En 2012 unos trabajadores que demolían decenas de edificios en la provincia de Nev?ehir, en Turquía, encontraron la punta de un inmenso laberinto subterráneo que ahora se sabe es la ciudad subterránea más grande y compleja del planeta.
La antigua y apabullante Capadocia, que es parte ya de la Turquía moderna, queda como un suburbio panalesco en comparación con este nuevo hallazgo. Los estudios de geo-radiación sugieren que el desarrollo multinivel es del tamaño de 65 campos de futbol americano y que podría tener habitaciones, templos, cocinas y largos pasadizos con escaleras. Los científicos datan estas ruinas a hace 5 mil años.
El alcalde de Nev?ehir dice que este descubrimiento se añadirá como “una nueva perla, un nuevo oro”. Quiere construir allí el parque antiguo más grande del mundo, con hoteles boutique y galerías de arte sobre la tierra, y senderos y museos bajo esta. “Incluso hemos planeado reabrir los templos”, dice.
Bajo la superficie de Turquía hay tesoros pero este que, como Capadocia, tiene la forma de panal de abeja y la sofisticación del laberinto, debe ser un paraíso fresco y protector. Si se convierte en un parque de diversiones para los cultos o no, está fuera de nuestras manos; pero su solo hallazgo sí es una nueva perla, un nuevo oro que se añade a la enigmática y hermosa naturaleza de este país antiguo.
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