Aelia Capitolina, ciudad construida por el emperador Adriano en el año 131; la levantó sobre la antigua Jerusalén, que estaba en ruinas cuando él visitó la provincia de Siria Palestina.
Bajo la dirección de Shlomit Weksler-Bdolah, Alexander Onn, Shua Kisilevitz y Brigitte Ouahnouna, todos ellos de la Autoridad de Antigüedades de Israel, excavaciones sistemáticas se llevan realizando entre 2005 y 2010, las cuales han revelado una importante vía pública romana que se construyó por partes en el corazón del Jerusalén del siglo II d. C., el periodo que siguió a la caída de la Primera Revuelta Judía y vio la transformación de la ciudad en una nueva ciudad romanizada, renombrada Aelia Capitolina.
Este artículo relata los hallazgos que hasta el momento han proporcionado las excavaciones, las cuales avanzan profundizando hasta una cantera subyacente del siglo VIII a. C., y que fue usada por los cortadores de piedra para producir los bien conocidos bloques de piedra caliza utilizados en la construcción de la mayor parte de las estructuras monumentales de la antigua Jerusalén.
Justo encima de esa cantera, los arqueólogos también encontraron parte de lo que se ha interpretado como una gran casa de "cuatro habitaciones", diseñada en el estilo típico de las estructuras de casa de Israel del período del Primer Templo, caracterizado por tres cuartos grandes paralelos y una habitación más grande que se extiende perpendicularmente a través de los extremos de los otros tres (véase el modelo de ejemplo a la izquierda). Dentro de la estructura fueron encontrados varios sellos personales (pequeñas y redondas o elípticas piezas incisas de arcilla utilizadas, por ejemplo, para firmar y sellar la correspondencia antigua) con nombres hebreos. Y dentro de su relleno de tierra había cientos de trozos de cerámica y fragmentos de figurillas de arcilla zoomórficas y antropomorficas, todo datado en la última parte del período del Primer Templo, entre los siglos VIII y VI a. C.
Los arqueólogos sugieren la probabilidad de que la estructura fuera destruida por los babilonios en el año 586 a . C., junto con el resto de la ciudad, pero la falta de evidencia de cualquier incendio, normalmente asociado con la destrucción de Babilonia, plantea otras posibilidades, tal como un terremoto. En cualquier caso, el equipo sugiere que la estructura representa una casa que fue habitada por los miembros de la élite social de Judá, como lo demuestran los sellos, mientras otros materiales hallados dentro de la casa indican una posible conexión cultural con Asiria.
Curiosamente, el equipo encontró relativamente pocos artefactos u otros hallazgos del final del periodo del Primer Templo en el año 586 a . C., al comienzo de la época romana tardía (principios de siglo II d. C.). Esto, a pesar del hecho de que Jerusalén había sido extremadamente ampliada durante los Asmoneos (167-37 a . C.), en el periodo de Herodes (37 a . C.-70 d. C.). La respuesta, sugieren ellos, se encuentra quizás en la evidencia de que la estructura de la casa estaba en la parte superior del periodo del Primer Templo, es decir, de los restos de la calle porticada conocida como el cardo romano oriental (una de las dos principales calles norte-sur de Jerusalén en siglo II d. C.). En este caso, de acuerdo con los excavadores, los romanos destruyeron prácticamente todas las capas que contenían el material de la época del Segundo Templo, con el fin de adecuar apropiadamente el cardo. La construcción del nivel del cardo, de hecho, requirió el corte de la pendiente natural de Jerusalén en ese punto, creando, en efecto, un precipicio vertical en un lado.
De importancia son las cuestiones planteadas por el diseño y la dirección de este cardo oriental. La excavación de los co-directores informan que la dirección del cardo se alinea en paralelo con el Muro de las Lamentaciones, el cual durante el período herodiano constituyó el muro occidental del Monte del Templo de Herodes. Por otra parte, se han descubierto pruebas de dos calles importantes que marchan perpendiculares desde el cardo hacia el Muro de las Lamentaciones o Monte del Templo. ¿Qué dice esto sobre el área del Monte del Templo durante los principios del siglo II d. C., en tiempos de Aelia Capitolina? ¿Indica que se encontraba algo importante y permanente, o aún en pie, según sea el caso, en el lugar donde el Segundo Templo destruido estuvo una vez? Algunos estudiosos han propuesto que hubo en cierto momento un templo dedicado a Júpiter (Júpiter Capitolino) o a alguna otra deidad romana, o una combinación de deidades, lo que se construyó en el sitio del Segundo Templo, después de que la ciudad se hubiera transformado en una ciudad romana. Hay algunas fuentes escritas que implican que tal era el caso, pero poca o ninguna evidencia arqueológica sólida ha sido recuperada para confirmarla o apoyarla.
Cortesia de Publicación del Blog Respetable Logia Añaza Nº 33
Publicada para Fenix por: Edmundo Alosilla