¡VOLVIMOS!
Visitenos en nuestra nueva dirección web
FENIX-news Desde 1992

El M:.R:.H:. Arturo Rivera del Pielago RESPONDE a los ataques del Hno.'. Luciano Baquerizo


Señores:
Revista Masónica FENIX del Perú
de la R:.L:.S:. Logia Fénix No. 137
Valle de Lima.


Recibo a diario el resumen de noticias de su destacado medio de noticias masónicas y me percate que el miércoles, noviembre 19, 2008 a las 10:55:00 PMustedes publican una noticia que titularon En FENIX-BLOGS no existe la censura ni mucho menos rechazamos las opiniones de aquellos que piensan distinto”

Quien lee FENIX sabe bien que es un medio de comunicación masónica plural y que desde su aparición en la web a sido atacado por los que piensan que la masonería es una isla personal. Solamente los hombre carentes de ideales superiores y espíritus menores pueden tildar o llamar a FENIX de coactar la libertad de opinión de sus lectores.

Asimismo leí el pedido de vuestro Director de responder a los comentarios del ciudadano peruano Luciano Baquerizo. No acostumbro responder sandeces, la nota del mencionado ciudadano peruano no es la excepción, pero sus imprecisiones y desvíos me obligan a esta necesaria protesta.  Debo antes indicar que recién reparo en la nota de marras, de allí la demora en mi respuesta.  

Ahora resulta que Luciano llama “barbaridad” al acto de desenmascarar la hipocresía. Es lamentable que una persona que ostentó tal alto cargo, supuestamente reservado para el mejor entre sus iguales,  agravie sin argumentos y sentencie sin fundamentos. La oportunidad de acusarme la ejerció con saña y maña pero sin éxito en el fuero judicial peruano, quien a pesar de presiones e interesadas prebendas, determinó que las acusaciones eran falsas e insustentables, por  lo que sentenció mi absoluta inocencia en los cargos maliciosamente inventados.  Esa sentencia fue ratificada por las instancias judiciales superiores del Perú, por lo que su insistencia en atribuirme delitos juzgados constituye una franca rebeldía al poder judicial peruano. Todo aquello de “fraude”, “desfalco” y “cuentas por rendir” reiteradas en sus desesperados y repetidas cantaletas, resultan impertinentes, falsas y peligrosas para el mismo, pues se  expone a las sanciones que la ley reserva para los infractores.

Sin embargo a Luciano se le encontró responsable de cuentas por rendir, acción que evitó responder sistemáticamente durante 1996  y que fue una de las razones de su inusitada alianza contra el estado de derecho en la Gran Logia del Perú, por lo que patrocinó la violenta toma de locales y la usurpación institucional en la asonada de mayo de 1998. Desde esa fecha, todo intento para aclarar esa cuenta terminó en silencio e impertinente olvido.

 Luciano es uno de los personajes de la obra que Javier Agüero publicó sobre estos lamentables hechos y  que son una recopilación de los eventos que los usurpadores distorsionaron para justificar lo injustificable.

Javier Agüero Vega es un reputado autor cuyas obras siguen guiando al neófito, su personalidad y estilo merecen toda la consideración de los masones, aunque algunos se resistan a aceptar  sus conclusiones. Luciano Baquerizo es una espléndida persona cuya simpatía se inunda en vino. Serio para sus propósitos y adusto para convencer, es el clásico campechano que tan pronto inspira confianza como temor.  Nunca dominó sus cóleras, lo que explica el desliz hepático de su nota.

En su acotación, Luciano adopta la postura típica del amnésico por conveniencia, habla de prorrogas de mandatos intentando culparme, cuando fue esa la trampa que sus parciales utilizaron para irrumpir el orden institucional ante la derrota de su candidato,  lo que significaba el fin de su largo protagonismo. 

Dice que Ricardo Noriega no gano, pero continúa ignorado que el derecho de apelación fue usado por el perdedor y rechazado por la Gran Asamblea, quien por abrumadora mayoría confirmó el triunfo de Ricardo Noriega como nuevo Gran Maestro. Luciano y su grupo no respetaron la soberanía de la Gran Asamblea, pues ni la democracia masónica ni la legalidad institucional fueron obstáculos para violar sus juramentos e imponer   sus intereses personales por sobre la voluntad de la mayoría.  No fue pues Guillermo McKee Castro (presidente del JEA de entonces) quien declaro un ganador en la contienda, fue la mismísima Gran Asamblea quien ratificó ese resultado, el mismo que  irrespetaron sin consideración alguna

La mayoría de las irresponsables y sistemáticas acusaciones de la nota de Luciano se encuentran perfectamente rebatidas en la obra de Javier Agüero Vega y en la sentencia del poder judicial peruano que, luego de largos y minuciosos años de debido proceso,  me absuelve contundentemente de tan ingenuas acusaciones, por tanto, no me ocupare de tan magra insistencia. Aclaro sin embargo que son los mismos tibios y cerriles argumentos que usan para justificar la usurpación que protagonizaron.

