Por el A.:M.: Ricardo Ludlow Benítez
Gentileza del Q:. H:. Ricardo Cohen
México
La palabra luz puede ser enmarcada en varias formas, por un lado tenemos su acepción científica que se refiere a la energía electromagnética radiante capaz de ser percibida por el ojo humano y por ende, la razón por la que podemos ver. Pero la palabra luz también puede ser vista de manera simbólica, la luz representa la ciencia, la verdad a través de la razón, virtudes que se convierten en guías durante nuestros pasos por la vida.
La luz solar, es la fuente principal de energía a través de la cual podemos ver con los ojos, sin lugar a dudas, es la vista el principal sentido mediante el cual nos damos cuenta de las acciones y reacciones que conforman nuestro entorno. Ahora, al irnos dando cuenta de lo que pasa a nuestro alrededor entramos en una dinámica en la que nos llena de placer encontrar respuestas a nuestros cuestionamientos, y en ocasiones, las respuestas son tan complejas y maravillosas que las convertimos en símbolos de nuestra existencia. Un ejemplo de ello es la luz.
El sol, es la fuente fundamental de luz material y factor indispensable para la propagación de la vida en nuestro planeta, por eso, cuando se habla de dar a luz, se desenvuelve un significado de gran belleza en cuanto a que se hace alusión al motor principal de vida, que es sin duda, su luz misma, y he allí que cada ser que sale y se desconecta del vientre de su madre para convertirse en una vida propia, mentaliza el valor tan trascendental que juega el papel de la luz solar en el desarrollo de nuestra existencia.
En el corto camino de mis enseñanzas, he podido entender que el ritual de iniciación encierra esa gran belleza, la de dar a luz. Debido a que la luz representa la ciencia, la verdad y la razón y estos son los motores fundamentales para poder entender poco a poco y un poco mas ese todo del que somos parte. Y es por eso que el ritual de iniciación es de gran trascendencia ya que representa el remover del camino esa piedra que nos mantenía en la penumbra.
