LA HABANA, Cuba, 24 de junio, (Gustavo Pardo Valdés, www.cubanet.org) -El próximo sábado 27 de junio, en la Respetable y Benemérita Logia No. Uno de la Orden “Hijas de la Acacia”, se llevará a efecto un bautizo Acacista.
Las logias que realizan este tipo de ceremonia, asumen la responsabilidad de tomar como “hijas adoptivas” a las niñas que son bautizadas, quienes en lo adelante serán conocidas como “retoñitos de acacias”.
En el rito previsto, participaran siete pequeñas, hijas y nietas de miembros de esta logia; cada una de ellas tendrá dos madrinas, y a un masón de padrino. Para poder participar en este acto, las chicas deben contar con edades comprendidas entre los 5 y 10 años.
Un Bautizo Acacista, implica para la logia que lo realiza, responsabilizarse con ayudar en la educación de las bautizadas; así como en inculcarles los valores cívico-morales necesarios para que ellas se desenvuelvan en la vida, acorde a los principios de Paz, Amor y Caridad que proclama la esta Orden.
Desde el triunfo del gobierno castrista, el Estado se atribuyó como monopolio exclusivo la responsabilidad de educar a los niños y jóvenes en los principios de la “nueva sociedad”; y las instituciones de carácter fraternal y religioso se vieron precisadas a declarar en suspenso o disolver las asociaciones juveniles que le servían de cantera.
La Masonería auspiciaba a la Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad (AJEF) y las Acacias, a las “Asociaciones Juveniles Acacitas”; formada la primera por adolescentes y jóvenes de edades comprendidas entre los 14 a 21 años; y las segundas por niñas de 10 hasta 16 años.
La Orden “Hijas de la Acacia”, es una Institución femenina creada por la Masonería de Cuba con el propósito de incorporar a la mujer al trabajo moralizador que esta Fraternidad realiza en la sociedad, sin afectar su cumplimiento de las leyes de la Masonería Regular Universal.
A iniciativa de la Sra. María Teresa Prendes, miembro de la “Filial Acacista No. 22”, radicada en Santa Cruz del Norte, en el mes de marzo de 1947, esta Orden había instituido las “Asociaciones Juveniles Acacitas”, cuyos miembros, al cumplir los 16 años, tenían derecho a solicitar su ingreso en la Filial de la Orden, que auspiciaba dicha agrupación.
Estas Asociaciones dejaron de funcionar durante el gobierno del Gran Maestro Francisco M. Còndom Cestino (1966-1967), para prevenir que sus miembros fueran “movilizados” por el gobierno e internados en los campamentos de trabajo forzado llamados Unidades Militares de Apoyo a la Producción, conocidos por UMAP.
Es la primera vez en cinco décadas que esta logia realiza este tipo de ceremonia.
Las logias que realizan este tipo de ceremonia, asumen la responsabilidad de tomar como “hijas adoptivas” a las niñas que son bautizadas, quienes en lo adelante serán conocidas como “retoñitos de acacias”.
En el rito previsto, participaran siete pequeñas, hijas y nietas de miembros de esta logia; cada una de ellas tendrá dos madrinas, y a un masón de padrino. Para poder participar en este acto, las chicas deben contar con edades comprendidas entre los 5 y 10 años.
Un Bautizo Acacista, implica para la logia que lo realiza, responsabilizarse con ayudar en la educación de las bautizadas; así como en inculcarles los valores cívico-morales necesarios para que ellas se desenvuelvan en la vida, acorde a los principios de Paz, Amor y Caridad que proclama la esta Orden.
Desde el triunfo del gobierno castrista, el Estado se atribuyó como monopolio exclusivo la responsabilidad de educar a los niños y jóvenes en los principios de la “nueva sociedad”; y las instituciones de carácter fraternal y religioso se vieron precisadas a declarar en suspenso o disolver las asociaciones juveniles que le servían de cantera.
La Masonería auspiciaba a la Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad (AJEF) y las Acacias, a las “Asociaciones Juveniles Acacitas”; formada la primera por adolescentes y jóvenes de edades comprendidas entre los 14 a 21 años; y las segundas por niñas de 10 hasta 16 años.
La Orden “Hijas de la Acacia”, es una Institución femenina creada por la Masonería de Cuba con el propósito de incorporar a la mujer al trabajo moralizador que esta Fraternidad realiza en la sociedad, sin afectar su cumplimiento de las leyes de la Masonería Regular Universal.
A iniciativa de la Sra. María Teresa Prendes, miembro de la “Filial Acacista No. 22”, radicada en Santa Cruz del Norte, en el mes de marzo de 1947, esta Orden había instituido las “Asociaciones Juveniles Acacitas”, cuyos miembros, al cumplir los 16 años, tenían derecho a solicitar su ingreso en la Filial de la Orden, que auspiciaba dicha agrupación.
Estas Asociaciones dejaron de funcionar durante el gobierno del Gran Maestro Francisco M. Còndom Cestino (1966-1967), para prevenir que sus miembros fueran “movilizados” por el gobierno e internados en los campamentos de trabajo forzado llamados Unidades Militares de Apoyo a la Producción, conocidos por UMAP.
Es la primera vez en cinco décadas que esta logia realiza este tipo de ceremonia.
