EL PAVIMENTO MOSAICO Tiene la forma de un tablero de Ajedrez hecho de cuadrados del mismo material, alternativamente negros y blancos. A decir verdad no es ni un símbolo ni un modelo simbólico, sino un entramado que sirve de base a la elaboración de un modelo simbólico. Esta trama bicolor de múltiples posibilidades, no es muy conocida en occidente, tan solo como tablero para juegos de mesa, como las damas y el ajedrez. Sin embargo, si se reemplazan por conceptos los peones del juego de damas o las piezas del juego de ajedrez, se pueden crear modelos simbólicos complejos [1]. Los exagramas en tanto que elementos estructurales están dispuestos ya sea en circunferencia, ya sea bajo la forma de un tablero de damas de ocho elementos por lado. Un modelo tal, de carácter mnemotécnico, contiene potencialmente toda la enseñanza del “Libro de las Mutaciones” o “I Ching” de la antigua sabiduría china [2]. Pa-Kua, los Ocho Caminos Nos limitaremos a poner en evidencia la estructura del pavimento en forma de tablero de ajedrez: Los modelos simbólicos construidos sobre el tablero de ajedrez, utilizados en diversas tradiciones, se basan en un proceso binario, reiterado un gran número de veces. · El número de cuadros negros es igual al de cuadros blancos;· Siguiendo una línea paralela a los lados del cuadrado se pasa alternativamente por cuadros blancos y negros;· Siguiendo una línea a través de las diagonales del cuadrado, se pasa solo por cuadros negros o solo por cuadros blancos;· Si se ocupa un cuadro negro, uno se encuentra en medio de una cruz diagonal negra y lateral blanca y viceversa si se ocupa un cuadro blanco. El uso del tramado en forma de tablero de ajedrez supone la homogeneidad de los “sistemas simbólicos” usados. En otros términos, si el concepto masculino es atribuido al cuadrado negro, lo mismo debe aplicarse para los demás cuadrados negros, mientras que el concepto femenino deberá ser dado a los cuadros blancos. Será lo mismo para otros sistemas como “bien - mal”, “luz - tinieblas”, etc [3]. El Modelo de Tablero de ajedrez pone en evidencia los principios se separación, de oposición, de complementariedad y de alternancia que comprende la cifra – arquetipo dos. La estructura de este modelo es muy compleja, por lo que recomendamos utilizarla solo en caso de disponer de una base previa suficientemente elaborada. Berteaux afirma que los occidentales, herederos de la tradición griega, han utilizado sobre todo los modelos simbólicos ternarios, para significar la unión del análisis (modelo binario) con la síntesis (Ternario) [4], constituyendo con ello una de las bases del modelo clásico la investigación científica experimental. Es posible que las cosas cambien pronto, gracias al empleo creciente de las computadoras, que no utilizan el sistema decimal, ni el sexagesimal, sino el sistema binario. Una PC ejecuta y totaliza millones de asociaciones binarias en un tiempo cada vez más corto, lo que tal vez podría inducir a la renovación del pensamiento de acuerdo con el método binario. Reynaud de la Férriére [5] comenta que el suelo ajedrezado de las Logias no es solamente la expresión de las fuerzas más diversas, de las concepciones más opuestas que convergen en medio de las Columnas del Templo, sino también de progresiones matemáticas, lo que nos recuerda aquella sentencia que dice que “el G\ A\ D\ U\ Geometriza”. Uno de los Símbolos ocultos de estos cuadros bicolores es el de los denominados “cuadros mágicos”, que desde la más remota antigüedad en lo exotérico tenían la propiedad de resolver problemas aritméticos, mismos que la ciencia ha terminado por aceptar y a los cuales ésta recurre de vez en cuando para exponer ciertas soluciones matemáticas; pero desde el punto de vista esotérico, estos cuadros poseen significados ocultos, cuyos métodos de construcción y desencripción son un trabajo que debe realizarse exclusivamente en Logia. De la Férriére da entre otros ejemplos, los Cuadros Mágicos de Saturno, que suma 15; de Júpiter que suma 34; de Marte, que suma 65; y del Sol, que suma 111: La principal función esotérica del Pavimento Mosaico es la de ser Clave de interpretaciones, ya que los cuadros que contiene pueden ser reemplazados por letras para formar palabras o frases iniciáticas, por símbolos, para formar conjuntos simbólicos, etc. Asimismo pueden encontrarse aplicaciones de este ejercicio en las demás Artes Liberales [6].
