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MUSICA Y MASONERIA :HAYDN Y MOZART,UNA AMISTAD INCOMPARABLE


HAY POCOS EJEMPLOS DE UNA AMISTAD TAN BELLA, DESINTERESADA, PROFUNDA Y SINCERA COMO LA QUE UNIÓ A ESTOS DOS HOMBRES, TAN DIFERENTES EN BASTANTES ASPECTOS. ESTA AMISTAD ADMIRABLE Y EJEMPLAR ERA CONOCIDA POR TODO EL MUNDO. SE DECÍA, ENTRE LOS MELÓMANO“, QUE LOS LUNES, MOZART COMPONE COMO HAYDN, Y LOS MARTES, HAYDN COMPONE COMO MOZART.
JEAN VAN WIN
Si tomamos como referencia el año 1785, Mozart tiene 29 años y Haydn ha cumplido ya los 53, lo que enmarca a papá Haydn dentro de la tercera edad, en una época en la que se considera ancianos a los mayores de 60 años. Ambos músicos no sólo se diferencian por su edad, también por su estética y por su carácter.
Wolfang reside entonces en Viena y se ha liberado de la insoportable tutela del arzobispo Colloredo. Ha renunciado a su librea de Kapellmeister de la corte episcopal de Salzburgo y lleva la vida aleatoria y difícil de músico independiente, en un doble contexto: el social, dominado por una aristocracia de una apariencia condescendiente pero de la que él no forma parte, y el musical, que domina en Viena el pomposo y mediocre Salieri y sus composiciones conformistas y justamente caídas en el olvido, aunque el emperador José II las apreciaba particularmente y, por el contrario, encontraba que las de Mozart tenían demasiadas notas, Joseph Haydn, por su parte, reside lejos de allí, en la llanura húngara, en Esterhaza, en el castillo de los príncipes Esterhazy, donde ejerce las funciones de vicedirector de orquesta con un confortable salario de 400 florines por trimestre, con la obligación de llevar libre y comer en la mesa de la servidumbre (Mozart obtendrá un cargo de organista, casi al final de su vida, por un sueldo de 800 florines anuales). Este sorprendente contrato laboral de Haydn ha sido publicado in extenso por Jean y Brigitte Massin como apéndice de su conocido libro Mozart (Club Français du Livre, París, 1959).
Amistad ejemplar y conmovedora la de estos dos músicos, que gozan, en esa época, de una considerable notoriedad en toda Europa. Tenían motivos para ser rivales, pero la calidad profesional y humana de estos dos hombres los convirtió en amigos, y su amistad fue de las más fraternales. Mozart, que, sin duda, era consciente de su incontestable superioridad profesional, trataba a Haydn con infinitas muestras de consideración y respeto, pero Haydn, haciendo gala de su profunda honestidad, dejará claro en diversas ocasiones que sabía muy bien quién era, enrealidad, el verdadero maestro.
La infancia y la adolescencia de Mozart están inundadas de admiración por el hombre ya maduro que es Haydn, del que cada nueva obra se le aparece como una revelación. Y cada nueva revelación suscita en él una inmediata reacción creativa. Aparecen los cuartetos op. 20 El Sol de Haydn (1772) y a continuación Mozart escribe sus seis cuartetos vieneses.
En 1781 Haydn publica sus cuartetos rusos, a los que Mozart responde con una serie de seis cuartetos que dedica humildemente a es-te hermano mayor al que tanto admira y que pasarán a la posteridad, en 1785, bajo el título de “cuartetos de Haydn”.
Es a Haydn a quien debe el haber aprendido a componer cuartetos. Escribe Mozart con veneración y modestia. Reproduzco a continuación algunos extractos de aquella dedicatoria bien conocida y exageradamente admirativa, si se considera que es el genio el que se dirige al talento: “A mi querido amigo Haydn…hombre celebre y muy querido amigo. , ahí van para ti estos seis hijos míos. Son el fruto de largos y laboriosos esfuerzos”… tú mismo me manifestaste tu satisfacción por ello, durante tu última visita. Tu comprensión me incita a confiártelos y a esperar que no te resulten indignos de tu favor... A partir de este momento te cedo todos mis derechos sobre ellos: te ruego, sin embargo, que mires con indulgencia los defectos que la parcialidad del ojo paterno me han impedido ver y que, pese a ellos, conserves tu generosa amistad para quien tanto te aprecia tu muy sincero amigo, W. A. Mozart, a uno de septiembre de 1785.
Dos cosas llaman la atención en este texto: Mozart ha trabajado mucho estos cuartetos, lo que no es muy habitual en él; la mayor parte de sus manuscritos testimonian una sorprendente rapidez en su escritura, en la que no hay tachaduras ni arrepentimientos, como si copiara de un tirón y bajo dictado lo que llevaba largo tiempo en su cabeza. Por otro lado, quien ha sido presentado por la leyenda romántica como pobre y necesitado, cede sus derechos a Haydn...
