En la cultura occidental en general y en la europea en particular cuando hablamos de historia - sobre todo al buscar los orígenes de algo o su primera vez - a menudo solemos cometer un enorme error de bulto. Y es que siempre nos “olvidamos” de mirar hacia oriente y especialmente a la cultura China.
No son pocas las veces en la que los occidentales hemos reivindicando para nuestra parcela -enarbolando la bandera de “cuna de la civilización”- inventos o descubrimientos tales como la imprenta, el papel, la brújula… El problema es que cuando se nos ha ocurrido preguntar en China se nos ha quedado cara de poker al comprobar que allí están aburridos de usarlo porque lo inventaron varios siglos antes. Otro caso más puede ser este, el del “Carro que Mira al Sur”, considerado por algunos el primer autómata de la historia.
El Carro que mira al Sur es un carro de unos 3 metros de alto por otros tanto de ancho y coronado por una estatua, normalmente de jade, de un “inmortal” (Sabios que alcanzaban la inmortalidad). Esta estatua tiene un brazo levantado que siempre señala hacia el sur independientemente de la dirección en la que vaya el carro.
No tiene nada que ver con una brújula pues carece de componentes magnéticos y el efecto se logra gracias a un mecanismo de engranajes que cumplían la función de un diferencial. A la estatua, antes de partir, se la orientaba hacia el sur y este diferencial evitaba que cambiara de posición la estatua y por tanto, la dirección de su brazo. (NOTA: Este ingenio esta considerado, sin discusión, el primer diferencial de la historia y su funcionamiento básico es el mismo que se usa en los coches de hoy en día.)
Vista superior y frontal de su maquinaria.
La fabricación de este carro requería de una gran precisión en la construcción de sus componentes. Por ejemplo, las dos ruedas tenían que ser exactamente del mismo tamaño, una diferencia menor del 1% entre ambas, haría que la estatua fuera desviándose a medida que avanzara. Además, poco a poco les fueron añadiendo mejoras, como un dispositivo que medía las distancias consistente en una campana que sonaba cada vez que recorría cierta distancia. No es de extrañar que cualquier viaje que se tuviera que realizar lo encabezara uno de estos carros.
Detalle de la reconstrucción de su mecanismo.
La primera mención que se hace de un Carro que mira al Sur aparece en un texto chino histórico del siglo VI. En él se nos cuenta la historia del emperador Chou que vivió en el 1000 a.d.C. Dice asÍ:
El carruaje que señala al sur fue construido por el duque de Chou para indicar el camino de regreso a unos embajadores que habían venido de un lugar muy alejado de la frontera. La zona era una llanura infinita en la que resultaba imposible distinguir el Oeste del Este, y por este motivo el duque ordenó la construcción del vehículo, con el fin de que los viajeros pudieran saber donde quedaban el Norte y el Sur.
Algunos historiadores dudan de que en este texto, por un error de transcripción, se esté hablando del Carro que mira al Sur y creen que pudiera ser algo más cercano a una brújula.
Reproducción japonesa.
Pero si damos estas palabras por buenas, como así lo afirman otros investigadores, este ingenio sería el primer autómata de la historia aventajando en casi mil años a los que construyó Herón de Alejandría en el siglo I d.C.
Visto en el libro:
- El Genio de China de Robert K.G. Temple.
Aquí varios modelos actuales y funcionales, algunos hechos con LEGO