A unos 35 kilómetros, de la ciudad de Puno, cerca del lago Titicaca, se levanta la Puerta de Aramu Muru un pórtico de piedra labrada de siete metros de ancho por siete de alto.
Su descubrimiento se debe al guía J.L. Delgado, un hombre muy relacionado con los “Yantris”o chamanes de la zona y de sus bocas escucho la descripción de la puerta y sus propiedades “mágicas”. Según cuenta la leyenda hace unos 450 años, un sacerdote del Imperio Inca, escondió en las montañas para guardar de los conquistadores españoles un disco de oro creado por los dioses con el fin de curar enfermos y ayudar a la iniciación a los chamanes y este sacerdote que conocía el poder de la misteriosa puerta, la atravesó portando consigo el disco de oro, no regresando jamás.
Los habitantes del lugar dicen, que es la entrada al “templo de la Iluminación de los Dioses Merú” y cuentan extrañas historias sobre esta puerta, como que algunos atardeceres se hace semi-transparente dejando entrever la ciudad.
También cuentan que al tocar con ambas manos los lados interiores del marco de la puerta de piedra y apoyando la cabeza en la hendidura que hay en esta, se puede percibir extrañas sensaciones tales como la visión del fuego e incluso de túneles que atraviesa la montaña.
Los nativos consideran al lugar llamado “Aramu Muru” como una puerta en si y al hombre como la llave….el cual puede pasar por ella cuando entra en sintonía con el Sol.
El origen de esta leyenda tiene que ver con el Continente Mu los grandes Maestros de Mu sabían muy bien que una catástrofe final provocaría gigantescas mareas y enormes olas, que sumergirían la ultima parte de su tierra, el maestro Muro, fue delegado por la Jerarquía para llevar los rollos Sagrados que estaban en su posesión junto con el enorme Disco Solar de oro, a la zona montañosa de un lago recién formado en lo que ahora es América del Sur, llego al lago ahora llamado Titicaca. Aquí el Monasterio de la Hermandad de los Siete Rayos, cobro existencia, organizado y perpetuado por Aramu Muru.