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Mario Vargas Llosa, un peruano Universal


Jorge Mario Pedro Vargas Llosa ha recibido el premio Nobel de literatura y el Perú parece ser otro. Más que celebrar con fiestas y cervezas, se percibe un temor de que ahora las cosas se pongan cuesta arriba.

Por José Miguel Silva

Si nuestro legendario novelista ha llegado a la cima, ¿no correspondería-por lógica- que ahora todo, tenga que bajar?. No.

Al menos no esta vez. Una buena historia nunca tendrá el final que todos suponen.

CIUDADANO DEL MUNDO
“Tenía que ser Arequipeño”, responde una orgullosa señora a la pregunta sobre qué opina del premio que acaba de ganar su paisano, el escritor.

¿Está siendo justa o más bien,-víctima de su alegría- se está adueñando del nacimiento de nuestro máximo escribidor?

Para ser justos, no. Mario Vargas Llosa nació en Arequipa, vivió en Bolivia, ama Piura, pero en realidad, vive en España.

Los sellos en su pasaporte deben marcar-fácil-más de cincuenta países diferentes. Como dijo alguna vez MVLL, “soy un ciudadano del mundo”.

Difícil, como para casi todos los peruanos del Siglo XX, la infancia y pubertad de MVLL estuvieron marcadas por separaciones, decepciones y lamentos. Una madre que parecía no conocer la felicidad, pero propensa a darle mucho amor y un padre que no apareció cuando fue realmente necesario.

No obstante, y aquí se percibe la magia de los predestinados, el muchacho de mirada fija y seria, se vería arrollado por la profesión de los callados, la de escritor.

Para muchos, las ideas comunistas nacen en ambientes llenos de diferencias. Quizás fue en el Colegio Militar Leoncio Prado, donde MVLL conoció que el abuso y la prepotencia son el antónimo a libertad. Para él, su prioridad era más que nada, huir.

Decidió concluir la secundaria en el Colegio Nacional San Miguel, de Piura. Varguitas, también es propiedad de los que pisaron alguna vez esa institución.

Y él mismo lo recuerda como el más feliz de todos, aquel año que vivió en la ciudad del eterno calor.

Su educación-formal-, tendría su fin en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde estudió Derecho y Letras, sin imaginar lo que luego tendría para él, eso que nosotros los mortales, llamamos, destino.

EL LIBERALISMO: SU PROPIA REALIDAD
Difícil mencionar un extracto de su vida sin rozar con la-para muchos detestable-política.

Considerablemente afectado por la situación del Perú de sus pubertad, MVLL, integró se unió al movimiento Cahuide, la fachada más pintada del Partido Comunista Peruano.

El ávido lector, pensaba que las cosas sí podían cambiar, por lo que militó activamente en estas ideas, sin pensar que hoy, todos lo reconocerían por precisamente, denunciar las mismas.

No hay nada que perdonarle, pues de no haber entrado a militar en el comunismo, para luego irse decepcionado de él, MVLL no se hubiera abierto a una vida más protagónica y quizás también polémica, la del liberalismo.

MARIO Y LA BANDA PRESIDENCIAL
¿Cómo así el peruano más mencionado en el mundo, perdió las elecciones presidenciales?
Preso de una confusión juvenil, el personaje de esta historia siguió luchando con ferocidad pero esta vez por un liberalismo sin concesiones. Primero defendiendo a la banca, del entonces presidente Alan García, y luego yendo un poquito más allá de lo previsto.

Hubo un momento en sus 74 años de vida, en que el autor de las novelas peruanas más leídas en el mundo, sintió mariposas en su estómago y tomó el micrófono para luchar como candidato presidencial.

Muchos peruanos recuerdan la aventura política de MVLL como la historia de un resentimiento que parece no tener fin. “Perdió y se fue resentido a España”, dicen algunos.

El candidato que no comía con la mano, el español, el que escribía obscenidades, los epítetos le llovieron a Varguitas.

Mucha de esta maquinaria logró que quien hoy celebra ante el mundo, no maneje el Perú. MVLL perdió en segunda vuelta y la historia del fajín sobre el pecho del escritor, no se pudo escribir.

“MI MEJOR LIBRO SERÁ EL PRÓXIMO”
Muchos de los escritores contemporáneos, por marketing o no, suelen decir que su próxima obra será la mejor. En realidad, si esta promesa viene de Mario Vargas Llosa, la situación cambia.

Cientos de miles de párrafos después, a sus 74 años, MVLL, sigue escribiendo cada día, religiosamente (aunque suene raro en un agnóstico), en busca de plasmar esas historias que le brotan como flores en primavera.

El sueño del Celta es el título de su próxima novela, y la verdad es que podría fácilmente romper los récords de ventas que lograron Conversación en La Catedral y La Ciudad y Los Perros.

El único peruano en ganar el Nobel, parece que ostentará ese título por un buen tiempo. La literatura, para la mitad del Perú más uno, nace y muere en él. Como si el autor, hispano-peruano y como no, arequipeño, hubiera logrado traducirnos miles de textos de autores que nunca jamás llegaremos a leer.

¿Quién siente más suyo a MVLL, una gallega que lo leyó por moda o un arequipeño que lo vio jugando en el patio del colegio La Salle?

Disputarse quién es realmente su paisano, no sirve, pues con el nobel, se convirtió en un hombre universal.

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