En ese mismo año de 1785, Leopold Mozart, que está de visita en Viena, en casa de su hijo, escribe lo siguiente a su hija Nannerl, que se ha quedado en Sankt Gilgen: …el sábado por la tarde Joseph Haydn y Barones Tindi han venido a casa: se han interpretado los nuevos cuartetos… (3). Haydn me ha comentado: Ante Dios, y como hombre honesto, os digo que vuestro hijo es el compositor más grande que yo he conocido, ya sea personalmente o de nombre. Tiene gusto y, encima, el más profundo conocimiento de la composición.
Por esta época, otro lazo, de naturaleza más íntima, une todavía más a los dos hombres. Mozart, ferviente católico, es iniciado francmasón el 14 de diciembre de 1784 en la logia “La Beneficiencia en Viena”, Haydn, también católico devoto, pide ingresar el 10 de Enero de 1785 en una logia “ La Verdadera Concordia” . Es convocado para su iniciación el día 28 de ese mes pero no se presenta, lo que entristece mucho a Mozart. Ese invierno ha caído mucha nieve y la convocatoria, llevada por húsares a caballo, llega a Esterhaza días después de la fecha fijada para la iniciación de Haydn.
Se le vuelve a convocar para el 11 de febrero, y en esta oportunidad sí es recibido aprendiz francmasón, pero el que no puede asistir es Mozart, que ha de cumplir sus obligaciones en un concierto de suscripción organizado tiempo atrás. Un destino funesto hace que los dos amigos no puedan encontrarse nunca en logia: los edictos severos y puntillosos del emperador y rey José II, promulgados en 1785, han reestructurado la Francmasonería en todos los Estados del Imperio Austro-Húngaro. Muchos masones renuncian y no pocas Logias son disueltas. Y eso explica que Haydn sea considerado Mason de un día; su iniciación no tiene continuidad, Su nombre no aparecerá en ningún protocolo ni registro de Logia, ni en Austria ni en el extranjero. Su obra, al contrario que la de Mozart, no tiene la menor huella de su pertenencia a la masonería, ni siquiera “LA CREACION”, famosa obra maestra en la que los melómanos inventivos han creído develar intenciones esotéricas, puramente imaginarias y que no resisten un análisis musicológico.
Sin embargo, en el mes de Marzo de ese mismo año de 1785, la célebre, pletórica y muy artística Logia Olimpia de Paris, ignorante de las disposiciones tomadas por José II en sus Estados, encarga a Haydn una serie de seis Sinfonías Parisinas (nº 82 a 87) desprovistas todas ellas también de cualquier sello masónico, ya se trate de ritmos, orquestaciones o tonalidades particulares.
El hecho de que estas dos personas excepcionales compartieran un mismo ideal de fraternidad, no ha dejado ningún rastro de diálogo al respecto. Mozart encuentra en logia un alimento nuevo que, desde 1784, será muy fecundo para su inspiración, mientras que Haydn, en su lejana planicie húngara, no tiene motivos para prestarle un especial interés a la masonería, sobre todo tras las reformas de José II, desastrosas aunque fueran bien intencionadas.
Además, en 1793, todas las actividades de las logias de Viena son definitivamente prohibidas. Los edictos de 1785, promulgados en los Países Bajos Austríacos en 1786, obligan a François-Bonaventure Dumont, marqués de Gages, Gran Maestro de la Gran Logia Provincial de los Países Bajos, a dimitir de sus funciones como tal. Muere al año siguiente y hay quienes achacan el fallecimiento a su tristeza por estos acontecimientos. Es sabido que Mozart desaparece de este mundo en 1791, pero su amistad excepcional con Haydn continuará más allá de la tumba… y de la más curiosa de las maneras, gracias a la música. Haydn es el autor de un soberbio cuarteto conocido como“El Emperador”, cuyo adagio se ha convertido en el himno nacional alemán, bajo el título de Deutschland über Alles. Y se atribuye a Mozart la autoría de de un cántico masón, Lasst Uns mit geschlungenen Händen (Enlacemos nuestras manos) que será más tarde, a su vez, el himno nacional austríaco.
En nuestros días, cuando la bandera de una de estas dos naciones se eleva en el mástil de algún estadio olímpico, acompañado por el canto ferviente de todo un país, ¿cómo no pensar, con emoción, en estos dos hombres de una excepcional grandeza moral y musical, unidos por los siglos de los siglos en el amor fraternal, por la Armonía de los Sonidos?







