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“LOS CALENDARIOS MASÓNICOS Y LAS ESTACIONES”



Foto de Juan Avila.
GRAN LOGIA REGULAR DE BOLIVIA

ANTIGUA Y HONORABLE FRATERNIIDAD DE MASONES LIIBRES Y ACEPTADOS

SIT LUX ET LUX FUIT
Exordio
En los inicios de la humanidad el hombre comenzó a medir el tiempo tomando como unidad el día, que es el tiempo medio necesario para una rotación de la Tierra sobre su eje. Un mes se calculaba inicialmente por los pueblos antiguos, como el tiempo entre dos Lunas llenas, o el número de días necesarios para que la Luna circunde la Tierra. El año, basado en una rotación de la Tierra alrededor del Sol, coincidía con sus actividades agrícolas, que estaban íntimamente ligadas a sus festividades religiosas.
La semana, que es aproximadamente la cuarta parte del ciclo lunar, procede de la tradición judeocristiana, que dispone descansar del trabajo cada siete días. No está basada en fenómenos naturales. Los romanos dieron nombre a los días de la semana en honor del Sol, la Luna y varios planetas y sus divinidades asociadas, así tenemos la siguiente relación:
1. El domingo, palabra que proviene de Dominicus Dies (Día del Señor), antiguamente se le llamaba día del Sol (Dies Solis), del que proviene Sunday en el inglés.
2. El lunes, dedicado a la Luna.
3. El martes, a Marte dios de la guerra.
4. El miércoles, consagrado a Mercurio, mensajero de los dioses.
5. El jueves, consagrado a Júpiter, suprema divinidad romana.
6. El viernes, dedicado a Venus la diosa de la Belleza y del Amor.
7. El sábado viene del Latín Sabbatium y esta del hebreo Sabath, que significa descansar, pues según la Biblia, en este día descanso el Creador.
Las variaciones entre los muchos calendarios en uso desde los tiempos antiguos a los modernos, han sido debidas a la inexactitud de los primeros cálculos de la duración del año, junto con el hecho que un año no puede ser dividido exactamente, por ninguna de las demás unidades de tiempo: 1. Días. 2. Semanas. 3. Meses.
Los calendarios más antiguos, basados en meses lunares, dejaron con el tiempo de coincidir con las estaciones. Ocasionalmente había que intercalar o añadir un mes, para conciliar los meses lunares con el año solar.
Actualmente el tiempo, se puede conceptualizar como el periodo durante el que tiene lugar una acción o acontecimiento, o dimensión que representa una sucesión de dichas acciones o acontecimientos. El tiempo es una de las magnitudes fundamentales del mundo físico, igual que la longitud y la masa. En la actualidad se emplean tres métodos astronómicos para expresar el tiempo. Los dos primeros se basan en la rotación diaria de la Tierra sobre su eje, y se refieren al movimiento aparente del Sol (tiempo solar) y de las estrellas (tiempo sidéreo). El tercer método astronómico para medir el tiempo se basa en la rotación de la Tierra en torno al Sol (tiempo de efemérides).
Todo indica que los chinos e hindúes son los pueblos más antiguos del mundo. Los hindúes (brahmanes) hacen uso de varias designaciones de épocas del origen del mundo. Una es indicada por nueve centros 000, 000, 000, esta es la forma más filosófica de expresarse, desde que es desconocida. Damos enseguida algunas de las creencias concernientes a la antigüedad del globo:
1. El calendario de los Hindú datan desde hace 4..320.000
2. El calendario japonés datan desde 2. 000. 000
3. El calendario de los cambios y de los mandos de la antigua Persia datan desde 150.000
4. El calendario de los fenicios data desde el 36.000
5. El calendario egipcio data desde el 24.000
Conceptos Fundamentales
Un calendario es la forma que tiene una sociedad de contar el tiempo. Para ello se usan diferentes métodos astronómicos: solares, lunares o lunisolares. Los calendarios solares se fundamentan en la duración aparente de la rotación del Sol alrededor de la Tierra, unos 365 días. Los calendarios lunares se basan en el curso de las fases lunares, constan de 12 meses de 29 ó 30 días: 354 días. Sólo el calendario musulmán es estrictamente lunar. Los calendarios lunisolares son aquellos cuyo año dura, globalmente, 365 días pero los meses siguen las fases de la luna, por lo que necesitan incluir un mes adicional cada cierto tiempo. Pasar de un año de un calendario lunisolar un año gregoriano es, en principio, muy sencillo, basta con sumar o restar desde la fecha de comienzo de la era; sin embargo también hay que estar atento a la fecha en la que se comienza el año.
