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EL PATRIMONIO MASONICO ESPAÑOL. REFLEXIONES A VUELA PLUMA

 


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El patrimonio masónico español es importante, pero el que nos hemos construido digamos que es un tanto exiguo en más de un sentido, por más que lo exprimamos no da mucho de sí, lo cual, aparte del gran peso que ha tenido, de por medio en esa construcción idílica ha habido mucha carga emocional.


Porque nuestra compleja historia masónica es la que es, y no la podemos cambiar, y da para lo que da, y está claro que no siempre el imaginario mítico masónico coincide con la realidad de cada momento y nosotros hemos tenido dos épocas distintas el siglo XIX y el primer tercio del siglo XX.


Y por tanto esa historia masónica no dejar de tener un punto guadianesco, aparece aquí y desaparece allá, creo que la época más larga dentro de la trayectoria histórica, sin desapariciones, es la que va desde 1980 a día de hoy.


El resto son retazos, existencias un tanto efímeras, que configuran una historiografía llena de lagunas, y repleta de tópicos que hemos ido construyendo y como no, con alguna que otra notable falsedad, eso sí, de por medio muchas medias verdades contadas de forma historiográfica, y lo han hecho antimasones a porrillo, como notables masones aunque menos, unos con han hecho con la intención demonizar hasta lo indecible a la sociabilidad masónica, y otros por encumbrar a la Orden masónica para subirla a los altares de los bienhechores de la gloria patria o a las orgías celestiales de canteros libres.


En general estamos ante una historia masónica, rara y compleja, y llena de lagunas y de espacios vacíos, los cuales, muchos de ellos, se pueden contar por medio de las represiones clericales- monárquicas, que la masonería como sociabilidad ha sufrido, y han convertido a nuestra masonería nacional en un paradigma masónico poco conocido, lo cual nos lleva ante situaciones historiográficas importantes a la hora de tratar y retratar, pues nos salen casi siempre unos daguerrotipos un tanto churriguerescos y tópicos.


Aunque a decir verdad, y sin ambages decirles que por lo general nos ha importado más bien un pito la memoria masónica española, son escasos los trabajos de recuperación, realizados por masones, frente a la ingente cantidad de trabajos realizados desde el ámbito universitario profano, nuestra historia esta contada por jesuitas, buenos profesionales de la historia, pero frente a sus articulaciones en Fundaciones y Centros de Estudio, la masonería española como tal no ha levantado algo que merezca la pena, que pueda conocerse como un Centro de Investigación Masónica, más bien digamos ha habido más intentos de montar más negocio con relación a la investigación, que otra cosa.


Nos ha importado tan poco las cosas masónicas, que, salvo alguna visita al Cementerio de Buñol, o la ofrenda floral en las tumbas de masones y n os masones Presidentes de la 1ª República, decir que tras un artículo que escribí hace 10 años sobre el Cementerio Masónico de Valladolid, ahora un grupito de Hermanos se acuerda de hacerle un anómico e intimista homenaje a dicho espacio, pero nadie parece interesado en conocer cómo se gestiona ese cementerio de Valladolid y sus problemas, o como está el tema de Salamanca, o si los cementerios y las tumbas masónicas repartidas por la piel de toro de este país requieren de un trabajo de dignificación. En el blog de Oriente Eterno, siempre he ido dando las pautas de lo que ido encontrado al respecto.


Por no haber, digamos que hay pocas plataformas, páginas web o blogueros, que trabajemos de forma cotidiana en la recuperación de la memoria histórica masónica, yo lo hago desde Masoneria en Asturias, en la medida que puedo, aunque me cansa y me abruma el trabajo y la poca dedicación que hay más allá de estar todo el santo día dándole al pilón del Facebook


Alguien desde las alturas intelectuales dijo alguna vez que somos un pueblo de vándalos, y con nuestra memoria, digamos que al menos creo que nos comportamos como tal

 

Patrimonio documental historiográfico Masónico

 

Nuestro patrimonio historiográfico masónico responde a los criterios antes expuestos, el anaquel que tenemos como más completo, es el referido al primer tercio del siglo XX, o sea de 1900 a 1937, articulado gracias a la labor de las razias del franquismo, con Ulibarri a la cabeza, como Jefe de aquellos Servicios Especiales de represión contra la Masonería y Comunismo, los cuales arramblaron con todo lo que pudieron al saquear en nombre del nuevo estado fascista, presidido por Francisco Franco, las logias y las casas de los masones de cada pueblo, villa o ciudad.


Todo ello con un único fin de poder lograr constituir la pieza de cargo contra las instituciones masónicas y sus miembros, lo cual se logró mediante la apertura de unos 60.000 expedientes abiertos, cuando en realidad el GOE en sus datos económicos en 1928, no daba más de 3000 afiliados, o sea que contando a otras organizaciones como el DH o la Gran Logia Española, digamos que España podía contar tirando para arriba con 4000 masones.


Por tanto, lo que montó Franco contra los masones fue una auténtica razia tras la cual montó un proceso civil que significó la llamada Causa General 155, por la cual se juzgaron a todos los expedientados de lo cual unos salieron con condenas de muerte, los menos, con prisión y destierro, la mayoría, y el sangrado de las multas, o requisamiento de bienes e inmuebles casi todos. Amén de poner un pueblo camino del exilio.


