
Los alumnos diplomados de sumeria trabajaban como escribas del Templo o de Palacio. O servian a los ricos y poderosos. Otros consagraban su vida a la enseñanza y al estudio. Igual que nuestros profesores de universidad, estos sabios se ganaban la vida como profesores, y consagraban su tiempo a la investigación.
Estas escuelas tenían una ferrea disciplina y en ella se preparaban sumerios de economia solvente, que podían pagar su educación. La enseñanza se impartía en una escuela especializada, el EDUBBA/bït tuppi (m) (“casa de las tablillas”). Algunos textos explican la dura vida que llevaban los estudiantes: trabajo agotador y castigos corporales. (M:.M:. Herbert Oré Belsuzarri de la P:.F:.C:.L:.B:.R:.L:.S:. FENIX 137-1)
Estas escuelas tenían una ferrea disciplina y en ella se preparaban sumerios de economia solvente, que podían pagar su educación. La enseñanza se impartía en una escuela especializada, el EDUBBA/bït tuppi (m) (“casa de las tablillas”). Algunos textos explican la dura vida que llevaban los estudiantes: trabajo agotador y castigos corporales. (M:.M:. Herbert Oré Belsuzarri de la P:.F:.C:.L:.B:.R:.L:.S:. FENIX 137-1)