Un año embolismal es aquel se compone de 13 lunaciones, añadiéndose una sobre las 12 de que consta el año puramente lunar, para ajustar los años lunares con los solares.
Para comprender la dificultad de establecer un calendario conviene aclarar antes diferentes conceptos: Día solar verdadero: Período de tiempo que transcurre entre dos culminaciones consecutivas del Sol sobre un mismo meridiano. Se alcanza a mediodía, pero debido a la órbita elíptica de la Tierra, a lo largo del año se va adelantando o atrasando. Es más largo que el día sidéreo porque para que el sol llegue a la altura del mismo meridiano además de completar una revolución sobre el eje de la Tierra debe compensar el movimiento de traslación recorrido.
Día sidéreo: Tiempo siempre igual que tarda la Tierra en dar una vuelta entera alrededor de su eje polar y durante la cual se efectúa una revolución aparente completa con respecto a las estrellas fijas. Su duración es de 23 h 56 min. 4,09 seg.
Día solar medio: Para superar la diferencia entre el día solar verdadero y el día sidéreo se hace una media, por lo que se considera que el día dura 24 horas. Las diferencias se calculan en la ecuación del tiempo y se expresan en una curva llamada analema. El día solar medio se toma como unidad de tiempo fundamental para hacer el calendario.
Día lunar: Intervalo de tiempo entre dos pasos sucesivos de la Luna por un meridiano concreto. Dura 24 h 50 min., ya que al movimiento de rotación de la Tierra hay que añadir el tiempo que tarda la Luna en realizar su movimiento de translación alrededor de la Tierra. Esta es la explicación de porqué las mareas se retrasan 25 minutos cada 12 horas. Desde el siglo II a.C. Hasta 1925 los astrónomos contaban los días de luna a luna. Año trópico o solar: Tiempo que transcurre entre dos pasos consecutivos y reales de la Tierra, o aparentes del Sol, por el mismo equinoccio o el mismo solsticio. Consta de 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,51 segundos.
Disminuye 5 segundos cada mil años. Este es el tipo de año en el que se basa nuestro calendario, constatado por el paso del equinoccio vernal.
Año sidéreo: intervalo de tiempo durante el cual la Tierra realiza una revolución completa alrededor del Sol, con respecto a las estrellas. Consta de 365 días, 6 horas, 9 minutos y 9,5 segundos. La diferencia entre el año trópico y el sidéreo es producto de la precesión de los equinoccios Año civil: Para superar la diferencia entre el año trópico y el año sidéreo se considera que el año civil consta de 365 ó 366 días.
Año lunar: Período de 12 revoluciones sinódicas de la Luna. Consta de 354 días. Lunación: Tiempo que tarda la Luna en pasar de una conjunción con el Sol a la siguiente.
En resumen: ni todos los días duran lo mismo, ni la Tierra tarda un número exacto de días en completar su órbita alrededor del Sol. La división del día en 24 horas es muy antigua, y han coincidido en ella muchos pueblos. Otra cuestión es cuándo comienza el día. Hoy en día se considera que el día comienza a media noche (como los antiguos egipcios) y el día se divide en dos partes de doce horas (aunque modernamente, en asuntos internacionales, se cuenta un solo período de 24 horas). Los astrónomos, como Claudio Tolomeo, cuentan 24 horas a partir del mediodía. En la antigüedad, y actualmente los judíos y los árabes, consideran que el día comienza con la salida del sol. Los griegos contaban 12 horas de la salida a la puesta del sol y otras 12 durante la noche, por lo que la duración de las horas variaba a lo largo del año.
La semana es el conjunto de 7 días. Se trata de un período arbitrario, aunque hay quien considera que se debe a los siete planetas conocidos en la Antigüedad: Saturno, Júpiter, Marte, el Sol, Venus, Mercurio y la Luna. En Egipto cada una de sus 24 horas del día estaba consagrada a un planeta, sucesivamente, y el día recibía el nombre de su primera hora. Hay quien afirma que los días de la semana son siete porque Dios tardó seis días en crear el mundo y el séptimo descansó, pero esta división se da también en pueblos que ni conocían ni se guiaban por la Biblia.
La era es un punto fijo o fecha determinada de un suceso, desde el cual se empiezan a contar los años. En cada calendario veremos diferentes eras, y es que en la historia se pueden encontrar documentos fechados según esos acontecimientos, y siguiendo, normalmente, el cómputo de años que hace el calendario. Un ciclo es un período de tiempo o cierto número de años que, acabados, se vuelven a contar de nuevo.
