EPISTEME Y DOXA
*por Prof. Lic. Stella Maris Skarp
“REALIDADES DE AYER Y DE HOY”
CONOCIMIENTO:
(I)
“A medida que las fuerzas estadounidenses avanzaron hacia el Irak de Saddam Hussein en abril del 2003, la lucha resultó ser mucho más intensa de lo planificado. Una de las demoras inesperadas sucedió en Karbala, una ciudad al sudeste de Bagdad…
En esa tarde de abril, a medida que se abrían camino, calle por calle, a través de los barrios residenciales de Karbala, las tropas de la 101ava División Aerotransportada, los famosos "Screaming Eagles", habían estado todo el día bajo el intenso fuego de las ametralladoras y las granadas impulsadas por cohetes (RPG, por sus siglas en inglés).
En medio de la lucha, un niño salió gateando de un callejón. Un ametrallador norteamericano vio que el niño, que más tarde se descubriría, tenía 10 años, cargaba una RPG. En un nanosegundo, en medio de balas volando hacia él, el soldado tuvo que tomar lo que verdaderamente sería la decisión más difícil de su vida… ” ( * )
(*) extraído de “Children at War”, Peter W. Singer, Washington Post, Septiembre 01 de 2004
(II)
“Desde la Segunda Guerra Mundial, el Pentágono viene desarrollando métodos para modificar los valores éticos que las familias y la escuela inculcaron a los reclutas.
El teniente coronel Peter Kilner (4) fue muy claro al respecto: “El entrenamiento militar moderno condiciona a los soldados para que reaccionen ante los estímulos y esto maximiza su capacidad letal, desbordando toda autonomía moral.
Se condiciona a los soldados para que actúen sin considerar las repercusiones morales de sus acciones, se los torna capaces de matar sin tomar la decisión consciente de hacerlo. Si no pueden justificar ante sí mismos el acto de matar a otro ser humano, probable y comprensiblemente se sentirán muy culpables y esto se manifestará en un PTSD (desórdenes post traumáticos) y dañará la vida de miles de hombres que cumplieron su deber en el frente” (5)
(4) Coronel Peter Kilner, profesor de filosofía y ética en West Point.
(5) “The New Yorker”, 5 de julio de 2004.
OPINIÓN
“…las relaciones de las cosas materiales son todas muy sencillas, mas difícil es la comprensión de las fuerzas espirituales que se ponen en juego”, "Vom Kriege”, Karl von Clausewitz.
Extraídos los dos artículos de “un pasado reciente”, se hacen cualitativamente actuales, para una humanidad que se debate, en definitiva, sobre los valores que sustentan a las variables culturales.
Desde nuestra occidentalización Latinoamericana, identificamos “la ética”, como el comportamiento, conducta y acción del ser humano en cuanto a tal, formulando principios y criterios pasibles de valoración, para que la vida en sociedad, en su sentido mas amplio, sea signada por un ordenamiento que garantice que los intereses particulares no atenten contra los intereses comunes y que la misma sociedad es la encargada de difundir e imponer.
La Guerra, como un “Hecho Social”, no prescinde de dichos principios, sin embargo los mismos, son relativos, por cuanto dependen de la forma en que cada sociedad los define, en un tiempo histórico determinado.
La dificultad, radica en la comprensión de principios éticos que son relativos, en el marco de un conflicto bélico, donde la paradoja se halla ejemplificada, en estos dos artículos.
Por un lado, en una sociedad cuya cultura arma a un niño de 10 años con una granada impulsada por cohete, e inmerso en la promesa dogmatica, lo induce a matar, y por otro lado, una sociedad cuya cultura prepara a un soldado para que actúe sin considerar las repercusiones morales de su acción, demostrando que las connotaciones éticas de la guerra, son en la realidad de todos los tiempos de la humanidad, relativas.
A partir de concepciones laicas, democráticas y republicanas, donde se complementan las reflexiones simbólicas y sociales, “el absoluto”, hay quienes creemos está en el principio de los tiempos, en el “No Mataras”.
