DECLARACION DE MENDOZA
C.'. I.'. MA.'. S.'.
La ciudad de Mendoza, Provincia de Mendoza, República Argentina, entre los días 26 al 28 de Setiembre de 2008 e:. v:., tuvo lugar el 2do. Foro Regional de Masonería Simbólica, organizado por el Gran Oriente Federal de la República Argentina, y auspiciado por la Confederación Interamericana de Masonería Simbólica (CIMAS). El tema tratado en esta oportunidad fue "Educar para la Ciudadanía”.
Este tiene sus antecedentes en la Declaración de Itajaí realizada entre el 6 y 8 de octubre de 2006 (I Foro Regional de Masonería Simbólica) donde se expresaba “que para trabajar por el bien público, debe impulsarse una sociedad que sea sustentable en su propio desarrollo moral y ético.” Y para ello se pensaba en la necesidad de “afianzar un sistema político realmente representativo de la voluntad popular,(…) mejorando los sistemas electorales de manera que el control de los representados sobre los representantes sea más estrecho, haga a la política menos dependiente de los poderes económicos y se elabore verdaderas estrategias para formar ciudadanos esclarecidos que tomen los destinos de la política en sus manos.” Por eso, se hizo énfasis en la necesidad de “poner el acento en que la educación se enfoque en construir, a partir de la calidad de contenidos, ciudadanía y laicidad. Y a partir de ahí, el surgimiento de ciudadanos preparados para ejercer la política como virtud y no como conveniencia personal. Solamente una ciudadanía esclarecida, desde el punto de vista de los valores, derechos y obligaciones, logrará frenar el mal endémico de las sociedades latinoamericanas, que es la existencia de los demagogos y populistas que excitan a las masas comerciando con sus necesidades e ignorancia. Los ciudadanos deben recuperar En este marco los participantes, pertenecientes a varias potencias masónicas, provenientes de Argentina, Brasil, Chile, Portugal, Uruguay y Venezuela, luego de la presentación de 33 Ponencias y de enriquecedores aportes y debates, DESEAN PRIMERO EXPRESAR.
- El agradecimiento más sentido por la fraternal hospitalidad brindada por los Hermanos y Hermanas Francmasones del Gran Oriente Federal de la República Argentina
- Hacer extensivo dicho reconocimiento a los Ilustres Hnos:. Dignatarios de la Confederación Interamericana de Masonería Simbólica por el apoyo brindado a la realización de este encuentro.
Con respecto al tema que fue centro de los debates, desean expresar las siguientes consideraciones:
- Todos constatamos cada vez más, que la ciudadanía está en retroceso, desorientada y alienada, sin voluntad de hacer oír su voz. Existe – en general - una tendencia al refugio del ciudadano en el campo de la privacidad, dejando los asuntos públicos en manos de “otros” que se presentan como especialistas o son supuestos especialistas de los asuntos públicos
- América Latina tiene una larga deuda social que ha marginado o no ha integrado aún a la mayoría de sus conciudadanos, haciendo imposible que éstos puedan alcanzar la plenitud de sus derechos sociales, económicos y políticos, para de esta manera lograr un ejercicio pleno de la ciudadanía. En un contexto social donde aún predomina la inequidad social, la pobreza y la violencia son cotidianas, donde alrededor de 209 millones de personas viven en situación de pobreza y 81 millones en condiciones de indigencia, estas personas se perciben más como habitantes que como ciudadanos, siendo imposible que tengan capacidad para comprender su entorno, hacer valer su voz y comunicarse con los demás ciudadanos para el ejercicio de sus derechos.
- Por otro lado los jóvenes viven una situación de desencanto, alienación y cada vez más orientados por valores consumistas y preocupados por su autosatisfacción material, física y sin proyección de futuro, viviendo el día de hoy sin pensar la situación del mañana e incluso temiendo el futuro.
- Resultado de estos factores son también los cuestionamientos hacia la forma como se gestiona el sistema político en general; el rendimiento que se obtiene de una democracia de esta manera históricamente debilitada por las malas prácticas de participación civil y los magros resultados que se obtienen del funcionamiento de las instituciones, creando las condiciones para que existan grupos que ponen en cuestión a las propias bases de la democracia y el sistema Republicano de Gobierno.
