A L.∙. G.∙. D.∙. G.∙. A.∙. D.∙. D.∙. U.∙.
Mi H.∙. Mi Hna.∙. DESPIERTA…
Que hoy desde donde la voluntad del G.∙. A.∙. D.∙. U.∙. Es conocida, que el propósito guie a las nobles voluntades de los Mas.∙. Porque una FRATERNIDAD no puede estar separada por Ritos diferentes, por sexos diferentes, o por Grandes Logias Diferentes.
Por miras a una FRATERNIDAD VERDADERA, donde la UNIÓN se dé por los Hermanos y Hermanas igualmente en uno. Ya no podemos estar más tiempo separados del VERDADERO
IDEAL INICIÁTICO.
Por eso hago este manifiesto, en miras y escuchas de una VERDADERA MASONERÍA UNIDA como uno. Que así como el ser humano es un animal político, así la masonería en sus respetables logias, sus grandes logias y sus respetables orientes, encuentre solo 1 cosa en común, y no muchas cosas diferentes en los hermanos y hermanas de los diferentes ritos.
Que EL VERDADERO Y ÚNICO IDEAL INICIÁTICO DE LA MASONERÍA ES EL PERFECCIONAMIENTO DE LA RAZA HUMANA, que sin importar el rito, el sexo, o la gran logia, nuestro único interés es ayudar a la humanidad al progreso de las artes y las ciencias, sin olvidar la intervención de Dios en toda obra humana, ya que suyo es nuestro hálito, y suya será la decisión de tomarlo de vuelta.
Porque así como en una caverna oscura, sin luz, encender una vela se lleva a su debido tiempo la oscuridad, pero no puede suceder lo contrario. Esa luz… es la luz a la inteligencia que la VERDADERA MASONERÍA puede y debe dar al masón que la busca, y no más. Solo un hermano desviado de este objetivo, cuestionaría los derechos y méritos de otro hermano en otro rito o de otro sexo.
Por una masonería de cohesión, más que de disección, la REGULARIDAD no puede estar declarada por pertenecer a tal o cual gran oriente, sino que la VERDADERA REGULARIDAD nos la da el desbaste de nuestra piedra, logrando el verdadero efecto benéfico de la institución en el operario, CUMPLIENDO CON EL PLAN DEL G.∙. A.∙. D.∙. U.∙. Que el operario sea un obrero de la humanidad. Ese es el verdadero ideal que hay que tener con fe en el corazón y la esperanza a realizarlo. El masón debe de tener la mente en el cielo con ideales elevados, el amor en el corazón, y los pies en la tierra.
Porque a mayor grado solo se tiene una mayor responsabilidad, primero con el G.∙. A.∙. Luego con la logia y los hermanos o hermanas iniciados o no iniciados en la orden, y por último consigo mismo, Pues solo los hombres en igualdad podrán ser fraternos; en igualdad de responsabilidades, derechos y obligaciones, manifestándose pacíficamente, reflejo del amor y tolerancia entre nosotros y los hombres y mujeres, sus hermanos y hermanas.
Por una masonería VERDADERAMENTE UNIDA como una más allá de los ritos, las paredes físicas o morales de los talleres, y del sexo de los o las operarias de un taller. Hoy por hoy en masonería solo hay hermanos y hermanas, y no ritos aceptados o desconocidos, porque desde hoy solo hay un verdadero objetivo de la masonería para con sus operarios y es su perfeccionamiento para consigo mismos y para el servicio de la humanidad.
Que como en el universo, todo crece y cambia, porque la ley universal es la ley de la dinámica o ley del cambio o mutabilidad, y las logias son el universo y universidad donde aprendemos a perfeccionarnos, los Landmarcks deben cambiar y actualizarse para adaptarse a la VERDADERA MASONERÍA, ya que desde los antiguos colegios iniciáticos la presencia de la mujer era obvia en las escuelas, y que entre escuelas, con los Sig.∙. Toc.∙. March.∙. Y Bat.∙. C.S.P.L.I. se les permitía el acceso a los hermanos y hermanas en pleno sentido de la FRATERNIDAD, e incluso Fraternidad en toda la extensión de la palabra no puede ser limitada a tal o cual sexo, ni a tal o cual raza humana, ni a tal o cual gran oriente. Si así fuere eso no es fraternidad, y así como Dios no rompe las leyes tampoco el ideal de las grandes logias debe hacerlo, ni sus logias, ni los obreros u obreras permitirlo ya que caeríamos en una contradicción con el universo, y las logias, como el universo, no pueden romper la ley universal.
Solo el G.∙. A.∙. D.∙. U.∙. Es inmutable según nuestra Liturgia.
LITÚRGICAMENTE la masonería se define como la iniciación a la dignidad y grandeza humana, a través del método del estudio de las ciencias morales e intelectuales, unido a la práctica de las virtudes y de todo lo que es bueno y que es bello. Y que todo el que se hiciere masón es porque vivía en las tinieblas y buscaba la luz, esa luz es el conocimiento de nuestros deberes hacia Dios, hacia nuestros semejantes y hacia nosotros mismos.
El masón y la masona deben ser justos, porque la justicia es el sostén del género humano. Deben ser buenos porque la bondad encadena los corazones. Deben ser indulgentes porque somos débiles y porque vivimos con seres tan débiles como nosotros.
Divide y vencerás, y no puede ser que entre nosotros nos estemos venciendo sin motivo y sin razón, porque la masonería es para hombres y mujeres libres y de buenas costumbres, que buscan perfeccionarse para ayudar en su tejido social y librar a la sociedad de las miserias sociales.
