
Nicolas Sarkozy fue recibido por el papa Benedicto XVI el 20 de diciembre en una audiencia dedicada a la situación internacional.
Con ocasión de su nombramiento como canónigo honorario de la basílica de San Juan de Latrán -un honor que corresponde a los presidentes franceses-, Sarkozy recurrió al concepto de "laicismo positivo" para reconocer "la contribución de la Iglesia católica y de otras corrientes religiosas y espirituales en la iluminación de nuestras decisiones y en la construcción del futuro".
Los francmasones expresaron su "inquietud frente a toda voluntad de presentar el hecho religioso como constitutivo de la identidad política y ciudadana, algo que podría comportar una seria inflexión del modelo republicano francés".
"Nuestra república es una república laica, el laicismo es vivir juntos pese a nuestras diferencias", agregaron, antes de hacer un llamamiento "a estar más atentos que nunca ante una eventual reforma de la ley de 1905 (sobre la separación entre Estado e Iglesia)".