El colombiano Darío Castrillón Hoyos dijo que hay una "campaña de persecución".
El cardenal ultraconservador colombiano Darío Castrillón Hoyos -que fue "ministro" de los dos últimos papas-, denunció ayer que muchas acusaciones contra miembros de la Iglesia por abusos sexuales forman parte de "una campaña de persecución" detrás de la cual está la masonería.
Castrillón fue bautizado "Pastichón" por otros cardenales de la Curia Romana debido a su actuación en las negociaciones para reabsorber el cisma de los ultramontanos de monseñor Lefebvre, que Bendedicto XVI concretó en enero de 2009 levantando la excomunión a cuatro obispos, entre ellos el inglés Richard Williamson, negador del Holocausto. Fue un error que llevó a un escándalo interno en la Iglesia que acabó perjudicando el prestigio del Papa.
A una radio colombiana, el cardenal dijo ayer que había "idiotas útiles" dentro de la Iglesia que se prestaban a las persecusiones. Además de la masonería dijo que de las operaciones participaban "otros enemigos de la iglesia". El purpurado no quiso dar detalles de la supuesta confabulación masónica. "Como no soy tonto, no digo todo lo que sé", afirmó.
Catrillón Hoyos ha sido un personaje muy importante de la Curia Romana (el gobierno central de la Iglesia). Fue uno de los grandes purpurados electores que durante meses se movieron para favorecer la elección del cardenal Joseph Ratzinger como futuro Papa ante la evidencia del pésimo estado de salud de Juan Pablo II.
Ayer, los organizadores tradicionalistas de una misa en el Santuario Nacional de la Inmaculada que se celebrará el 24 de abril en Washington decidieron quitar como celebrante a Castrillón Hoyos, después que el cardenal colombiano fue criticado por el mismo Vaticano por defender su decisión de felicitar en 2001 al obispo francés Pierre Pican, que había protegido a un cura pedófilo, René Bissey.
En la carta enviada a Pecan luego de que fue condenado a tres meses de carcel por obstrucción a la justicia, Castrillón Hoyos afirmó que "me complace tener un colega en el episcopado que, ante los ojos de la historia y los demás obispos del mundo, prefirió la prisión a denunciar a su hijo y sacerdote".
Luego de que la misiva fue difundida la semana pasada, la Santa Sede aclaró que su contenido no representa el modo en que la Iglesia piensa debe ser enfrentado el problema de la pedofilia. El colombiano se defendió alegando que Juan Pablo II había aprobado la carta antes de ser enviada.
El Instituto Paulus señaló que buscaba otro celebrante para la misa en latín que tendrá lugar en homenaje al quinto aniversario de la elección de Benedicto XVI.
Asociaciones de víctimas de los sacerdotes abusadores protestaron contra Castrillón Hoyos por defender a encubridores de pedófilos como el obispo francés. El Instituto Paulus señaló que se propone valorizar la tradición católica. Pero aclaró que "condena el abuso sexual como un pecado trágico y atroz, sostiene al Papa y comparte la línea de la Santa Sede y de la Conferencia Episcopal de EE.UU. para los cuales los obispos deben denunciar los abusos sexuales".
El cardenal ultraconservador colombiano Darío Castrillón Hoyos -que fue "ministro" de los dos últimos papas-, denunció ayer que muchas acusaciones contra miembros de la Iglesia por abusos sexuales forman parte de "una campaña de persecución" detrás de la cual está la masonería.
Castrillón fue bautizado "Pastichón" por otros cardenales de la Curia Romana debido a su actuación en las negociaciones para reabsorber el cisma de los ultramontanos de monseñor Lefebvre, que Bendedicto XVI concretó en enero de 2009 levantando la excomunión a cuatro obispos, entre ellos el inglés Richard Williamson, negador del Holocausto. Fue un error que llevó a un escándalo interno en la Iglesia que acabó perjudicando el prestigio del Papa.
A una radio colombiana, el cardenal dijo ayer que había "idiotas útiles" dentro de la Iglesia que se prestaban a las persecusiones. Además de la masonería dijo que de las operaciones participaban "otros enemigos de la iglesia". El purpurado no quiso dar detalles de la supuesta confabulación masónica. "Como no soy tonto, no digo todo lo que sé", afirmó.
Catrillón Hoyos ha sido un personaje muy importante de la Curia Romana (el gobierno central de la Iglesia). Fue uno de los grandes purpurados electores que durante meses se movieron para favorecer la elección del cardenal Joseph Ratzinger como futuro Papa ante la evidencia del pésimo estado de salud de Juan Pablo II.
Ayer, los organizadores tradicionalistas de una misa en el Santuario Nacional de la Inmaculada que se celebrará el 24 de abril en Washington decidieron quitar como celebrante a Castrillón Hoyos, después que el cardenal colombiano fue criticado por el mismo Vaticano por defender su decisión de felicitar en 2001 al obispo francés Pierre Pican, que había protegido a un cura pedófilo, René Bissey.
En la carta enviada a Pecan luego de que fue condenado a tres meses de carcel por obstrucción a la justicia, Castrillón Hoyos afirmó que "me complace tener un colega en el episcopado que, ante los ojos de la historia y los demás obispos del mundo, prefirió la prisión a denunciar a su hijo y sacerdote".
Luego de que la misiva fue difundida la semana pasada, la Santa Sede aclaró que su contenido no representa el modo en que la Iglesia piensa debe ser enfrentado el problema de la pedofilia. El colombiano se defendió alegando que Juan Pablo II había aprobado la carta antes de ser enviada.
El Instituto Paulus señaló que buscaba otro celebrante para la misa en latín que tendrá lugar en homenaje al quinto aniversario de la elección de Benedicto XVI.
Asociaciones de víctimas de los sacerdotes abusadores protestaron contra Castrillón Hoyos por defender a encubridores de pedófilos como el obispo francés. El Instituto Paulus señaló que se propone valorizar la tradición católica. Pero aclaró que "condena el abuso sexual como un pecado trágico y atroz, sostiene al Papa y comparte la línea de la Santa Sede y de la Conferencia Episcopal de EE.UU. para los cuales los obispos deben denunciar los abusos sexuales".