"MUSICA Y MASONERIA :HAYDN Y MOZART,<br/>UNA AMISTAD INCOMPARABLE<br/>HAY POCOS EJEMPLOS DE UNA AMISTAD TAN BELLA, DESINTERESADA, PROFUNDA Y SINCERA COMO LA QUE UNIÓ A ESTOS DOS HOMBRES, TAN DIFERENTES EN BASTANTES ASPECTOS. ESTA AMISTAD ADMIRABLE Y EJEMPLAR ERA CONOCIDA POR TODO EL MUNDO. SE DECÍA, ENTRE LOS MELÓMANO“, QUE LOS LUNES, MOZART COMPONE COMO HAYDN, Y LOS MARTES, HAYDN COMPONE COMO MOZART.<br/>JEAN VAN WIN<br/>Si tomamos como referencia el año 1785, Mozart tiene 29 años y Haydn ha cumplido ya los 53, lo que enmarca a papá Haydn  dentro de la tercera edad, en una época en la que se considera ancianos a los mayores de 60 años. Ambos músicos no sólo se diferencian por su edad, también por su estética y por su carácter.<br/>Wolfang reside entonces en Viena y se ha liberado de la insoportable tutela del arzobispo Colloredo. Ha renunciado a su librea de Kapellmeister de la corte episcopal de Salzburgo y lleva la vida aleatoria y difícil de músico independiente, en un doble contexto: el social, dominado por una aristocracia de una apariencia condescendiente pero de la que él no forma parte, y el musical, que domina en Viena el pomposo y mediocre Salieri y sus composiciones conformistas y justamente caídas en el olvido, aunque el emperador José II las apreciaba particularmente y, por el contrario, encontraba que las de Mozart tenían demasiadas notas, Joseph Haydn, por su parte, reside lejos de allí, en la llanura húngara, en Esterhaza, en el castillo de los príncipes Esterhazy, donde ejerce las funciones de vicedirector de orquesta con un confortable salario de 400 florines por trimestre, con la obligación de llevar libre y comer en la mesa de la servidumbre (Mozart obtendrá un cargo de organista, casi al final de su vida, por un sueldo de 800 florines anuales). Este sorprendente contrato laboral de Haydn ha sido publicado in extenso por Jean y Brigitte Massin como apéndice de su conocido libro Mozart (Club Français du Livre, París, 1959).<br/>Amistad ejemplar y conmovedora la de estos dos músicos, que gozan, en esa época, de una considerable notoriedad en toda Europa. Tenían motivos para ser rivales, pero la calidad profesional y humana de estos dos hombres los convirtió en amigos, y su amistad fue de las más fraternales. Mozart, que, sin duda, era consciente de su incontestable superioridad profesional, trataba a Haydn con infinitas muestras de consideración y respeto, pero Haydn, haciendo gala de su profunda honestidad, dejará claro en diversas ocasiones que sabía muy bien quién era, enrealidad, el verdadero maestro.<br/>La infancia y la adolescencia de Mozart están inundadas de admiración por el hombre ya maduro que es Haydn, del que cada nueva obra se le aparece como una revelación. Y cada nueva revelación suscita en él una inmediata reacción creativa. Aparecen los cuartetos op. 20 El Sol de Haydn (1772) y a continuación Mozart escribe sus seis cuartetos vieneses.<br/>En 1781 Haydn publica sus cuartetos rusos, a los que Mozart responde con una serie de seis cuartetos que dedica humildemente a es-te hermano mayor al que tanto admira y que pasarán a la posteridad, en 1785, bajo el título de “cuartetos de Haydn”.<br/>Es a Haydn a  quien debe el haber aprendido a componer cuartetos. Escribe Mozart con veneración y modestia. Reproduzco a continuación algunos extractos de aquella dedicatoria bien conocida y exageradamente admirativa, si se considera que es el genio el que se dirige al talento: “A mi querido amigo Haydn…hombre celebre y muy querido amigo. , ahí van para ti estos seis hijos míos. Son el fruto de largos y laboriosos esfuerzos”… tú mismo me manifestaste tu satisfacción por ello, durante tu última visita. Tu comprensión me incita a confiártelos y a esperar que no te resulten indignos de tu favor... A partir de este momento te cedo todos mis derechos sobre ellos: te ruego, sin embargo, que mires con indulgencia los defectos que la parcialidad del ojo paterno me han impedido ver y que, pese a ellos, conserves tu generosa amistad para quien tanto te aprecia tu muy sincero amigo, W. A. Mozart, a uno de septiembre de 1785.<br/>Dos cosas llaman la atención en este texto: Mozart ha trabajado mucho estos cuartetos, lo que no es muy habitual en él; la mayor parte de sus manuscritos testimonian una sorprendente rapidez en su escritura, en la que no hay tachaduras ni arrepentimientos, como si copiara de un tirón y bajo dictado lo que llevaba largo tiempo en su cabeza. Por otro lado, quien ha sido presentado por la leyenda romántica como pobre y necesitado, cede sus derechos a Haydn...