LA GRAN LOGIA SOBERANA DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA
CONGRESO MASONICO UMSOI COLOMBIA
29, 30 y 31 de octubre del 2015 e: v :.
BOGOTA – COLOMBIA.
UNIVERSALIDAD DE LA MASONERÍA.
Por: Harold Londoño Arredondo, MM:.
Hablar de la Universalidad de la Masonería, es saber el verdadero significado del término; debe entenderse como un concepto que hace referencia a una Idea o creencia, de una verdad universal y objetiva, que puede determinarlo todo y estar presente en todos o en la gran mayoría de los Seres Humanos, para ver de una forma única o específica, la organización de las cosas o de la sociedad. No se refiere por lo tanto a una Ideología sino a una característica única de traducir o interpretar la realidad, para poder ver y analizar el mundo y la sociedad en la cual se participa o de la cual se hace parte.
Aplicado a lo nuestro como Masones, debe ser entendida como una creencia de formación; no como una doctrina política que pretende la unificación de todos los poderes e instituciones bajo una sola cabeza o forma de organización. Se referiría el término a una especie de particularismo colectivo compartido, o si se quiere un nominalismo plural para ver las cosas de la sociedad, los problemas sociales o los eventos colectivos que suceden en un entorno determinado; por lo tanto, este universalismo de la Masonería, no permite negar la existencia de formas individuales de ciertos colectivos para ver las cosas: lo que puede negar es la veracidad de esas cosas.
Desde la Filosofía, fue Immanuel Kant, en su perspectiva formalista, quien defendía la creencia universalista de las Normas Morales, las que deberían ser universales, sin admitir restricciones ante la base de los principios morales; es decir, debemos ver y analizar los Motivos (Todo lo que tiene que ver con las razones, argumentos o la formación de las personas, su preparación y actualización) detrás de los actos (La acción social es lo que socialmente se ve, es decir los demás ven la moralidad cuando actuamos), no como decían Jeremy Bentham y John Stuart Mill, quienes sostenían que el bien y el mal deben ser medidos de acuerdo a las consecuencias de los actos.
La Universalidad de la Masonería debe ser un reto que trascienda la formación promovida desde las Logias y desde lo que se debe obedecer a las Grandes Logias, para que emerja una nueva mentalidad universal, como epicentro de nuevas concepciones, como nuevos Paradigmas que ayudan al cambio interior de los individuos y exterior de las personas que viven en comunidad, si la preparación y formación de ellas, les permite aceptar los nuevos cambios que el mundo del pensamiento propone para analizar los hechos y eventos que se desarrollan en las colectividades. Esa Universalidad de la Masonería que es didáctica y dialéctica, no puede estar dimensionada ni teñida de nada: ni ser inglesa, ni europea, ni occidental, ni capitalista, ni parcializada; es una vivencia personal. Ella sola por sí misma, debería promover la universalidad, dada su extraordinaria riqueza; pero para que eso suceda, debemos tener una mente preparada al cambio, un cerebro que acepte lo nuevo, los nuevos paradigmas que luchan contra el tradicionalismo y lo de tiempo atrás establecido; es en definitiva una lucha con nuestro propio cerebro, es una lucha entre los lóbulos o hemisferios cerebrales; es esa lucha del hemisferio derecho, como el responsable de la creatividad, de la fantasía, de la investigación, el que nos impulsa a lanzarnos, a aceptar y analizar lo que aparece de nuevo, contra ese lóbulo izquierdo responsable de la Ley, la Norma, los apegos al pasado y a lo establecido; la aceptación de lo que sucede en cada uno y su retroalimentación, es lo que nos hace triunfadores, para hacer de este mundo algo acoplado a los diferentes adelantos y cambios que tiene el mundo en todos los campos, de los cuales la Masonería no puede estar excluida, por el solo hecho de aceptar en forma ciega las Normas caducas, de tiempo atrás establecidas; si la naturaleza cambia, si la sociedad cambia constantemente, también en ese mismo sentido tiene que cambiar la Masonería. Una cosa son los cambios sociales e Institucionales y otra cosa es la mente del Mason preparada para aceptar los cambios. (Ver: Giovanni Papini, Pensadores y Farsantes)
