Quizá en alguna ocasión, para hacernos reflexionar, antes de tomar una decisión importante que podría afectar a otras personas, nos dijeron: “Escucha bien la voz de tu conciencia”, “Evita las disputas y prevé los insultos, poniendo la razón de por medio” y como un sano concejo nos dijeron: “No seas ligero en airarte, puesto que la ira reposa en el seno del necio”.