H:. MARCO A. LA TORRE SANCHEZ
Alcalde de CAJAMARCA
Oriente del PERU
Lo bueno de ser Masón:
Al cristalizarse mi proyecto de ocupar el Sillón Municipal de la ciudad que me vio nacer, la bella Cajamarca, no pasó por mi imaginación la idea de que el cargo de Burgomaestre para el que me había elegido mi pueblo, se convertiría en el Nuevo Taller para seguir tallando mi p:.b:.
Efectivamente, en ninguna otra oportunidad ni espacio había tenido la enorme necesidad de usar las herramientas de trabajo que me otorgaran mis maestros, bajo los juramentos para su correcta utilización.
Es así que viviendo mi condición de aprendiz, he de optimizar el uso del tiempo, de la inteligencia y de la fuerza de voluntad.
Pero sobre todo y ante todo, nunca imaginé que el G:.A:.D:.U:. Me pusiera ante las más rigurosas condiciones para desarrollar la gran virtud de la TOLERANCIA.
Si en alguna oportunidad juré ser tolerante, no imaginé las pruebas a las que sería sometido para cumplir con dicho juramento, menos aún ocupando el más alto nivel como autoridad local.
Víctima de agresiones personales y familiares, como todo ciudadano que ocupa los más altos cargos, he tenido y tengo que tolerar insultos e infamias, lanzados por personas inescrupulosas y mayormente foráneas, para obstaculizar mi labor transparente y de honestidad a toda prueba, dentro de los principios que aprendí en mi Logia, para alcanzar las metas propuestas para beneficio de mi pueblo.
Que grande aprendizaje sobre el valor de la tolerancia, y cuán grandes han sido mis maestros que la practicaron con admirable vigor y sin desmayo.- ¿Cuál será mi actitud en adelante con mis seres queridos con los cuales tal vez no supe ser comprensivo y tolerante? - Sin duda después de este aprendizaje serán los más beneficiados con mis nuevas actitudes sobre esta gran virtud.
Y otra de las grandes pruebas que el G:.A:.D:.U:. me ha puesto en el desempeño de este delicado cargo, es la de la HUMILDAD.
Alcalde de CAJAMARCA
Oriente del PERU
Lo bueno de ser Masón:
Al cristalizarse mi proyecto de ocupar el Sillón Municipal de la ciudad que me vio nacer, la bella Cajamarca, no pasó por mi imaginación la idea de que el cargo de Burgomaestre para el que me había elegido mi pueblo, se convertiría en el Nuevo Taller para seguir tallando mi p:.b:.
Efectivamente, en ninguna otra oportunidad ni espacio había tenido la enorme necesidad de usar las herramientas de trabajo que me otorgaran mis maestros, bajo los juramentos para su correcta utilización.
Es así que viviendo mi condición de aprendiz, he de optimizar el uso del tiempo, de la inteligencia y de la fuerza de voluntad.
- Del tiempo para cumplir oportunamente con todas las tareas que diariamente me impone el G:.A:.D:.U:.
- De la inteligencia para la toma de decisiones que me permitan dar solución a los problemas sin dañar a nadie.
- De la voluntad para no flaquear ante las agresiones de elementos externos e internos que luchan incansablemente para destruir mis ideales y mis proyectos.
- El más respetuoso del cumplimiento de las leyes de mi país, armonizando mis acciones y mi conducta con la moral y la virtud
- Impecable en mi actuar con equidad, rectitud y justicia
- Fiel practicante de la fraternidad y el amor al prójimo.
- Practicar la tolerancia,
- Observar conducta intachable en mis acciones y palabras
- Conocedor del bien y del mal, actuar con imparcialidad de tal manera que la toma de decisiones sea favorable a la justicia y la razón, respetando el principio de igualdad de derechos del ser humano.
Pero sobre todo y ante todo, nunca imaginé que el G:.A:.D:.U:. Me pusiera ante las más rigurosas condiciones para desarrollar la gran virtud de la TOLERANCIA.
Si en alguna oportunidad juré ser tolerante, no imaginé las pruebas a las que sería sometido para cumplir con dicho juramento, menos aún ocupando el más alto nivel como autoridad local.
Víctima de agresiones personales y familiares, como todo ciudadano que ocupa los más altos cargos, he tenido y tengo que tolerar insultos e infamias, lanzados por personas inescrupulosas y mayormente foráneas, para obstaculizar mi labor transparente y de honestidad a toda prueba, dentro de los principios que aprendí en mi Logia, para alcanzar las metas propuestas para beneficio de mi pueblo.
Que grande aprendizaje sobre el valor de la tolerancia, y cuán grandes han sido mis maestros que la practicaron con admirable vigor y sin desmayo.- ¿Cuál será mi actitud en adelante con mis seres queridos con los cuales tal vez no supe ser comprensivo y tolerante? - Sin duda después de este aprendizaje serán los más beneficiados con mis nuevas actitudes sobre esta gran virtud.
Y otra de las grandes pruebas que el G:.A:.D:.U:. me ha puesto en el desempeño de este delicado cargo, es la de la HUMILDAD.