La conferencia "Una aproximación a la Masonería", a cargo de Manuel Alba, diputado Gran Maestro de la Gran Logia Federal de España, abre el nuevo curso del Ateneo de Marbella.
La primera Gran Logia se fundó en Londres el 24 de junio, festividad de San Juan, de 1717, cuando cuatro logias
acordaron federarse. La soberanía residiría en la Obediencia y únicamente ésta —la Gran Logia— tendría autoridad para crear otras nuevas. De aquí derivan las Grandes Logias y los Grandes Orientes que forman la Francmasonería moderna.
Las primeras Logias fundadas fuera de Inglaterra fueron las de Madrid y Gibraltar; de ahí que se pueda afirmar que en España la Francmasonería goza de respetable antigüedad. Las Logias iniciales se crearon en 1727 y 1728, como la “Matritense.
En el último tercio del Siglo XIX coexistieron diversas Obediencias, que sufrieron procesos de divisiones y fusiones debidos a razones personales, en unos casos, y a motivos ideológicos, en otros. El proceso de crecimiento continuó bajo el reinado de Alfonso XII y la Ley de Asociaciones de 1887 brindó a la masonería española el marco jurídico adecuado para su legalización.
Durante la República, un número importante de francmasones —de las dos Obediencias existentes en España— tuvieron participación activa en la vida política como Diputados, Gobernadores Civiles y Ministros, hasta que la sublevación militar del 18 de Julio de 1936 desencadenó la persecución contra masonería española por parte de ambos bandos.
Durante cuarenta años la Francmasonería desapareció de España, pero los masones en el exilio recibieron ayuda y protección creando Logias Españolas en los países de acogida. El 2 de noviembre de 1977 se celebró en Madrid la primera Asamblea masónica tras la guerra civil y reabrió un periodo de normalidad.