- La Francmasonería ha sido históricamente, constructora de ciudadanía y en sus Logias se aúnan la construcción personal, a través de la vía iniciática y simbólica, y la construcción social a través de la participación cívica y pedagógica de sus integrantes, llevando al mundo profano las luces adquiridas en nuestros Templos.
- Este llamado a “Educar para la Ciudadanía” es una oportunidad significante, como un llamado histórico, porque en Mendoza están presentes no los mandatarios sino los mandatados, unidos a través de las Herramientas Masónicas, sacralizadas por la historia y la sangre de muchos Hermanos y Hermanas, caídos en defensa de la libertad, la democracia y precisamente de los valores ciudadanos laicos.
Por todo ello interesa especialmente proponer:
- Que la Educación para la Ciudadanía debe ser un proceso permanente en nuestras sociedades el cual tiene que planificarse y constituirse en una política de Estado. Esa prédica debe tener como objetivo el desarrollo de la autoconciencia y la responsabilidad social, preparando y despertando en el ciudadano el interés por los asuntos públicos. Y esto debe comenzar básicamente en el seno del núcleo familiar, fortaleciendo especialmente este rol a través de diversos mecanismos.
- Que la Educación para la Ciudadanía debe tener el propósito de mostrar al sujeto que él debe ser reconocido a través de los derechos y deberes inherentes a su condición humana, independientemente de su raza, credo, sexo, nacionalidad, condición social o cultural.
- Que el desafío o el reto de la educación está en defender y proteger la democracia porque son los lazos cívicos los que crean y sostienen la colectividad y es el único sistema que permite al hombre crítico la posibilidad de optar. Por esta razón, el Estado no debe desentenderse del sistema educativo, brindando la infraestructura adecuada a esos fines como adecuando sus políticas de manera de asegurar la universalidad plena de la educación.
- Que en este contexto la educación debe ser intercultural, respetando la diversidad pero al mismo tiempo fomentando la integración a nivel local, regional y global, tendiendo hacia una ciudadanía planetaria, es decir, tomando conciencia de nuestra relación tanto con la Humanidad como con la Naturaleza. Esta integración debe buscar transformar la realidad que nos une y tener la capacidad de optar a través de la conciencia crítica. Por ello el sistema educativo deberá formar al ciudadano en aspectos extendidos de manera de fortalecer el concepto de persona como una unidad bio-psíquica, socio cultural, racional y trascendente.
- Que es necesario estimular movimientos sociales plurales y nuevos sistemas pedagógicos, que enriquezcan el tejido social de manera que la comunidad se transforme en un espacio educativo de primer orden como una “ciudad educadora”, donde se conjuguen la participación, el diálogo y el compromiso en una acción crítica, transformadora y evolucionada.
- Prepararnos y preparar para la civilización tecnológica, la que requerirá de un nuevo tipo y una nueva forma de conocimiento, integración, comunicación y ciudadanía, con vocación de conectarse de manera diferente a las futuras redes sociales, económicas y políticas.
- Que los masones, desde la perspectiva que nos da la Iniciación, y en nuestro rol de constructores sociales participemos, sin arrogarnos la exclusividad pero lo más activamente posible, de un movimiento general, donde el desafío sea la construcción de ciudadanía y la educación para la misma, como una segunda independencia para las sociedades de América Latina. Por ello, una de las tareas importantes hoy es facilitar la generación de proyectos que den encuadre y perspectivas a las iniciativas que puedan surgir tanto desde el universo masónico como profano que vayan en esa dirección.
- De ahí que como Masones debamos asumir los desafíos más importantes de este siglo XXI, reforzando los vínculos entre los hombres y mujeres libres y adogmáticos. Uno de esos desafíos es la defensa del régimen democrático, y el fortalecimiento de los ideales republicanos, siendo conscientes y generando conciencia sobre el derecho que los ciudadanos tienen a reclamar transparencia en las instituciones públicas y a exigir políticas claves de inclusión social y de distribución de la riqueza, así como políticas antidiscriminatorias amplias, que promuevan la igualdad de género y el respeto de los derechos humanos.