Pero hay algo que Luciano nunca reveló y que constituye la piedra angular de su feroz oposición al resultado electoral de 1998. Luciano no podía soportar la posibilidad de que Ricardo Noriega sea nuevamente Gran Maestro, posibilidad que se vislumbraba desde 1997. El odio que siente por Noriega significaba que debía alejarse de la GLP durante su gobierno, la nueva gestión de Ricardo significaría el olvido de su hegemonía y por tanto,  su desaparición de la escena masónica nacional.  Eso era  demasiado para alguien que había convertido a la GLP en el escenario de sus diversiones. Sin ese teatro, su vida no tenía objetivo y  es que Luciano, como otros pocos y extraños personajes,  encontró en la masonería sólo una manera para  divertirse, fuera de la Orden no habría donde saciar sus apetencias, o al menos no le resultarían gratis.

En su “colofón”, Luciano pretende “ignorar” mi origen masónico  cuando sabe de sobra que fui iniciado en el seno de la GLP,  esa duda la reveló temiendo perder en las elecciones de 1994 cuando competí con él para Gran Maestro. Entonces el JEA, bajo la presión de sus temores, exigió se confirme la historia de mi filiación, lo que se hizo a través de copias de actas y sendas confirmaciones de la B y RLS Pascual Sacco y Oliveros, mi hermosa y solidaria Logia de origen. Luciano guarda copias de esa correspondencia, pero ahora para él,  no es conveniente recordarlo ni reconocerlo.

Compañero de pupitre y frustraciones con Francisco Doberty, conocía detalladamente los pormenores de la historia de Rufas, Luciano era GM de entonces y Francisco Doberty  Serenísimo GM.  Todo lo que sucedió es diferente a lo que pretende ahora revelar,  ¡y él lo sabe!, al igual que muchos que conocen que en ese lamentable evento,  el protagonista fue otra persona que llegó y sirvió con lealtad en su segundo gobierno, ¿No lo recuerdas Luciano?   

Nuestros gobiernos, como nuestra personalidad, son diametralmente opuestos, mientras Luciano pretendía la sumisión a la mediocridad del nada por hacer, yo intenté la opción por las obras, las que necesariamente implicaban salir de los intramuros que cobijan el moho, las telarañas, la oscuridad y el ocio de quienes mueren descansando en vida, eso pretendí cambiar, por eso la apertura, por eso el compromiso público para comprometer nuestro quehacer institucional con un mañana progresista y consistente con las necesidades de un futuro que nos dejaba rezagados y obsoletos.

Es ridículo que intente el argumento de que apliqué sanciones sin pruebas ni culpas, cuando fue justo eso lo que él pretendió al unirse con su enemigo biológico natural y exigir que el GM renuncie sin más argumentos que su miedo a ser descubierto, con el agravante de hacerlo a través de una carta notarial, ignorando los ancestrales procedimientos que ahora con tanto cariño invoca.

Conozco la historia, la estudié con detenimiento bebiendo de las fuentes de los libros y no de las copas de las fiestas, tal vez por eso recuerdo con ecuanimidad los instantes que la historia menciona y que hoy Luciano intenta garabatear con imprecisiones y exabruptos.

Me disculpo por esta necesaria aclaración, pero me asiste el derecho de defender mi honra injustamente  pisoteada por quienes se sienten “autoridades morales de la GLP” y solo son producto de la violencia, el abuso y la sin razón, nada pretendo de ellos, ni de la GLP, lo he dicho sostenida y consistentemente, pero cuando la estupidez humana pretende ganar adeptos a través del cobarde insulto y la mentira,  entonces el derecho a la réplica y a la aclaración se abre paso.  No fui yo quien abrió la caja de pandora, fueron las manos de la  soberbia y el hambre de poder quienes lo hicieron, si sus propios monstruos se vuelvan contra ellos ahora, que no culpen a la verdad como origen de sus conflictos.

Conocemos el estilo de Luciano,  ¿tiene otro?  Aun así no estoy dispuesto a permitir que descargue sus geriátricas iras insultando gratuitamente a quienes él considera sus enemigos. ¡Yo no soy enemigo de nadie!, y si las pruebas apuntan hacia un culpable, que no pretenda huir gritando: ¡Al ladrón! , mientras esconde el botín bajo la repugnancia de sus harapientas mentiras.  

Arturo Rivera del Piélago

COMICs