CALENDARIO S ANTIGUOS
Los antiguos babilonios tenían un calendario lunisolar de 12 meses lunares de 30 días cada uno, y añadían meses extras cuando necesitaban mantener el calendario en línea con las estaciones del año. Los antiguos egipcios fueron los primeros en sustituir el calendario lunar, por un calendario basado en el año solar, midieron el año solar como 365 días, divididos en 12 meses de 30 días cada uno, con 5 días extras al final. Hacia el 238 a.C. el rey Tolomeo III ordenó que se añadiera un día extra cada cuatro años, que era por lo tanto similar al moderno año bisiesto. En la antigua Grecia se utilizaba un calendario lunisolar, con un año de 354 días. Los griegos fueron los primeros en intercalar meses extras en el calendario sobre una base científica, añadiendo meses a intervalos específicos en un ciclo de años solares.
CALENDARIO S Babilónico y Macedonio
Los calendarios que estuvieron en vigor en Mesopotamia fueron, fundamentalmente, lunisolares. Se componían de doce araj (meses) de 28, 29 ó 30 días, que daban lugar a un año de entre 354 a 360 días. Este calendario parece haber sido creado en Sumeria, pero fueron los caldeos quienes lo sistematizaron y lo difundieron. Para hacer coincidir las estaciones con los meses cada cierto tiempo se añadía, en función de las observaciones astronómicas, un mes suplementario (embolismal). Los sumerios llegaron a elaborar un año de 360 días redondeando la duración de las lunaciones, haciendo que cada mes tuviese 30 días, lo que, además, cuadraba con su sistema numérico de base sexagesimal (6 x 60). Actualmente la esfera se divide en 360 partes, herencia de esta forma de cómputo del tiempo, la que aún usamos hoy en día. Los sumerios fueron los primeros en dividir el día en 24 horas: en dos períodos de 12 horas; y es que 12 son los signos del zodiaco y 12 es divisor de 360 y 60 y divisible por 6.
Además 12 es divisible por 2, 3, 4 y 6, (y por 8, que da 1,5), por lo que sería un número muy popular en el mundo antiguo para hacer cuentas. Los nombres de los meses tenían que ver bien con las tareas agrícolas, bien con los fenómenos meteorológicos.
Varían de ciudad en ciudad, pero lo más importantes serán los caldeos, ya que son los que toman los judíos para su calendario. Se llaman: nisanu, airu, sivanu, duzn, abu, elulu, tashritu, arajshamna, kisilivu, zebitu, sabatu y adaru. Los meses comenzaban con la luna nueva.
La tradición babilónica comenzaba el día con la salida del sol y el año con la primavera, pero tras la invasión macedónica arraigó la costumbre de comenzar el día a la puesta del sol y el año con el otoño. El día babilónico constaba de dos períodos de 12 horas (beru), cada beru duraba 30 gesh. Los asirios tenían, como los judíos, un día de descanso: el sábado.
En Babilonia el año se dividía en dos estaciones: invierno y verano; aunque en Asiria se dividía en tres y en Anatolia en cuatro. Los caldeos consideraban cuatro ciclos: sosos, de 60 años; neros, de 600 años; saros, de 3600 años; y otro de 432.000, que es la suma de 120 saros.
La era Selyúcida o Macedónica comienza con la toma de Babilonia por Seleuco Nicator en el 311 a.C. Esta fecha fue adoptada como comienzo del calendario por la mayoría de los pueblos del Oriente Próximo, aunque con diferencias en la fecha de comienzo del año.
En Tiro se contaban los años desde el 19 de octubre del 126 a.C., y en Cesarea (Antioquía) desde el 9 de agosto del 48 a.C., año de la victoria de Julio César en Farsalia; o desde el 706 a.C. de Roma.


Foto de Juan Avila.


CALENDARIO Egipcio
El calendario egipcio se basa en el caldeo, y en sus cálculos astronómicos. Fueron los egipcios los primeros en dividir el año en 365 días, hace unos 6000 años, ya que se trata de un calendario solar. El año constaba de 12 meses de 30 días y cinco días adicionales interpuestos, pero cada 4 años faltaba un día. También es egipcia la división de la semana en siete días, ya que cada hora del día estaba consagrada a uno de los siete planetas conocidos; y el día recibía el nombre de su primera hora.
Los egipcios examinaban el cielo aguardando la vital inundación del Nilo que se produciría cuando Sirio, la estrella más brillante del cielo, asciende al amanecer en el mismo sentido que el sol. Con este acontecimiento se iniciaba el año nuevo. El calendario egipcio, pues, no solo es solar, sino que se rige por el año sidéreo. El Nilo era quien gobernaba las estaciones: riada, plantación y cosecha, y las fases de la luna no servían para determinarlas, por lo que es recurrió a un calendario solar. En esta época, y en Egipto, el orto de Sirio coincidía con el solsticio de verano. Dividían el día en dos períodos de doce horas. El día comenzaba a media noche. Los doce meses se agrupaban en tres estaciones de cuatro meses. Los meses se llamaban: tot, choca, famenoz, payni, paofi, tybi, farmonti, epifi, atir, mechir, pachon y mesori.