<br/>En ese mismo año de 1785, Leopold Mozart, que está de visita en Viena, en casa de su hijo, escribe lo siguiente a su hija Nannerl, que se ha quedado en Sankt Gilgen: …el sábado por la tarde Joseph Haydn y  Barones Tindi  han  venido a casa: se han interpretado los nuevos cuartetos… (3). Haydn me ha comentado: Ante Dios, y como hombre honesto, os digo que vuestro hijo es el compositor más grande que yo he conocido, ya sea personalmente o de nombre. Tiene gusto y, encima, el más profundo conocimiento de la composición.<br/>Por esta época, otro lazo, de naturaleza más íntima, une todavía más a los dos hombres. Mozart, ferviente católico, es iniciado francmasón el 14 de diciembre de 1784 en  la logia “La Beneficiencia en Viena”,  Haydn, también católico devoto, pide ingresar el 10 de Enero de 1785 en una logia “ La Verdadera Concordia” . Es convocado para su iniciación el día 28 de ese mes pero no se presenta, lo que entristece mucho a Mozart. Ese invierno ha caído mucha nieve y la convocatoria, llevada por húsares a caballo, llega a Esterhaza días después de la fecha fijada para la iniciación de Haydn.<br/>Se le vuelve a convocar para el 11 de febrero, y en esta oportunidad sí es recibido aprendiz francmasón, pero el que no puede asistir es Mozart, que ha de cumplir sus obligaciones en un concierto de suscripción organizado tiempo atrás. Un destino funesto hace que los dos amigos no puedan encontrarse nunca en logia: los edictos severos y puntillosos del emperador y rey José II, promulgados en 1785, han reestructurado la Francmasonería en todos los Estados del Imperio Austro-Húngaro. Muchos masones renuncian y no pocas Logias son disueltas. Y eso explica que Haydn sea considerado Mason de un día; su iniciación no tiene continuidad, Su nombre no aparecerá en ningún protocolo ni registro de Logia, ni en Austria ni en el extranjero. Su obra, al contrario que la de Mozart, no tiene la menor huella de su pertenencia a la masonería, ni siquiera “LA CREACION”, famosa obra maestra en la que los melómanos inventivos han creído develar intenciones esotéricas, puramente imaginarias y que no resisten un análisis musicológico.<br/>Sin embargo, en el mes de Marzo de ese mismo año de 1785, la célebre, pletórica y muy artística Logia Olimpia de Paris, ignorante de las disposiciones tomadas por José II en sus Estados, encarga a Haydn una serie de seis Sinfonías Parisinas (nº 82 a 87) desprovistas todas ellas también de cualquier sello masónico, ya se trate de ritmos, orquestaciones o tonalidades particulares.<br/>El hecho de que estas dos personas excepcionales compartieran un mismo ideal de fraternidad, no ha dejado ningún rastro de diálogo al respecto. Mozart encuentra en logia un alimento nuevo que, desde 1784, será muy fecundo para su inspiración, mientras que Haydn, en su lejana planicie húngara, no tiene motivos para prestarle un especial interés a la masonería, sobre todo tras las reformas de José II, desastrosas aunque fueran bien intencionadas.<br/>Además, en 1793, todas las actividades de las logias de Viena son definitivamente prohibidas. Los edictos de 1785, promulgados en los Países Bajos Austríacos en 1786, obligan a François-Bonaventure Dumont, marqués de Gages, Gran Maestro de la Gran Logia Provincial de los Países Bajos, a dimitir de sus funciones como tal. Muere al año siguiente y hay quienes achacan el fallecimiento a su tristeza por estos acontecimientos. Es sabido que Mozart desaparece de este mundo en 1791, pero su amistad excepcional con Haydn continuará más allá de la tumba… y de la más curiosa de las maneras, gracias a la música. Haydn es el autor de un soberbio cuarteto conocido como“El Emperador”, cuyo adagio se ha convertido en el himno nacional alemán, bajo el título de Deutschland über Alles. Y se atribuye a Mozart la autoría de de un cántico masón, Lasst Uns mit geschlungenen Händen (Enlacemos nuestras manos) que será más tarde, a su vez, el himno nacional austríaco.<br/>En nuestros días, cuando la bandera de una de estas dos naciones se eleva en el mástil de algún estadio olímpico, acompañado por el canto ferviente de todo un país, ¿cómo no pensar, con emoción, en estos dos hombres de una excepcional grandeza moral y musical, unidos por los siglos de los siglos en el amor fraternal, por la Armonía de los Sonidos?"






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