No sabemos qué es "el bien" pero tenemos una aterradora tendencia hacia los bienes. Desde que aprendemos a hablar nos inculcan la obligación de ser "buenos" pero nadie sabe lo que eso significa. Entonces nos convertimos en consumidores de certificaciones. Nos certifican el bachillerato, la profesión, la maestría y el doctorado. Pero ninguno de esos certificados, por costoso que sea, nos hace "más buenos".
Y la razón es simple. Ser "más bueno" significa ser más valioso, y ser valioso tiene un cierto matiz de indispensable. Pero los certificados, por costosos que sean, aunque nos hagan un poco más costosos no nos hacen más valiosos. Los certificados se cotizan en el mercado como "bienes", es decir, como cualquier mercancía. Los certificados son invenciones de una cultura consumista para vendernos el "saber", y sólo un certificado es lo que pueden vendernos porque el saber es patrimonio exclusivo de nuestro esfuerzo. Lo que nos hace indispensables, lo que nos hace valiosos, son ciertas características del alma que no se cuelgan en las paredes.
Esas características de que hablo están a mitad de camino entre los bienes y los ideales. Así, una persona con un título académico, para ser "buena", necesita algo más. Algo que fundamenta su realidad en lo que los demás esperan de ella. Y esas características son las que usa la masonería para hacer "de hombres buenos hombres mejores". Por eso se dice que los masones viven de ideales. Y cuando un masón alcanza un ideal, éste se convierte en valor y el que lo alcanza se vuelve más valioso.
LUIS ALFONSO MEJÍA ECHEVERRI
M:.M:.
DEC :. BEN:. Y RESP :. LOG:. NIEVES DEL RUIZ #14
VALL:. DE MANIZALES
