“Actitud que no se da a si mismo, mucha importancia o valor.
La modestia es una Virtud que engrandece a los hombres”.
Cuánto más grande es un hombre moralmente más demuestra su modestia en cada acto que le acompaña en la vida diaria y cuando se realiza un bien por sentimientos no le es licito a nadie, buscar una recompensa o buscar un reconocimiento; Y cuando se hace en bien de la Patria y luchando por la Libertad de los conciudadanos, luchando por el reconocimiento de sus derechos, no se puede aspirar a que el país le retribuya en gajes, en honores , poder o afectos; desde luego si se hizo de forma honesta, moral y no persiguiendo objetivos mundanos, por lógica no se puede estar esperando esos sentimientos vanidosos. Un verdadero ejemplo de ésa modestia expresada nos la otorga José Julian Martí y Pérez quien durante sus 42 años de vida nos lo mostró, como ente superior y desde su adolescencia dio ejemplos de estar por encima de las miserias humanas y solamente después de la muerte se le pudo extra distinguir de entre los demás, por lo que nos enseñó que el hombre debe ser Sincero, franco, dispuesto al mayor de los sacrificios por la redención del resto de la humanidad y además modesto como ninguno, estudió los males que aquejaban a la América y mostró como subsanarlas en esa época que le toco vivir, no fue un hombre dogmatico en sus criterios, ni se creyó estar en la posesión de la verdad absoluta, ofreció si con sus humildes experiencias los medios de adelantarse en la defensa de los humillados, que sin la libertad necesaria vivían en América y supo encontrar la virtud donde quiera que ella se encontraba.
José Martí tuvo condiciones naturales para la dirigencia de cualquier obra y así se demostró (según los relatos de sus coterráneos y convivientes de la época, los hermanos Fermín Valdés Domínguez y de Solano Ramos) desde su inicio con veinte y un año de edad, cuando recién ingresado en la Logia Armonía del Gran Oriente Lusitano de Madrid, es elevado al cargo de orador y comienza cómo maestro de escuela, enseñando a los niños madrileños, a los hijos de aquella Nación que gobernaba a sus hermanos cubanos; José Julián Martí demostró ser sumamente modesto en la gesta del Partido Revolucionario cubano, aceptó el nombramiento de delegado y con el mismo rango nombró como delegado al mismo Juan Gualberto Gómez; al análisis de todos sus gestos podemos darnos al libre pensar de que, si hubiera alcanzado la Instauración de la República; Seguramente no hubiera aceptado la presidencia del País, como el Generalísimo tampoco la aceptó y es que era un hombre de Principios Honesto, Moral y que le sobraba la modestia y ofrendó sus sacrificios por la libertad sin esperar una recompensa.
José Julian Martí y Pérez (según los relatos en el siglo XIX y Principios del XX realizados por sus allegados hermanos Fermín Valdés Domínguez y Solano Ramos) fue iniciado en la masonería y los masones del siglo XX y principios del XXI nunca lo han puesto en dudas, por conocer las interioridades de la masonería y son que lo pueden atestiguar; Los masones modestos y honorables en la década de los años 50, censuraron , desautorizaron y mandaron a retirar las fotos presentadas por un fotógrafo masón que exponía a José Martí con un mandil de Maestro Masón, cuándo no existe evidencia alguna que haya usado el mandil de masón en algún acto civil, ni que hubiere posado para un fotógrafo o para un pintor con un mandil ceñido, considerando en esa oportunidad la Gran Logia en su Sesión , que hubiera sido una ofensa a la Memoria del Apóstol de la Independencia; El imponerle un mandil a una foto del mismo y que sería reconocido como un acto de inmodestia de la masonería el presentarlo, como nunca se había presentado y pecaría el acto de la vanidad de pretender convencer a los profanos, de que era masón cuando a los masones les consta que lo fue y que es muy posible que haya obtenido el grado 30 del Gran Oriente Lusitano (que no lo ponemos en duda; Pero que no consta documento que lo atestigüe, solamente una declaración de Solano Ramos que dice que el mandil y el collarín del grado 30, pertenecían a Martí y que fueron los que usó en España).
Los Pueblos han de tener una picota, para quien les azuza odios inútiles: Y
Otra para ¡Quien no les dice a tiempo la verdad! José Martí. (Obras Completas)
Dos Ríos, Palma Soriano, Santiago de Cuba.