En este mismo sentido, Verum Factum de Rodolfo Mondolfo, muestra la referencia a uno de los aspectos, de un problema que había preocupado de diferentes maneras a la antigüedad clásica: el problema de la relación entre el conocer y el hacer, del ser y el sentir, el percibir para comprender; y pensadores de esa época tales como Platón (427-347 a.C), Aristóteles (384-322 a.C), Hipócrates (460-370 a.C), Filón de Alejandría (20 aC-45dC), ( Giambattista Vico (1668-1744), Masilio Ficino (1433-1499), Leonardo da Vinci (1452-1519), Galileo Galilei (1564-1642), Engels, Feuerbach, Hegel, Kant…, de los cuales se puede deducir, que los cambios diferentes en las maneras de obrar, actuar y pensar, dependen de formar individuos para enfrentar actos de la vida cotidiana, y su impacto en la personalidad, sobre aspectos que es difícil explicar, por ser vivencias personales de difícil descripción (Ver: Giorgio Agamben y Mónica Ferrando: La Muchacha Indecible, Impresión Kadmos, Madrid, 2014) como sucede con el Mito y Misterio de Kore cuyas explicaciones no se pueden narrar; y eso es lo que sucede, exactamente, con las Iniciaciones Misteriosas y con las Iniciaciones Masónicas, cargadas de simbolismo y con el más perfecto rito mistérico, lleno de serenidad y alegría; y que aunque sabemos que está llena de misterio, no hay ningún misterio, es sólo una situación indecible y se sabe desde hace tiempo, que la Iniciación es un “nuevo nacimiento”, que comporta una muerte y una resurrección rituales (Ver: Mircea Eliade, El Mito del Eterno Retorno, Alianza Editorial, Madrid, 2013) para tener una persona nueva, que sirvan mejor a la sociedad a la que pertenece, pero teniendo como norte, las enseñanzas de la Institución bajo la orientación de los Maestros; y son justamente los momentos de la Iniciación con sus elementos esenciales y constituidos por el fuego, los ruidos, los sabores, con la ayuda del conjunto mítico-ceremonial, los que hacen significativamente grande el cambio que deben tener las personas, hombres y mujeres que ingresan a las Logias, los definitivamente importantes para el cambio en la personalidad del nuevo ser, luego de culminar la Iniciación.
Por lo tanto, la Universalidad de la Masonería debe ser entendida, en las diversas acepciones del término: como un concepto que hace referencia a una Idea o creencia de una verdad universal y objetiva que puede determinarlo todo y estar presente en todos o en la gran mayoría de los Seres Humanos; debe ser entendida como una creencia de formación, pero además y sobre todo, como una muerte y un nuevo nacimiento, como aquello que ha sido visto, sentido, escuchado, y vivido en ese momento sagrado; pero que no se convierta en una charlatanería, en un pasatiempo o en una mercancía, para que impreso en el ser interno de cada quien, sobreviva en el eco interno de la mente, del sentimiento y del corazón, como algo indescriptible e indecible, por ser un misterio en el que brille lo que no puede ser expuesto discursivamente, ni puede ser explicado a otros, por que no se encuentran las palabras, los términos precisos para explicar lo vivido en los momentos preciosos de cada uno de los Grados que tiene la Masonería, bien sean ellos los de la Masonería Azul o los del Escocismo con los cuales podemos interpretar la sociedad del siglo XXI y nuestra Institución para el nuevo siglo. La Universalidad de la Masonería es vivida y compartida, aunque indecible, para alcanzar el conocimiento supremo y todos los secretos de la sociedad, del saber y la vida…
Bibliografía.
Giorgio Agamben y Mónica Ferrando: La Muchacha Indecible, Impresión Kadmos, Madrid, 2014.
Giovanni Papini, Pensadores y Farsantes: www.martosaldia.es/2011/12/14/pensadores-y-farsantes.
Mircea Eliade, El Mito del Eterno Retorno, Alianza Editorial, Madrid, 2013
Rodolfo Mondolfo Verum Factum www.researchgate.net/.../31667749_Verum_Factum
