*por Prof. Lic. Stella Maris Skarp
Para contar una historia, narrar un hecho y reflexionar adentrándonos en el pasado, viviendo el presente o proyectar un futuro, recurriremos a los elementos indispensables. Ciencia (como conocimiento) y Opinión.
Tal la denominación de esta columna, en el lenguaje platónico. Esos dos géneros fundamentales del conocimiento, que el filosofo griego distinguió.
Las distinciones de Platón, su obra, su pensamiento han transitado mas de veintres siglos.
No obstante su realidad fue la que hoy es nuestra.
Un Mundo Sensible, un conjunto de entidades que se nos ofrecen a los sentidos. Ellas son de caracter particular, son cambiantes, multiples, imperfectas, finitas. Nacer, crecer y morir.
El otro Mundo es el de la Ideas, donde las entidades son absolutas, universales, eternas e inmutables. Entidades que están mas allá del tiempo y el espacio, conocidas unicamente por el conocimiento racional.
Por ello, analizaremos nuestra realidad, la realidad de la humanidad, la del siglo 21, reflexionaremos "conociendo y opinando".
Conociendo:
"Un 18 de julio de 1994, a las 09.53 hs, se sintió una gran vibración seguida inmediatamente de un ruido brutal.
Como una erupción los pedazos de manpostería volaban por los aires, trozos de caños que se incrustaban en la acera, el olor a polvo quemado impregnó todo el ambiente y un humo negro cubrió todo el cielo.
Lo pero fue la incertidumbre, lo terrible, la sensacion de desconcierto, de miradas perdidas. El espanto, llegaria después.
Un atentado terrorista, producía una explosión que redujo a escombros a la Asociacion Mutual Israelita Argentina (AMIA) y a edificios aledaños.”
Opinión:
Cuan extraño pareció a la América de habla hispana aquel hecho.
Algunos mares y un océano nos separa, de un conflicto que parecía ajeno, de otro lugar, de otro tiempo, de un mundo sensible, cambiante, e imperfecto, que se llevaba 85 victimas fatales y mas de 300 heridos.
La justicia, la razon, han sido las grandes ausentes.
No sucedió en el desierto, que está mas allá del océano. Sucedió en Buenos Aires.
Mi recuerdo fraterno eterno e inmutable.
EPISTÉME Y DOXA
lunes, julio 11, 2011