Toda la contundencia documental que generó la Causa General quedó contenida en el Archivo de Salamanca, y otra parte, la de la Causa General 155, en las dependencias militares del Ferrol.


Con toda esa documentación, y alguna que otra quincallería masónica de variada importancia, es lo que hoy comporta y contiene el Archivo de la Memoria Histórica de Salamanca, sección MASONERÍA, que en general es de una calidad muy desigual, por no decir «baja», en cuanto al contenido…, más allá de los listados de masones y logias, con escasos libros de actas, planchas, etc .., digamos que lo primó fueron los listados que podrían aportar los nombres de masones, los demás importaba poco.


Con respecto, a la masonería del siglo XIX, apenas si nos han llegado listados o materiales masónicos, salvo lo publicado en letra de imprenta, el resto son someros listados, algunas actas de diversas Obediencias, muy parciales…, materiales en general muy fragmentarios, pues los propios masones ante la pérdida de la legalidad en las puertas de la Guerra Civil hicieron cenizas parte de sus archivos.


Y todo eso lo podemos ver y comprobar en el producto de 20 años de investigaciones que muy diversos historiadores, que hacen una historiografía, a mi juicio un tanto repetitiva, y hasta monótona, que en parte tiene su explicación, por un lado tenemos una serie de historiadores y estudiosos «oportunistas» que con cuatro legajos policiales y un superlativo desconocimiento masónico, hacen cada dos años una ponencia sobre el quehacer masónico español, cuyo trabajo de desescombro está bien , pero se debería ir un paso más allá, porque lo que tenemos como base documental de trabajo, es un archivo de carácter policial y represivo, del cual se embebe la gran mayoría de investigadores del CEHME, y cuyos resultados, en parte son los 25 tomos que se han ido produciendo, Eso y algunos libros más es todo nuestro trabajo de recuperación histórica durante 37 años.


Mi critica puede ser muy dura, pero se puede probar a pasar la prueba del algodón, e indagar por ejemplo ¿Cuántas ponencias existen sobre rituales que se trabajaban o se trabajaron en España? O sobre los temas debatidos en las logias sobre temas simbólicos, o sobre las visiones conceptuales y de referencia de la masonería española. Digamos que se pueden contar con los dedos de la mano. Es verdad que la base documental es parcial, pero la preparación historiográfica masónica también lo es.


Y es que en parte nuestra historiografía responde a otro criterio, el de ser una historia pegada al positivismo del documento, y lo que tenemos son los diversos impresos policiales y las recopilaciones que se fueron recogiendo por toda la España masónica, con muy desigual fortuna y contenidos los servicios franquistas.


Decir que día de hoy, en ese volumen documental sito en Salamanca (archivo que hoy se denomina de la Memoria Histórica), existen metidos en los millares de expedientes que se abrieron a los masones, cientos de diplomas, de todo tipo, planchas de viaje, diplomas de Iniciación, de Maestría, Cartas Patentes, y nadie, ni masones ni organismos masónicos, parecen preocuparse de salvar de forma honorable tal patrimonio, forzando al estado a que se cree una nueva sección archivística, que ponga en valor tanto documental epigráfico.


Nos hemos preocupado más de ver como metíamos el cuezo en el meollo de Salamanca para una posible cogestión, y llevarse el agua al huerto, que de enriquecer ese patrimonio, con un tema tan sencillo como ese desdoblar documentaciones y mejorar la archivística y la digitalización.


Ello, sin olvidar las requisas que ha habido por medio mundo en nombre de la Masonería Española, encabezada por la Gran Logia de España y el Supremo Consejo del grado 33 que sigue sus pasos en esto de hacerse con un contingente documental, con el que jugar modo de moneda de cambio con las instituciones estatales, a cambio de algunas prebendas que se llevan persiguiendo hace años. Sin olvidar los baúles de documentación comprados a los masones exiliados, en Argentina, Paraguay, México por masones, editores, etc .., para su consumo propio y sin saber dónde están.


De todo ello disfrutamos poco los masones y los estudiosos del tema, hace poco se daban dos situaciones que explican en parte esta sinrazón, una que ha publicado Diario Masónico  . ¡¡Así somos ¡


Otro detalle, de ver cámo se gestionan esos fondos que se han ido repatriando, es que se anunciaba al mundo de la globosfera, la apertura en la GLE de un determinado fondo documental y bibliográfico, pero solo estaba dispuesto para los miembros de la Gran Logia de España, el resto no podíamos ni recibir los listados bibliográficos y documentales. Había que consultar con el Gran Bibliotecario si podíamos recibir los sumarios de los contenidos documentales, de esto hace dos meses. A buen seguro que los jesuitas ya tienen en su poder tales documentaciones, tal y como habla de ellos el GM de la GLE.


Por eso el valor moral con nuestros antepasados masones es mucho a lo que nos obliga, pero digamos que los organismos masónicos están a otros menesteres, e intereses o cuando no en la inopia…, que de todo hay en la variada viña del GADU.


Como estamos viendo el patrimonio documental está sirviendo para lo que interesa que es la reivindicación de una endemoniada herencia patrimonial que debiera ser moral, pero que algunos se empeñan en traducir a Euros.

Sobre este tema ya he escrito algunas cosas:



Esto es lo que hay…   y para fin del semana: La endemoniada herencia masónica del GOE..


Victor Guerra.:.

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