EL MASON QUE HABLA CON LA VERDAD
Es un hombre feliz y congruente con su entorno.
Me fascina el Masón que sabe a donde va, cual es su destino, para que fue hecho por el Creador y cuales son sus ideales; sabe lo que hay que hacer y lo hace.
Me gusta el Masón que empeña su palabra y sabe cumplirla a toda costa, me encanta el Masón con capacidad para asumir las consecuencias de sus actos.
Me sorprende el Masón que defiende la verdad de sus Venerables Hermanos aún a costa de privilegios promesas y falsas vanidades. Respeto a el Masón que actúa a conciencia y HONESTIDAD, que ejerce su libre albedrío con sabiduría y acierto.
Me maravilla el Masón que es respetuoso y justo con sus hermanos y consigo mismo, el que agradece las gentilezas de sus Hermanos y las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de su ser, que goza de la facultad de enriquecer su existencia regalando una sonrisa, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente a edificar el templo de los otros sin esperar nada a cambio.
Me subyuga el Masón VERDADERO capaz de criticarme constructivamente y de frente pero sin lastimarme, ni herirme; el Masón que tiene tacto.
Me gusta el Masón que posee sentido de la justicia, a éstos los llamo mis amigos.
Me gusta la actitud del buen Masón que sabe de la importancia de la alegría y la prédica con el ejemplo motivando, persuadiendo y entusiasmando al logro de nobles ideales.
Me alegra el corazón, cuando el Masón que mediante bromas me enseña a vivir lo efímero de la existencia con humor.
Admiro al Masón que nunca pierde su corazón de niño, que se preocupa y ocupa su tiempo cuanto les acontece algo a ellos.
Me fascina la pureza del pensamiento del Masón cuando es libre de ataduras y arroja el costal de piedras de los odios, envidias, ambiciones y mas lastres al pozo sin fondo que le imbuyeron fuera de nuestros recintos sagrados.
Me entusiasma el Masón sincero y franco, capaz de oponerse con elementos de juicio razonables a las decisiones de cualquiera.
Me gusta el Masón leal, constante y persistente que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideales de unión fraternal se trata.
Me agrada el Masón de criterio amplio y apertura de pensamiento a todas las filosofías y ciencias y no es fanático de lo que predica con el ejemplo que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo.
El Masón que al aceptar sus errores se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos. El masón que lucha contra sus vicios e ignorancia.
Me simpatiza el Masón practico que no llena su cabeza de estúpida sabiduría que no lleva a la practica y solo le sirve para pavonearse como guajolote ostentando grados que no le corresponden, que ni entiende, ni comprende y que no busca soluciones para dejar de ser incongruente con su miserable existencia “lo mismo adentro que fuera”. Riqueza adentro riqueza por fuera.
Me persuade el Masón que piensa y medita internamente, el que valora a sus semejantes no como lucen, ni por lo que poseen.
El Masón que no juzga, ni deja que otros juzguen.
El Masón que tiene personalidad.
El Masón capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.
Admiro al Masón que mira para abajo al caído, solo para levantarlo.
La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la Fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la
sabiduría, los sueños, la humildad, el arrepentimiento, el amor para los demás y propio, son cosas fundamentales para llamarse Hombres Libres y de Buenas Costumbres.
Es un hombre feliz y congruente con su entorno.
Me fascina el Masón que sabe a donde va, cual es su destino, para que fue hecho por el Creador y cuales son sus ideales; sabe lo que hay que hacer y lo hace.
Me gusta el Masón que empeña su palabra y sabe cumplirla a toda costa, me encanta el Masón con capacidad para asumir las consecuencias de sus actos.
Me sorprende el Masón que defiende la verdad de sus Venerables Hermanos aún a costa de privilegios promesas y falsas vanidades. Respeto a el Masón que actúa a conciencia y HONESTIDAD, que ejerce su libre albedrío con sabiduría y acierto.
Me maravilla el Masón que es respetuoso y justo con sus hermanos y consigo mismo, el que agradece las gentilezas de sus Hermanos y las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de su ser, que goza de la facultad de enriquecer su existencia regalando una sonrisa, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente a edificar el templo de los otros sin esperar nada a cambio.
Me subyuga el Masón VERDADERO capaz de criticarme constructivamente y de frente pero sin lastimarme, ni herirme; el Masón que tiene tacto.
Me gusta el Masón que posee sentido de la justicia, a éstos los llamo mis amigos.
Me gusta la actitud del buen Masón que sabe de la importancia de la alegría y la prédica con el ejemplo motivando, persuadiendo y entusiasmando al logro de nobles ideales.
Me alegra el corazón, cuando el Masón que mediante bromas me enseña a vivir lo efímero de la existencia con humor.
Admiro al Masón que nunca pierde su corazón de niño, que se preocupa y ocupa su tiempo cuanto les acontece algo a ellos.
Me fascina la pureza del pensamiento del Masón cuando es libre de ataduras y arroja el costal de piedras de los odios, envidias, ambiciones y mas lastres al pozo sin fondo que le imbuyeron fuera de nuestros recintos sagrados.
Me entusiasma el Masón sincero y franco, capaz de oponerse con elementos de juicio razonables a las decisiones de cualquiera.
Me gusta el Masón leal, constante y persistente que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideales de unión fraternal se trata.
Me agrada el Masón de criterio amplio y apertura de pensamiento a todas las filosofías y ciencias y no es fanático de lo que predica con el ejemplo que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo.
El Masón que al aceptar sus errores se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos. El masón que lucha contra sus vicios e ignorancia.
Me simpatiza el Masón practico que no llena su cabeza de estúpida sabiduría que no lleva a la practica y solo le sirve para pavonearse como guajolote ostentando grados que no le corresponden, que ni entiende, ni comprende y que no busca soluciones para dejar de ser incongruente con su miserable existencia “lo mismo adentro que fuera”. Riqueza adentro riqueza por fuera.
Me persuade el Masón que piensa y medita internamente, el que valora a sus semejantes no como lucen, ni por lo que poseen.
El Masón que no juzga, ni deja que otros juzguen.
El Masón que tiene personalidad.
El Masón capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.
Admiro al Masón que mira para abajo al caído, solo para levantarlo.
La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la Fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la
sabiduría, los sueños, la humildad, el arrepentimiento, el amor para los demás y propio, son cosas fundamentales para llamarse Hombres Libres y de Buenas Costumbres.
Con Masones de esta altura me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida ya que por tenerlos junto a mi, me doy por bien retribuido.
GRACIAS POR SER MASON
¿Quien no se equivoca?
¡Los perfectos, los que nunca hacen nada por salir de la mediocridad!
Los que se baten en las excretas de la triste bazofia humana.
... La gloria no consiste en no caer nunca, si no más bien en levantarse todas las veces que sea necesario y eso es algo que muy pocos masones tenemos el privilegio de poder experimentar.
¡QUE LA PAZ INVADA VUESTROS CORAZONES!