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LA RESPONSABLIDAD DE SER RECONOCIDO COMO MASON



Cuanto más íntegro es el Francmasón, cuanto más perfecta es su Orden, cuanto más paternal se muestra, más amplios son los ámbitos de su Logia, hasta que todas las cosas vivientes quedan a cubierto bajo los azules pliegues de su manto. Trabajando con los menos, trata de ayudar a los más, dándose cuenta por medio de su amplio entendimiento, de la debilidad de otros al par de la fortaleza de su derecho.
Un Francmasón no debe estar orgulloso de la posición que ocupa. No debe envanecerse con los honores, sino, con humilde corazón, sentirse eternamente responsable de su propio puesto, al representar a su alcance y nivel la trascendental importancia de su Orden. Cuanto más avanza, más cuenta se da que pisa en terreno quebradizo, y si por un momento se permite perder su sencillez y su humildad, su falencia es inevitable.
Un verdadero Francmasón nunca se siente a sí mismo engreído y prepotente. Un estudiante puede llegar a la cumbre de la Montaña de los Tontos, por un periodo de tiempo corto ser la maxima autoridad,para posteriormente retirarse dos meses bastan para sacarlo de la partida y seguir con la nueva jugada sin que el, la pieza sepa la estrategia que se le aplico, el queda satisfecho de su propia posición, pero el verdadero Francmasón debe ser siempre ejemplo de ecuanimidad y sencillez.
Un Francmasón no puede ser ordenado ni electo sólo por balotaje. Se desarrolla a través de edades o etapas de purificación de sí mismo y de transmutación espiritual. Hay miles de Francmasones que tan sólo son hermanos nominales, porque su ineptitud para ejemplarizar los ideales de la Orden los hace incapaces de la responsabilidad de las enseñanzas y fines de la Francmasonería.
La vida masónica constituye la primera llave del Templo, y sin esa llave no se abre ninguna de sus puertas. un hermano puede estar en la cuspide de la organizacion, retirarse con humildad para posteriormente incorporarse al cuadro y desde ahi reorganizar las jugadas para ganar nuevamente la partida,Cuando este hecho sea comprendido y vivido verdaderamente, la Francmasonería despertará y pronunciará la palabra largamente reprimida. Entonces, la Orden pasará de especulativa a operativa y la vieja Sabiduría tanto tiempo oculta surgirá de entre las ruinas de su templo como la mayor de las verdades espirituales que jamás se haya revelado al hombre.
El verdadero Maestro Francmasón reconoce el valor de buscar la verdad donde quiera que pueda hallarla. Para él no debe significar diferencia si ella la encuentra en el campo del enemigo; si es la verdad, él irá alegremente en su demanda. La Logia Masónica es universal; por consiguiente, todo verdadero Francmasón buscará la Luz por todos los ámbitos de la creación.
El verdadero personero de la Orden conoce y aplica una gran paradoja. Debe buscar las más altas manifestaciones en los más bajos lugares, y enfrentar en las más altas, las más bajas expresiones. El Francmasón que levanta a su alrededor una infranqueable barrera, a sí mismo se cierra el paso a la luz y se hace inasequible al resto de sus Hermanos.
Éste es un error que se comete con frecuencia. Es precisamente ahora que más que nunca cuando el mundo necesita de la Antigua Sabiduría. El Francmasón que dice sostener su doctrina mediante su vida, que muestre al hermano la gloria de actuar.
Si es que posee las claves de la verdad, dejémosle abrir la puerta, y que con su vida, no con sus palabras, sino con el ejemplo, predique la doctrina tan largamente profesada.
La Paternidad de Dios y la Fraternidad del Hombre deben unirse en la estructura del Templo Eterno - la Gran Labor -, mediante el cual todas las cosas adquieren el ser, y por su intermedio la glorificación del Creador.
ES CUANTO
" EL MEGA"







Foto de Juan Avila.





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