Por último, me despido con la Gran Invocación.
Que hoy desde donde la voluntad del G.∙. A.∙. D.∙. U.∙. Es conocida, que el propósito guie a las nobles voluntades de los Mas.∙. Porque una FRATERNIDAD no puede estar separada por Ritos diferentes, por sexos diferentes, o por Grandes Logias Diferentes.
Por miras a una FRATERNIDAD VERDADERA, donde la UNIÓN se dé por los Hermanos y Hermanas igualmente en uno. Ya no podemos estar más tiempo separados del VERDADERO
IDEAL INICIÁTICO.
Por eso hago este manifiesto, en miras y escuchas de una VERDADERA MASONERÍA UNIDA como uno. Que así como el ser humano es un animal político, así la masonería en sus respetables logias, sus grandes logias y sus respetables orientes, encuentre solo 1 cosa en común, y no muchas cosas diferentes en los hermanos y hermanas de los diferentes ritos.
Que EL VERDADERO Y ÚNICO IDEAL INICIÁTICO DE LA MASONERÍA ES EL PERFECCIONAMIENTO DE LA RAZA HUMANA, que sin importar el rito, el sexo, o la gran logia, nuestro único interés es ayudar a la humanidad al progreso de las artes y las ciencias, sin olvidar la intervención de Dios en toda obra humana, ya que suyo es nuestro hálito, y suya será la decisión de tomarlo de vuelta.
Porque así como en una caverna oscura, sin luz, encender una vela se lleva a su debido tiempo la oscuridad, pero no puede suceder lo contrario. Esa luz… es la luz a la inteligencia que la VERDADERA MASONERÍA puede y debe dar al masón que la busca, y no más. Solo un hermano desviado de este objetivo, cuestionaría los derechos y méritos de otro hermano en otro rito o de otro sexo.
Por una masonería de cohesión, más que de disección, la REGULARIDAD no puede estar declarada por pertenecer a tal o cual gran oriente, sino que la VERDADERA REGULARIDAD nos la da el desbaste de nuestra piedra, logrando el verdadero efecto benéfico de la institución en el operario, CUMPLIENDO CON EL PLAN DEL G.∙. A.∙. D.∙. U.∙. Que el operario sea un obrero de la humanidad. Ese es el verdadero ideal que hay que tener con fe en el corazón y la esperanza a realizarlo. El masón debe de tener la mente en el cielo con ideales elevados, el amor en el corazón, y los pies en la tierra.
Porque a mayor grado solo se tiene una mayor responsabilidad, primero con el G.∙. A.∙. Luego con la logia y los hermanos o hermanas iniciados o no iniciados en la orden, y por último consigo mismo, Pues solo los hombres en igualdad podrán ser fraternos; en igualdad de responsabilidades, derechos y obligaciones, manifestándose pacíficamente, reflejo del amor y tolerancia entre nosotros y los hombres y mujeres, sus hermanos y hermanas.
Por una masonería VERDADERAMENTE UNIDA como una más allá de los ritos, las paredes físicas o morales de los talleres, y del sexo de los o las operarias de un taller. Hoy por hoy en masonería solo hay hermanos y hermanas, y no ritos aceptados o desconocidos, porque desde hoy solo hay un verdadero objetivo de la masonería para con sus operarios y es su perfeccionamiento para consigo mismos y para el servicio de la humanidad.
Que como en el universo, todo crece y cambia, porque la ley universal es la ley de la dinámica o ley del cambio o mutabilidad, y las logias son el universo y universidad donde aprendemos a perfeccionarnos, los Landmarcks deben cambiar y actualizarse para adaptarse a la VERDADERA MASONERÍA, ya que desde los antiguos colegios iniciáticos la presencia de la mujer era obvia en las escuelas, y que entre escuelas, con los Sig.∙. Toc.∙. March.∙. Y Bat.∙. C.S.P.L.I. se les permitía el acceso a los hermanos y hermanas en pleno sentido de la FRATERNIDAD, e incluso Fraternidad en toda la extensión de la palabra no puede ser limitada a tal o cual sexo, ni a tal o cual raza humana, ni a tal o cual gran oriente. Si así fuere eso no es fraternidad, y así como Dios no rompe las leyes tampoco el ideal de las grandes logias debe hacerlo, ni sus logias, ni los obreros u obreras permitirlo ya que caeríamos en una contradicción con el universo, y las logias, como el universo, no pueden romper la ley universal.
Solo el G.∙. A.∙. D.∙. U.∙. Es inmutable según nuestra Liturgia.
LITÚRGICAMENTE la masonería se define como la iniciación a la dignidad y grandeza humana, a través del método del estudio de las ciencias morales e intelectuales, unido a la práctica de las virtudes y de todo lo que es bueno y que es bello. Y que todo el que se hiciere masón es porque vivía en las tinieblas y buscaba la luz, esa luz es el conocimiento de nuestros deberes hacia Dios, hacia nuestros semejantes y hacia nosotros mismos.
El masón y la masona deben ser justos, porque la justicia es el sostén del género humano. Deben ser buenos porque la bondad encadena los corazones. Deben ser indulgentes porque somos débiles y porque vivimos con seres tan débiles como nosotros.
Divide y vencerás, y no puede ser que entre nosotros nos estemos venciendo sin motivo y sin razón, porque la masonería es para hombres y mujeres libres y de buenas costumbres, que buscan perfeccionarse para ayudar en su tejido social y librar a la sociedad de las miserias sociales.
Por último, me despido con la Gran Invocación.
Atte.
M:. M:. Juan Carlos Peón Cardín.