[1] Remitimos al lector a “La Simbólica de los Números”, de Raoul Berteaux, cap. IV número dos, El I-Ching, pp. 3, 19.[2] Recomendamos colocar un exagrama del “Pa Qua” en cada uno de los cuadros del Tablero de ajedrez, que en ambos casos suman 64. Las distintas combinaciones que pueden lograrse de acuerdo al significado de cada exagrama arrojan resultados interesantes.[3] René Guénon en su libro “Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada” expresa que este pavimento representa lo manifestado (cuadros blancos) y lo no manifestado (cuadros negros). Serge Raynaud de la Férriére en su “Libro Negro de la Francmasonería” afirma que el número de cuadros blancos y negros hace variar su significado, dadas las combinaciones matemáticas que de ellos resultan. En ciertos Tableros de Logia se enmarca este entramado con triángulos blancos y negros, con sus vértices alternados hacia fuera y hacia adentro del tablero, para representar -en correspondencia simbólica con el Tai Chi o “Yin-Yang” que se coloca al centro del Pa Qua- que en todo cuadrado blanco o negro hay una incidencia interna y externa de su complementario.[4] Desde nuestro punto de vista, el ternario (síntesis) es producto de la unidad (tesis) y el binario (análisis o antítesis). La suma del ternario con el binario a la que alude el autor produce más bien el quinario (3+2=5) igualmente digno de estudio y tan preciado para el simbolismo masónico universal.[5] “El Libro Negro de la Francmasonería”, Op. Cit. P. 92 y ss.[6] Sobre el tema, sugerimos la consulta del libro “Fragmentos de una enseñanza desconocida” de P. D. Ouspensky. Librería Hachette, Col. Ganesha, Buenos Aires, Arg., 4a Edición, 1977.
[1] Remitimos al lector a “La Simbólica de los Números”, de Raoul Berteaux, cap. IV número dos, El I-Ching, pp. 3, 19.[2] Recomendamos colocar un exagrama del “Pa Qua” en cada uno de los cuadros del Tablero de ajedrez, que en ambos casos suman 64. Las distintas combinaciones que pueden lograrse de acuerdo al significado de cada exagrama arrojan resultados interesantes.[3] René Guénon en su libro “Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada” expresa que este pavimento representa lo manifestado (cuadros blancos) y lo no manifestado (cuadros negros). Serge Raynaud de la Férriére en su “Libro Negro de la Francmasonería” afirma que el número de cuadros blancos y negros hace variar su significado, dadas las combinaciones matemáticas que de ellos resultan. En ciertos Tableros de Logia se enmarca este entramado con triángulos blancos y negros, con sus vértices alternados hacia fuera y hacia adentro del tablero, para representar -en correspondencia simbólica con el Tai Chi o “Yin-Yang” que se coloca al centro del Pa Qua- que en todo cuadrado blanco o negro hay una incidencia interna y externa de su complementario.[4] Desde nuestro punto de vista, el ternario (síntesis) es producto de la unidad (tesis) y el binario (análisis o antítesis). La suma del ternario con el binario a la que alude el autor produce más bien el quinario (3+2=5) igualmente digno de estudio y tan preciado para el simbolismo masónico universal.[5] “El Libro Negro de la Francmasonería”, Op. Cit. P. 92 y ss.[6] Sobre el tema, sugerimos la consulta del libro “Fragmentos de una enseñanza desconocida” de P. D. Ouspensky. Librería Hachette, Col. Ganesha, Buenos Aires, Arg., 4a Edición, 1977.