepuscular de la consciencia si es posible, a través del estudio y la búsqueda de la verdad o de la propia verdad, de la identificación de las motivaciones particulares, de las que nos rodean y, en fin, de la Conquista de Sí mismo.
La Masonería es importante en estos tiempos modernos para resistir a la propia enajenación y al desconocimiento de uno mismo, del Universo y de Dios, gracias a que no permite olvidar lo que realmente pasó en nuestra historia, acercando los conocimientos que han sido distorsionados o dejados de la-do para el común de las personas, lo que, así mismo, nos po-sibilita el ayudar a otros a no sucumbir ante un mundo vacío y falto de profundidad y de sensibilidad. Claro está que el desafío y la decisión es tomada por cada Masón, pero consi- dero que la Orden y sus miembros esclarecidos y despiertos tienen la intención de construir un mundo distinto y mejor, despertando la consciencia y la capacidad de pensar, en sí mismo y en el prójimo.
Cortesía: SERENISIMA GRAN LOGIA MIXTA DEL PERU