En el año 238 a.C. los sacerdotes, reunidos en Cánope, decretaron una reforma del calendario, según la cual cada cuatro años se añadía un día más a los 5 adicionales que tenía el año, pero el decreto nunca llegó a entrar en vigor. El calendario egipcio se usaría hasta el siglo III, cuando se adoptó el calendario juliano. Debido a este desajuste la salida de Sirio se retrasaba un día cada cuatro años. Cuando el primer día del mes de tot coincidía con la salida de Sirio (Sotis) comenzaba el período sotíaco. Esto se producía cada 1460 años.
Los egipcios contaban los años de los reinados de sus faraones. El primero comenzaba en el mes de tot del año de la coronación del faraón. Los sacerdotes egipcios usan la era Ramésida, que comienza en el año 1300 a.C. Una de las eras más famosas de la antigüedad es la era de Nabonasar, ya que fue usada por los astrónomos caldeos, y sobre todo por Hiparco y Tolomeo. La era de Nabonasar sigue el calendario egipcio hasta el año 29 a.C., y el juliano desde esa fecha. Comienza el 26 de febrero del 747 a.C.
CALENDARIOS Persa y Parsi
Los persas han usado dos calendarios, aunque el más antiguo apenas se conoce. En la tumba de Darío se hallaron los nombres de nueve meses: bagayady, turavakara, tirgarei, adukana, garmapada, atriyadi, anamaka, parkarana y viyagana; pero este calendario fue reemplazado tras la invasión de los aqueménidas (550 a.C. a 330 a.C.). El calendario persa se encuentra en el Avesta, los libros sagrados del zoroastrismo.
El año avéstico fue lunar pero pronto hicieron que tuviera 360 días dando 30 días a cada mes. Incluso llegaron a tener 362 días, con la introducción de días adicionales a la manera egipcia, a partir del siglo IV a.C. Tras la invasión de Alejandro Magno hubo una reforma para hacer al año fijo, que consistió en añadir un mes más cada 120 años. Este calendario estuvo vigente desde el año 400 a.C. hasta el año 651, cuando tras la invasión musulmana adoptaron el calendario de estos.
Los meses se llaman: en primavera farverdin, ardibehesht y yordad; en verano tir, murdad y sharivar; en otoño mir, abán y adar y en invierno dei, baman y isfeudarmed. Los ciclos que consideraban los persas eran dos, uno de 12.000 años dividido en cuatro ciclos de 3000 años, y otro de 120 años. La era Persa comienza con la entronización de Yezdegird III el 16 de junio del 632 a.C., pero el año comienza entre septiembre y octubre, así que normalmente se considera que la era comienza en el año 631 a.C.
El calendario persa quedó únicamente en uso entre los parsis, que seguían practicando el zoroastrismo en la región persa de Farsistán. Los astrónomos musulmanes usaron este calendario, por ser más cómodo que el propio. Sin embargo se había descuidado la intercalación del mes adicional cada 120 años por lo que en el 1079 se acumulaba un adelanto de 19 días. Para arreglar este desfase se encargó a Omar Jayam (Khayyam en inglés o Cheiam) la tarea, que usó para ello las novedades matemáticas de Musa al-Juarizmí, inventor del álgebra moderna e introductor en Occidente de la numeración de posición y las cifras de tradición hindú. Se acordó que el 19 de farverdin fuese el 1 de farverdin, que sería el 10 de ramadán, lo que equivale al 16 de marzo del 1079. Desde entonces cada cinco años se añade un día bisiesto.
CALENDARIO Capadocio
El calendario capadocio fue introducido en la región por los persas, pero, como el armenio, tiene más similitudes con el calendario egipcio. El año constaba de 360 días más 5 intercalados. Estuvo vigente hasta el año 60, cuando fue sustituido por el romano.
Los meses capadocios derivan de los persas y son: fartania, artaiestina, araiotata, teirei, amartot, xaziriore, mitri (myar), aponmenama, atra, datusa, osmonia y sondara.
CALENDARIO Kikuyo
Los kikuyos son una etnia africana mayoritaria en Kenia. Dividen el año en dos períodos, uno de julio a enero y otro de febrero a junio. Tienen doce meses de 30 días. Los días de la semana se denominan según las ferias que se celebran cada cuatro días, en lugares diferentes.








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