Fraternalmente.
CONOCIMIENTO:
(I)
“A medida que las fuerzas estadounidenses avanzaron hacia el Irak de Saddam Hussein en abril del 2003, la lucha resultó ser mucho más intensa de lo planificado. Una de las demoras inesperadas sucedió en Karbala, una ciudad al sudeste de Bagdad…
En esa tarde de abril, a medida que se abrían camino, calle por calle, a través de los barrios residenciales de Karbala, las tropas de la 101ava División Aerotransportada, los famosos "Screaming Eagles", habían estado todo el día bajo el intenso fuego de las ametralladoras y las granadas impulsadas por cohetes (RPG, por sus siglas en inglés).
En medio de la lucha, un niño salió gateando de un callejón. Un ametrallador norteamericano vio que el niño, que más tarde se descubriría, tenía 10 años, cargaba una RPG. En un nanosegundo, en medio de balas volando hacia él, el soldado tuvo que tomar lo que verdaderamente sería la decisión más difícil de su vida… ” ( * )
(*) extraído de “Children at War”, Peter W. Singer, Washington Post, Septiembre 01 de 2004
(II)
“Desde la Segunda Guerra Mundial, el Pentágono viene desarrollando métodos para modificar los valores éticos que las familias y la escuela inculcaron a los reclutas.
El teniente coronel Peter Kilner (4) fue muy claro al respecto: “El entrenamiento militar moderno condiciona a los soldados para que reaccionen ante los estímulos y esto maximiza su capacidad letal, desbordando toda autonomía moral.
Se condiciona a los soldados para que actúen sin considerar las repercusiones morales de sus acciones, se los torna capaces de matar sin tomar la decisión consciente de hacerlo. Si no pueden justificar ante sí mismos el acto de matar a otro ser humano, probable y comprensiblemente se sentirán muy culpables y esto se manifestará en un PTSD (desórdenes post traumáticos) y dañará la vida de miles de hombres que cumplieron su deber en el frente” (5)
(4) Coronel Peter Kilner, profesor de filosofía y ética en West Point.
(5) “The New Yorker”, 5 de julio de 2004.
OPINIÓN
“…las relaciones de las cosas materiales son todas muy sencillas, mas difícil es la comprensión de las fuerzas espirituales que se ponen en juego”, "Vom Kriege”, Karl von Clausewitz.
Extraídos los dos artículos de “un pasado reciente”, se hacen cualitativamente actuales, para una humanidad que se debate, en definitiva, sobre los valores que sustentan a las variables culturales.
Desde nuestra occidentalización Latinoamericana, identificamos “la ética”, como el comportamiento, conducta y acción del ser humano en cuanto a tal, formulando principios y criterios pasibles de valoración, para que la vida en sociedad, en su sentido mas amplio, sea signada por un ordenamiento que garantice que los intereses particulares no atenten contra los intereses comunes y que la misma sociedad es la encargada de difundir e imponer.
La Guerra, como un “Hecho Social”, no prescinde de dichos principios, sin embargo los mismos, son relativos, por cuanto dependen de la forma en que cada sociedad los define, en un tiempo histórico determinado.
La dificultad, radica en la comprensión de principios éticos que son relativos, en el marco de un conflicto bélico, donde la paradoja se halla ejemplificada, en estos dos artículos.
Por un lado, en una sociedad cuya cultura arma a un niño de 10 años con una granada impulsada por cohete, e inmerso en la promesa dogmatica, lo induce a matar, y por otro lado, una sociedad cuya cultura prepara a un soldado para que actúe sin considerar las repercusiones morales de su acción, demostrando que las connotaciones éticas de la guerra, son en la realidad de todos los tiempos de la humanidad, relativas.
A partir de concepciones laicas, democráticas y republicanas, donde se complementan las reflexiones simbólicas y sociales, “el absoluto”, hay quienes creemos está en el principio de los tiempos, en el “No Mataras”.
Fraternalmente.