El 22 de julio de 2010 di cuenta aquí del anuncio sui géneris que al inicio de ese año hizo en la ciudad de Saltillo Felipe Vitela Mora, en su calidad de presidente de la Confederación de Grandes Logias Regulares de México.
En el marco del XL Congreso Nacional Masónico Coahuila 2010, el representante se refirió básicamente a dos eventos, el primero de los cuales consistía en que la masonería mexicana, compuesta por más de 350 mil miembros, había salido de su “aletargamiento”.
Igualmente, dejó claro que la organización estaba lista para impulsar “el mejoramiento del país a través del pensamiento liberal”, toda vez que “los gobiernos derechistas, lejos de propiciar la igualdad, han acentuado la brecha entre pobres y ricos”.
En ese entonces me preguntaba, y lo sigo haciendo, si en verdad los integrantes de esta sociedad podrán hacer el papel de redentores de la patria en esta hora crucial. ¿De veras han superado sus problemas de convivencia interna? ¿En verdad han echado mano de su disciplina de antaño para coincidir en un solo propósito?
En tanto, la coyuntura a partir de la cual los masones buscan lograr su proyecto de nación, una vez “reactivados, fortalecidos y en pie de lucha”, lo son las elecciones de 2012, en virtud de las cuales el Partido Revolucionario Institucional deberá volver por sus fueros.
Todo parece indicar que, en efecto, la confederación de logias mexicanas está de vuelta y, con ello, el liberalismo. Se perciben una serie de indicios que apuntan a la intención, cada vez más marcada, de cambiar el actual sistema de gobierno en México.
Dos años antes del revelador anuncio de Vitela Mora, concretamente la noche del 25 de abril de 2008, el ex gobernador de Coahuila, y ahora presidente nacional del PRI, Humberto Moreira Valdés, recibió el grado 33 de gran inspector general de la orden en el Supremo Consejo de México de Lucerna 56.
El discurso que en esa ocasión pronunció el otrora mandatario estatal no difiere ni un ápice de la línea de acción que Felipe Vitela daría a conocer luego. Moreira Valdés, quien hoy se indigna por el encarecimiento de la canasta básica, habría puntualizado:
“Estamos obligados como masones a ser líderes que marquen el camino para superar la condición y miserias de nuestra gente, además de luchar contra lo que ha permitido el avance de las fuerzas oscurantistas y retrogradas, que se han aprovechado de la ignorancia, pobreza y búsqueda de una esperanza...
“Tenemos la oportunidad de luchar por nuestros ideales, de defender nuestros principios, sabiendo que estamos en contra de todo tipo de intolerancia, tiranías y cacicazgos...
“Todos hemos aprendido en palabras de muchos de los hermanos aquí presentes y de las propias enseñanzas de las treinta y dos liturgias que nos preceden... para ingresar al campo de la sociedad, en la búsqueda del mejor estado social, para alcanzar la justicia, la libertad y la igualdad entre los hombres, con base en los fundamentos del laicismo...
“Hoy, los retos de la masonería son muy significativos pues tenemos que actuar en un mundo con estructuras económicas y políticas globalizadas, para enmendar la creciente demanda de satisfactores básicos de cerca de más de cien millones de mexicanos...
“Todos tenemos la obligación de luchar por la unidad y por la regularidad de la masonería en general para lograr hacer de nuestra institución una piedra fuerte del edificio del progreso que trascienda al mundo profano con sus postulados y ofrezca alivio al desposeído y afligido pueblo que lo reclama...
“Practiquemos con fuerza lo que hemos aprendido: el trabajo, la libertad, la igualdad, ejercer nuestra voluntad, la razón, el amor, el pensamiento a través de la palabra y sobre todo la fuerza de la fraternidad y la anhelada unidad que todos buscamos. Es cuanto”.
Pareciera, pues, que a casi tres años de la distinción de que fue objeto, Humberto Moreira Valdés ha pasado a ser la principal cabeza visible del nuevo movimiento masónico. Tiempo al tiempo...
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