A MI R:.H:. PABLO REYNA DULANTO
Aún cuando partir en solo una instancia en nuestras vidas, nada conforta el dolor de esta noticia cuando una ausencia nos deja con tanto por realizar aún.
Faltó entregaros tantos agradecimientos por vuestra caballerosidad e hidalgía, quedó tanta historia por escribir, tantos logros por comentar, tantos fraternos momentos por compartir.....
Dios ha de permitirnos elevar este agradecido saludo para entregaros en un sencillo pero sentido abrazo, todo el homenaje que vuestra partida impidió entregaros.
R:.H:. Pablo, aquí quedan vuestras diplomas, vuestras medallas, vuestros útiles consejos, vuestra genuina y constante paciencia ante los vanos intentos, vuestra ejemplar humildad que siempre nos enseño a esperar los frutos en vez de arrancar el arbol.
Alla vá nuestro fraternal amor por vos, para que lo guardeís en la prístina y diáfana urna de esa púrpurea etérea en la que vuestro gentil espíritu pasea, y en la que al mostrar nuestro abundante amor por vos, há de identificaros como el obrero humilde y generoso que ayer tocó las puertas de la Gran Logia celestial y eterna, y que hoy engalana sus bellas y sólidas columnas con vuestro noble y generoso espíritu.
Con esa humilde seguridad os decimos...., ¡Descansad en paz R:.H:. Pablo!, los obreros que hábilmente entrenásteis, os saludan con afectuoso agradecimiento, estad seguro que vuestra semilla perdurará en la inmortal imagen que con nobleza sembrásteis y que recordaremos con noble y constante afecto.
Aún cuando partir en solo una instancia en nuestras vidas, nada conforta el dolor de esta noticia cuando una ausencia nos deja con tanto por realizar aún.
Faltó entregaros tantos agradecimientos por vuestra caballerosidad e hidalgía, quedó tanta historia por escribir, tantos logros por comentar, tantos fraternos momentos por compartir.....
Dios ha de permitirnos elevar este agradecido saludo para entregaros en un sencillo pero sentido abrazo, todo el homenaje que vuestra partida impidió entregaros.
R:.H:. Pablo, aquí quedan vuestras diplomas, vuestras medallas, vuestros útiles consejos, vuestra genuina y constante paciencia ante los vanos intentos, vuestra ejemplar humildad que siempre nos enseño a esperar los frutos en vez de arrancar el arbol.
Alla vá nuestro fraternal amor por vos, para que lo guardeís en la prístina y diáfana urna de esa púrpurea etérea en la que vuestro gentil espíritu pasea, y en la que al mostrar nuestro abundante amor por vos, há de identificaros como el obrero humilde y generoso que ayer tocó las puertas de la Gran Logia celestial y eterna, y que hoy engalana sus bellas y sólidas columnas con vuestro noble y generoso espíritu.
Con esa humilde seguridad os decimos...., ¡Descansad en paz R:.H:. Pablo!, los obreros que hábilmente entrenásteis, os saludan con afectuoso agradecimiento, estad seguro que vuestra semilla perdurará en la inmortal imagen que con nobleza sembrásteis y que recordaremos con noble y constante afecto.
Enero de 2008
Arturo Rivera del Piélago
Past Gran Maestre
