Una ensena masónica con muchas interpretaciones socio políticas y pocas espiritualistas
La ensena que compromete el título de este ensayo siempre ha sido ligada a la creación de los sistemas democráticos desde la independencia de los Estados Unidos y la revolución Francesa.
Lo que sigue es lo que inspira realmente al masón iluminado por el espíritu de la Orden masónica y le impone su actitud ante la conocida ensena masónica de Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Libertad
La plena libertad es haber eliminado de sí los agregados psicológicos plenamente. El Iniciado que ha encontrado dentro de sí la Piedra Filosofal, que ha trascendido la agresión de los mundos ligados a la materialidad, de la emocionalidad mal comprendida y de la mente dependiente del concepto y de la forma, ese Hermano es quien puede ser libre.
Cuando en medio de la luz o de la oscuridad externa su ser puede iluminar el camino sin ayuda de nada ni de nadie y sus preceptos surgen de la fuente más profunda del espíritu.
El Iniciado libre de las ataduras de este mundo material es capaz de proyectar la afluencia de su pensamiento hacia lo infinito y a lo más finito. El límite ya no existe porque vive la inter dimensionalidad conscientemente en la que se mueve la humanidad.
Esta libertad lo hace profundamente compasivo porque conoce que el ser humano reacciona a estímulos muy básicos desde un ego que ocupa mucho espacio en la inconsciencia cotidiana.
El espíritu de un Iniciado es muy distante al intelectualoide que se afirma en que la sencilla o compleja construcción mental de acertijos y laberintos que se ha creado son muy reales: mucho más allá de los sistemas de conceptos, el Iniciado viaja a lo profundo de lo que es aparente y conoce la realidad en un silencio permanente porque no es posible describir la paz y la luz espiritual, ni lo que ve allí.
Igualdad
La Igualdad es un derivado natural del Iniciado que ha logrado establecer su Ser Interior como conductor de su existencia. La individualidad ya ha dado toda la marcha atrás que era necesaria hasta desaparecer…
El Iniciado ya no puede reaccionar ante ninguna agresión porque está desprovisto de ego. Ve que todos los seres humanos son iguales entre sí y que cualquiera puede llegar a encarnar la luz del espíritu, tal como el fue impulsado a hacerlo. Ve también en qué se entretienen los individuos y comprende que cuando el Ser Supremo (que es el mismo que lo anima a él) lo desee, pondrá en la senda del conocimiento a quien deba entrar en ella por su voluntad.
Fraternidad
El Iniciado que ya ha sido despojado de individualidad ve a la divinidad manifestada en la humanidad completa, aunque ella aún ni lo sospeche; ella se convierte en su familia y comprende que todos hacen parte de la Unidad y que los fenómenos como la violencia, la pobreza y todo mal que afecte a las sociedades son tan sólo producto de la evolución hacia la consciencia. Asume que en definitiva es necesario colaborar sin imposiciones en la Obra del espíritu, y como es parte de Él, sabe en qué podrá ayudar y en qué no.
El Iniciado es fraterno porque su luz interior no lo deja ser de otra forma porque se ha convertido en AMOR.