Ivan Jacobo Pantoja
El amor a la verdad,debe ser la virtud que nunca debe dejar de acompañar al masón en todas las actuaciones de su vida.
El masón debe ser estudioso para ser libre de prejuicios, debe pulir su piedra bruta, y elevar su inteligencia para alcanzar la sabiduría encerrada en el Símbolo de nuestra augusta orden.
El masón debe ser abnegado, caritativo y desprendido, esto lo hará conciente y productivo para su sociedad; así como un refugio de paz y felicidad para los hermanos y los profanos en este mundo de orfandad de afecto, de piedad y de fraternidad.
El mejor premio para el masón es; el que al tender la mano en momentos de necesidad mitigo el dolor, evito la catástrofe, sembró la virtud y bien puede llamarsele "CABALLERO DEL SOL".
El masón debe brillar en tolerancia, nunca confundirla con el vasallaje, esta tolerancia, sera dirigida a la búsqueda de la magnificencia y no que al amparo de ella se cometa la injusticia y el delito; en contraste debe ser intolerante y tener valor para luchar contra la barbarie, el oscurantismo, el error, la tiranía liberando así a los débiles y a los oprimidos del poder mal
empleado o peor dirigido.
Debe luchar por destruir el racismo, los antagonismos de nacionalidad y opiniones y de intereses, he aquí nuestra tarea: esgrimir las herramientas del taller de modo que su acción siga la imponderable ley de la equidad universal; pulir nuestra piedra bruta hasta convertirnos en bloque perfectamente ubicado, que sirva así como material útil, en la construccion del templo de la verdad a que aspira la masonería.
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