Comunicado
Una Obediencia Masónica no es un partido político y tampoco debe convertirse en tal cosa.
Sin embargo, el Gran Oriente de Francia no es una Obediencia como las demás, asocia a la iniciación masónica tradicional una implicación social. Su historial republicano* le ha llevado a la construcción de la República, sus valores, principios, razones éstas que explican su intervención en el debate público. Sin ser cortesano ni partidista, el Gran Oriente de Francia tiene la obligación de manifestar una posición en relación con las cuestiones esenciales que afecgta a la República social, laica y democrática.
El discurso de Grenoble, pronunciado por el Presidente de la República el 30 de julio merecería sin duda una lectura íntegra, pero en cualquier caso algunos párrafos son merecedores de comentario.
Cita:
«...Vamos a reconsidera las causas que pueden dar lugar a la pérdida de la nacionalidad francesa. Asumo mi responsabilidad. La nacionalidad francesa debe poder ser retirada a toda persona de origen extrangero que voluntariamente atente contra la vida de un funcionario de policía o de un militar de la gendarmería, o de cualquier otra persona depositaria de la autoridad pública. La nacionalidad francesa se merece y hay que ser digno de ella. Cuando se dispara sobre un agente de las fuerzas del orden ya no se es digno de ser francés. Deseo también que la adquisición de la nacionalidad francesa por un menor delincuente en el momento de su mayoría de edad deje de ser automática».
Para el Gran Oriente de Francia si la adquisición de la nacionalidad debe ser objeto de disposiciones que prueben la adhesión del interesado a los valores republicanos, especialmente en cuanto concierne al derecho civil y al respeto a los individuos, especialmente las mujeres, la pérdida de la mismma es un acto gravísimo que debe limitarse a hechos excepcionales, y que no sería en todo caso posible sino tras la modificación del artículo 1º de la Constitución, el cual instituye la igualdad de todos los ciudadanoss ante la ley, sin distinción de su origen. Cualquier otra interpretación arrojaría este planteamiento lejos del ámbito democrático.
Cita:
«... Hay que reconocerlo, y tengo que decirlo, sufrimos las consecuencias de cincuenta años de inmigración insuficientemente regulada que han llevado a un fracaso en la integración. Estamos orgullosos de nuestro sistema de integración. Quizá haya que despertar y ver lo que ha sucedido. Ha funcionado. Pero ya no funciona. Nunca me he dejado intimidar por el pensamiento único. En cualquier caso es increíble que jóvenes de segunda o tercera generación se sientan menos franceses que sus padres o abuelos. Todos aquí podríais dar algún testimonio. Todos. Todos sabéis de ejemplos ¿Por qué no se dice? ¿Hay miedo? No tengo ningún miedo a constar esto porque es la realidad. No tenemos el derecho de ser complacientes con este asunto».
El Gran Oriente de Francia ha llamado la atención a menudo sobre el déficit que presenta el dispositivo de integración en toda su complejidad y sus especificidades, aspectos éstos sobre los que ha desarrollado un especial estudio con ocasión de la celebración del coloquio de Calais. Pero seguimos recordando ahora y siempre que la inmigración es una oportunidad para Francia, que tiene que asumir su historia colonial e igualmente los retos del envejecimiento de su población. Es necesario por tanto más y mejor integración frente a la exclusión.
Cita:
«...En este contexto he pedido al mistro del Interior poner fin a la implantación salvaje de campamentos de gitanos. Estos espacios sin ley no pueden tolerarse en Francia. No se trata de estigmatizar a los gitanos en ningún caso. Tras la ley Besson hemos hecho grandes progresos en relación con los espacios puestos a su disposición. Cuando fui nombrado ministro del Interior en 2002, las áreas de estacionamiento alcanzaban únicamente el 20% sobre lo previsto. He hecho un recuento con el ministro. A día de hoy más de un 60% de los espacios de estacionamiento legales han sido habilitados. Los gitanos que lleguen a Francia para instalarse en los emplazamientos legales son bienvenidos. Pero ¿puedo, en tanto que Jefe del Estado, aceptar que haya 539 campamentos ilegales en Francia? ¿Quién puede aceptarlo? He visto decir a algún responsable político "pero por qué se ocupa Ud. de tal cosa si ese problema no se plantea". No se plantea el problema para un responsable político cuyo domicilio no se halle junto a un campamento ¿Sería su opinión distinta si resultara afectado personalmente?».
El Gran Oriente de Francia no tiene ninguna necesidad de recordar la estigmatización de la que son víctimas las poblaciones itinerantes o nómadas; y constata a menudo la precariedad en la que son obligados a vivir. Nada excusa los actos criminales, de delincuencia o violencia de los que algunos serían autores o responsables. Pero una política concreta de localización, de escolarización, de integración, será siempre mejor respuesta que la exclusión.
El Gran Oriente de Francia ha demostrado desde hace mucho tiempo que no es ni ciego ni flojo en sus posiciones, y que apoya lógicamente a las víctimas para posibilitar su defensa en un Estado de derecho. La estigmatización y la exclusión, la confusión y la amalgama, no son capaces de resolver los problemas que se plantean.
Tal y como nos recuerda la Declaración de Derechos Humanos, llamamos a la construcción de una respuesta democrática a los problemas planteados, entre los que la violencia física es el punto más insoportable; todo ello pasa por una educación a la ciudadanía, con sus derechos y obligaciones, y una escuela emancipadora.
Traduccion Principal: Ricardo Fernández. Derechos Reservados
Correciones: Google Traslator y Editor FENIXnews.
Fuente: Gran Oriente de Francia.
Correciones: Google Traslator y Editor FENIXnews.