Miguel Ángel de Foruria, gran maestro provincial de Madrid
Juan Ramón Jiménez, 6. Sede de la Gran Logia de España en Madrid, que al mismo tiempo es la sede de la Gran Logia Provincial de Madrid. Aquí atienden 19 logias que trabajan en cuatro ritos distintos: escocés antiguo y aceptado, escocés rectificado, emulación y francés moderno.
Entre ellas, la Respetable Logia Simbólica Cibeles Nº 131, cuyo "Venerable Maestro Pro Tempore", Miguel Ángel de Foruria, gran maestro provincial de Madrid, nos abre las puertas. Hemos llegado hasta él simplemente por su página web, intrigados porque hayan comenzado a publicitarse a través de la red.
-¿Están buscando nuevos adeptos?
No, no. Internet es un medio joven y dinámico y nosotros nunca nos hemos escondidos. Significa simplemente que queremos tener una mayor presencia en la sociedad. Hay determinados países, Italia, por ejemplo, en el que la masonería tiene una presencia social muy importante. Y nosotros no es que queramos participar en la vida política, sino que queremos que se sepa dónde estamos y se cuente con nosotros.
-¿Cree entonces que la sociedad ya le mira con otros ojos?
La sociedad española, conforme va avanzando el tiempo y aumentando el nivel cultural, va viendo a la masonería como una institución más. Evidentemente, una institución con atractivos, entre ellos, evidentemente el secreto.
-¿Qué secreto?
El secreto está en las palabras de pase, los signos de reconocimiento, el entorno... no hay más. Estamos en la calle, usted está aquí. Es un camino de conocimiento y de crecimiento. Que nadie piense que va a aprender a levitar, ni a hacer viajes astrales. Pues, no.
-¿La sombra del "contubernio judeo-masónico" se ha diluido o no?
Quintando grupos de fanáticos que desenmascararían sus manías en el sillón del psiquiatra, fanáticos de extrema izquierda y de extrema derecha, que son dos polos que se unen, sí. La gente normal, la gente de la calle, los universitarios, eso ya le suena a cuento chino.
-¿Hay un interés real o es morbo lo que le rodea?
Creo que hay un interés real, de hecho a nosotros nos llega constantemente peticiones para iniciarse dentro de la masonería, pero las aceptamos con cuentagotas. No es lo mismo que hacerse socio del Atlético de Madrid.
-¿Qué requisitos debe reunir un buen candidato?
Hay uno que es el tradicional: ser hombre, libre y de buenas costumbres. ¿Otros? Ser una persona normal, honesta, con inquietudes, ser contrario a la pena de muerte, ser un demócrata convencido... Una serie de principios que le convierten, si le extraemos su sentido político, una persona progresista.
-¿Qué aporta entonces la masonería?
Una búsqueda de conocimiento a través de la iniciación. Lla masonería es una puerta de entrada a lo espiritual. Aunque no somos rival de las religiones. Ni mucho menos.
-¿Pero no es una institución caduca?
No. Si lo fuéramos, ya habríamos caducado, ya habríamos desaparecido. Hemos sobrevivido desde la Edad Media, y seguimos teniendo peticiones de gente que quiere ingresar. Creo que quienes piensan así confunden sus deseos con la realidad.
-Vosotros habéis optado por una apertura hacia la sociedad, otras logias prefieren ocultarse. ¿Por qué?
Cuando la masonería ha estado viviendo en secreto es porque ha estado perseguida, si ahora no nos persigue nadie, no tenemos porque escondernos. Y los que permanezcan en secreto, ellos sabrán qué ocultan.
-Pero todavía reconocerse masón no es, digamos, habitual...
El masón tiene libertad para anunciar si pertenece a la orden o no. Lo que tiene prohibido es desvelar la pertenencia a la masonería del otro, si éste no quiere que se desvele. Lamentablemente, hay empresas todavía en la que si uno de sus empleados se reconociera masón, acabaría en la calle. Pero quitando estos casos, por regla general, la mayoría de los masones confesamos que lo somos, aunque a veces nos cueste convertirnos en objeto de los odios y la calumnia de los fanáticos...
-¿Usted los ha padecido? ¿Se ha causado algún... disgusto?
Sí, pero no lo calificaría de disgusto, porque no ofende quien quiere sino quien puede. Todas esas páginas que hay en internet en contra de la masonería, por ejemplo, me son indiferente.
-Pero son muy abundantes... Y últimamente más de un libro.
