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Mujeres en busca del tiempo perdido

Por Hugo Caro Gallon(*)

Dedico este artículo a Ingrid Betancourt. Su martirio conduce a la santidad. Ella continúa su tortura en manos de la FARC, unos terroristas sin alma y sin madre. ¡Porque, son hombres los que atormentan a una mujer!. Pero aun asi, mas temprano que tarde os digo, el mundo para la mujer se abriria a sus dulces señuelos; y muy pronto gobernaran el mundo.

De mujeres de temple, Semiramis, que reconstruyo a Nínive, y casada con el inepto y tonto Ninus. Al ser proclamada emperatriz de Asiria, no tuvo mas remedio que ejecutar a Ninus. Sin el, mejor6 a su capi­tal Babilonia. Semiramis, la guerrera, una mujer muy femeni­na; condenaba a sus amantes, después de una noche de pasión desenfrenada. Ninias, murió asesinado por Semiramis. Ninias no opuso resistencia al saber a última hora que ella era su madre (complejo de Edipo). Ninias y Semiramis fueron representados en un drama de Voltaire, y una opera personi­ficando a Ninias, con el nombre de Arsaces. A pesar de sus amorios, Semiramis conquisto muchas de las naciones veci­nas de la Mesopotamia, por su gran estrategia militar. Otra mujer de estirpe fue Tomiris, reina de los masagetas noma­das, que vivían en 10 que es hoy Irán oriental. Ciro, encarcelo a Espargapises, el hijo de la guerrera Tomiris, y este se suici­do por las torturas inflingidas en la mazmorra. Tomiris se vengo de Ciro “el Grande” cuando lo venció en una sangrienta batalla. Muerto Ciro, Tomiris le corto la cabeza al cadáver y la hundió en un recipiente repleto de sangre; y expreso "Cumplí mi palabra ¡Aquí, infame Ciro, tienes toda la sangre que deseaste a través de tu existencia!"

Otra reina de pantalones:'La democrática Artemisa, reina regente de Halicarnaso. Comandaba un escuadrón del ejército de Jerjes al convertir­se en guerrera por accidente. Por su sabiduría y prudencia salvo alas huestes de Jerjes, ya que le aconsejo: que no se lanzara al mar a pelear con la poderosa flota naval griega; y además le suplico, "Jerges, deja el mando a tu segundo, Mardonio". El le hizo caso. Los esclavos a las órdenes de Mardonio cumplieron la estratégica misión encomendada, y vencieron al poderoso enemigo. Igualmente fue Boudica, reina de los icenios. Defendió a los britanos (Gran Bretaña) del asedio de los romanos, en el ano 60 de nuestra era, al mando de 120.000 combatientes, entre campesinos, mujeres y soldados desarrapados; Boudica le asesto colosal derrota a los romanos, comandados por el gobernador Suetonio, y Petilio, con sus poderosas huestes de infantería y caballería (Según Tácito).

Igual hizo Eleanor de Aquitania, única mujer que marcho al lado de los cruzados, montada en un caballo blanco. Se enfrento a los otomanos y otros fanáticos musulmanes hasta llegar a las puertas de Jerusalén. Cuando los cruzados median las fuer­zas con los "infieles" del Islam, Eleanor usaba una cachipo­rra, de esas enormes que usaron los gladiadores romanos para rematar al enemigo vencido. Los obispos, los coordina­dores de la bula de la Cruzada y soldados de alto rango, celo­sos de la osadía de aquella mujer (esposa del rey Luis VII de Francia), aconsejaron al Papa que prohibiera en la tercera cruzada (1189), que ninguna mujer acompañara a los "soldados de Cristo", cuando estos iban a reconquistar la ciudad santa.

Otra corajuda era Isabel la Católica (Isabel I de Castilla), que poseía una decisión de rango militar. Gracias a ella, Cristóbal Colon pudo "volver" a descubrir el nuevo continen­te. Isabel luch6 políticamente, dando fuerzas para que los moros devolvieran el poder a España; aunque apoyo para que desterraran a los solventes judíos... una gran equivocación. La reina fue la promotora del nuevo Imperio Español, que abarco casi toda America. Era Isabel de un temple arrebata­do, y expresaba "No es posible conquistar la gloria sin afron­tar el peligro". Femando II de Aragón se sentía inspirado por su esposa. Los soldados aclamaron muchas veces a su gran reina, en esta forma peculiar ¡Castilla, Castilla, por nuestro rey Isabel!

Ana Bolena afronto con valor la injusta sentencia de muerte, de su aberrado esposo, Enrique VIII. En la antesala de subir al patíbulo le envío una carta a su sanguinario marido: "Señor, siempre me elevasteis de rango. De doncella me ele­vasteis a marquesa de Pimbroeck; de marquesa me coro­nasteis reina, y mañana de reina me encumbráis al rango in mortal de santa. Os doy infinitas gracias". En el patíbulo, antes que le cortaran la cabeza, pronuncio "¡OH! tengo por fortuna que mi cuello es muy delgado y vea que el verdugo es fuerte y hábil". Ana puso sin vacilar su cabeza en el tron­co de la ejecución, y no cerro los ojos, miraba al verdugo, insinuándole que descargara el arma afilada. El verdugo le expres6 a Tomas Cromwel, el canciller del rey: "Mi lord, Si esta mujer continua mirándome con esa insistencia, no seré capaz de descargar mi espada". Ella oyó, y musito cerran­do sus bellos ojos: "Cumpla con su deber, verdugo". Este descargo su espada con suma precisión. La cabeza rodó, y de esos labios exánimes se esbozaba una dulce sonrisa.

En la historia moderna, la dama de Hierro, Margaret Thatcher. En mayo de 1979 se convirtió en la primera ministra de Gran Bretaña. Como dijo el historiador Tácito, hace dos milenios "No discriminen contra las mujeres en las cuestiones del mando de una nación". La voz de mando femenina, irrita los oídos del macho. Antes, en 1966, Indira Gandhi se convirtió en la primera ministra de la mítica India. Los filósofos la cata­logaron como el síndrome del Mejor Hombre. A la par Golda Meir, primera ministra de Israel en 1969. "Hombres de Israel, ustedes no pueden decidir categóricamente si debemos luchar o no". Madre severa que gobernaba al grupo con guante de hierro. Sencilla y sin altivez, que preparaba el te y el café para sus colaboradores y guardias durante las largas noches de la guerra árabe - israelí en 1973.

De nuestras patriotas americanas, Manuelita Sáenz, que salvo a Bolívar de la muerte, y fue su consejera. Ciudadanos ¡salud! honrad a la mujer, la mas grande de las gobernadoras, de nuestras patrias santas.

(*) Ciudadano Colombiano. Escribe desde New York – USA

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