Hay mucha gente que vive de escribir sobre la masonería sin tener ni idea. A muchos les hemos hecho rico. De todos modos tiene su explicación. Mire, cuando alguien me pregunta, sobre qué puede leer para adentrarse en la masonería, le contesto que nada. Quienes escriben en contra no saben nada, y los libros que escribimos los masones carecerán de cualquier morbo porque ante todo es un crecimiento personal. La masonería no se aprende en los libros ni en internet, sino en las logias.
-¿El secreto de las logias permanece dentro de las logias?
Sí. Es lógico, porque ha sido desde siempre una tradición oral. Es un camino iniciático.
-Sin embargo, es mucho el escepticismo que le rodea...
Nosotros defendemos la libertad de pensamiento, así que todos pueden creer lo que quieran.
-Por ejemplo: ¿El Gobierno es masón?
Si no nos preocupa si determinados miembros del Gobierno son católicos, protestantes o judíos, no entiendo el interés por saber si son masones o no.
-Hay quien opina que ser masón, por ejemplo, implica que enriquezcas a otros masones...
No. En todo caso, habría que probarlo. Le aseguro que enriquecerse no es ningún fin de la masonería. Forma parte de las calumnias de siempre. Como esa otra de que estamos en contra de la Iglesia Católica. En absoluto.
-¿Explíquese?
Cuando el Vaticano excomulgó a los masones lo hizo, simplemente, porque consideraba que le queríamos mover de la silla. En el contexto histórico, fue simplemente por razones políticas. Eran masones quienes defendían que la soberanía emanaba del pueblo, quienes propugnaban la democracia...
-¿Puede un masón ser católico?
Por supuesto. Hay muchísimos masones que son católicos. Un masón puede ser de cualquier religión, lo que nunca puede ser es ateo.
-¿Por qué?
Porque el ateísmo es una forma de dogmatismo, y los masones estamos en contra de cualquier dogma. Un señor que niega porque sí es un dogmático. Y la masonería tan sólo admite la razón.
-¿No es una secta?
-No. Lo difícil es entrar, para salir no hay más que despedirse. Y ni siquiera. Sólo hace falta quererse ir.
-¿Es cierto que no se puede hablar ni de religión ni de política?
Sí, en ningún rito. Es lógico, porque conviven en nuestro seno personas con diferentes religiones e ideas políticas. Eso nos permite hablar de cosas más trascendentes.
-¿Participan ustedes de la "teoría de la conspiración" y la transformación del Nuevo Orden Mundial?
No, no. La masonería no participa en ninguna conspiración. Afirmar eso es ignorancia. Si la masonería supiera, en cualquier caso, que uno de suyos participara se le apartaría. Un principio inquebrantable de la masonería es el respeto más absoluto a la ley y a la democracia. Nosotros somos los padres de la democracia, del Consejo de Europa, de las Naciones Unidas, de la Unión Europea.
-Aún así se les mete en el mismo saco que los Illuminatis...
Ignorancia. Precisamente, los illuminatis fueron enemigos a muerte de la masonería. Lo que ocurre es que hay mucha gente que vive del engaño y del mercadeo. Los masones defendemos valores como la amistad, la familia, la palabra... que nos están muy de moda.
-¿Cuántos masones hay hoy en España?
Unos tres mil. Volvemos del exilio y hasta 1982 el Tribunal Supremo no falla obligando al Estado a inscribirnos como una asociación legal. Hemos tenido que crecer poco a poco. No podemos abrir las puertas y que la gente entre de golpe, primero se tienen que formar. No tenemos tampoco una vocación de organización de masas.
-Pero son menos que en 1936...
Sí. Entonces eran unos 6.000, de los que dos mil fueron asesinados, dos mil se fueron al exilio y otros dos mil permanecieron aquí, muchos de ellos encarcelados. Tengo que decir, precisamente, que la Ley de Memoria Histórica nos ignora.
-¿Por qué?
Fuimos víctima principal de la persecución franquista. Somos la única institución a la que no se le ha devuelto su patrimonio. No es que lo estemos pidiendo, simplemente es un hecho. Y de los archivos, lo que no se quemó, está en Salamanca, a dónde vamos cada vez que necesitamos consultar documentos antiguos.
-¿Siempre?
Ahora vamos a acordar la microfilmación de todo el archivo masón para que se pueda consultar en la biblioteca que vamos a crear. Pero ha sido un acuerdo privado, porque a nivel político, todos los gobiernos han preferido ignorarnos. No hay ningún Gobierno que quiera asumir el coste político de devolver a los masones lo suyo.